Cultura

“Cómo nace y crece un volcán. Parícutin”

En el marco del Día Nacional del Libro, El Colegio Nacional realizará la presentación de la edición facsimilar del libro del Dr. Atl, el próximo sábado 11 de noviembre, por lo que nos comparte un fragmento

el colegio nacional

Gerardo Murillo, Dr. Atl, fue un fugaz fundador de El Colegio Nacional.

Gerardo Murillo, Dr. Atl, fue un fugaz fundador de El Colegio Nacional.

El Colegio Nacional

En el marco del Día Nacional del Libro, El Colegio Nacional realizará la presentación de la edición facsimilar del libro Cómo nace y crece un volcán. Parícutin (El Colegio Nacional/Instituto de Geofísica-UNAM, 2023), el próximo sábado 11 de noviembre, a las 12:30 horas, en el Aula Mayor de El Colegio Nacional (Donceles 104, Centro Histórico, CDMX). Compartimos con los lectores de Crónica las palabras introductorias del volumen, a cargo de los colegiados Vicente Quirarte y Jaime Urrutia Fucugauchi.

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Tan poderosa como es, tan superior,

tan llena de ciego misterio, la columna del volcán

ejercía una extraña fascinación sobre nosotros.

José Revueltas, Visión del Parícutin

Biografía de un volcán

El Diccionario Porrúa de historia, biografía y geografía de México dice, en su entrada correspondiente al Dr. Atl: “paisajista y vulcanólogo”, establece que Gerardo Murillo, que fue el nombre con el cual nació, fue tan importante para el arte como para la ciencia. En 1943 tuvieron lugar el nacimiento del volcán Paricutín y la fundación de El Colegio Nacional, dos explosiones que generarían cambios decisivos en la evolución de México. El 20 de febrero de 1943 emergió el volcán en tierras michoacanas; el 15 de mayo de ese mismo año, por decreto presidencial, se estableció El Colegio Nacional. México y el mundo atravesaban por un conflicto mayúsculo, y la idea de fortalecer la conciencia de la nación mediante el cultivo y reconocimiento a la inteligencia era una forma de tener un arna más perdurable para la reconstrucción del mundo.

Otro drama tenía lugar a unos kilómetros de distancia. La actividad volcánica demuestra que nuestro planeta no ha terminado de formarse y se halla en constante transformación. Nuestros primeros ancestros vieron en los volcanes símbolos de un poder superior y los transformaron en dioses capaces de proteger y destruir. Espectáculos únicos de la naturaleza, son al mismo tiempo un motivo de pérdida y éxodo para las comunidades que viven en sus alrededores.

El nacimiento del Parícutin provocó la movilización de artistas que pusieron sus pinceles y su sensibilidad al servicio del fenómeno. José María Velasco y Saturnino Herrán hicieron de los volcanes del Valle de México el símbolo de un nacionalismo que surgía con ellos. Igualmente, Manuel González Serrano ofreció su respectiva interpretación del nuevo habitante de la Tierra. Carlos Pellicer y Juan Rulfo fueron grandes adoradores de la montaña.

De todos ellos, destaca por su entrega y su pasión por los volcanes Gerardo Murillo, bautizado por Leopoldo Lugones como Dr. Atl (‘agua’ en náhuatl), nombre que llevaría a la fama cuando se convirtió en ejemplo de los jóvenes que admiraban tanto su talento pictórico como su acción política.

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“Cómo nace y crece un volcán. Parícutin”

Parícutin es una voz purépecha que significa ‘a un lado del camino’, ‘en aquel lado’. El mismo 1943, un José Revueltas que aún no cumplía los treinta años se acercó al pueblo para escribir una crónica en la cual destacan su lenguaje crudo y descarnado, así como su indomable preocupación social: “Parícutin es terriblemente triste, en desorden, sin amparo, como si una mano inmensa lo hubiese sacudido, desvencijándolo. […] no llegué a contar más de veinte habitantes, entre ellos, desde luego, miembros de la Defensa Rural, con su carabina parda, sus cobijas cenicientas y los ojos prevenidos, fieros y quebrados a la vez como si hubiesen perdido un hijo”.

El Colegio Nacional ofrece en este libro una amalgama entre la ciencia y el arte, dos ámbitos que vertebran a la corporación. Reeditarlo es afirmar una vez más el principio que determina su esencia: “Libertad por el saber”. El Dr. Atl hizo de ambas pasiones el eje de su vida y por eso su legado está tan vivo y palpitante como la actividad volcánica del país por el que tanto hizo.

En la tierra de los mil y un volcanes el Paricutín y el Dr. Atl

El campo volcánico que comprende parte de los estados de Michoacán y Guanajuato se caracteriza por la presencia de más de mil volcanes que le confieren un carácter especial a la geología y al paisaje con una singular belleza. La mayoría de los volcanes en este campo son conos cineríticos de baja altura, en contraste con los estratovolcanes y los volcanes de escudo que alcanzan grandes dimensiones. Entre los numerosos conos cineríticos, el volcán Paricutín es el más joven.

En otras zonas volcánicas, las erupciones son frecuentes. Cada año varios volcanes están activos en alguna parte del mundo; algunos de ellos, como los de Hawái o los del sur de Italia, lo están por largos periodos. Con la alta frecuencia de erupciones y los niveles de actividad en distintas áreas en el mundo, podríamos suponer que el nacimiento de nuevos volcanes es un fenómeno que se puede observar con frecuencia. 

*Miembros de El Colegio Nacional

Cartelera de ECN.

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