Cultura

Regresan los Grandes Pensadores a nuestras calles

Los filósofos mexicanos celebramos boquiabiertos que en puestos de periódico se estaba circulando una versión económica de esta magnífica serie

universidad panamericana

La serie de libros Grandes Pensadores.

La serie de libros Grandes Pensadores.

En agosto del 2015, se puso a la venta el primer ejemplar de la colección Biblioteca Grandes Pensadores. Era natural entonces preguntarse si tenía sentido vender libros de filosofía en un país que ocupa uno de los últimos lugares en los índices de lectura a nivel mundial. Para sorpresa de todos, el proyecto fue un éxito deslumbrante. Los ejemplares se agotaban en cuestión de horas, las líneas de comunicación de la editorial y la distribuidora se saturaban de solicitudes, la editorial se confesó “sobrepasada” por el mercado mexicano. La inmensa demanda generó una escasez que provocó un mercado negro. A la fecha se pueden adquirir tomos sellados en su empaque original en sitios como Mercado Libre, a precios que duplican o triplican el que anuncia la etiqueta de lanzamiento.

¿A qué se debió tan insólita sorpresa? En primer lugar, es bien sabido que nuestro país no tiene competencia cuando se trata de mercados negros, acaparamientos y reventas. No obstante, hay que reconocer el acierto del núcleo de vida académica que disparó el furor y alertó a los revendedores. La clase intelectual mexicana tuvo la sensibilidad para reconocer la deliciosa ganga que se ofertaba en nuestros puestos de revistas.

Para comprender el estupor de nuestros intelectuales ante la ganga en nuestras calles merece la pena conocer el origen de estos libros. La colección original Biblioteca de Grandes Pensadores fue lanzada en España por la prestigiosa editorial Gredos en el 2009. Se trató de un proyecto único que reunió en una lujosa serie a 31 autores clásicos de la historia de la filosofía occidental. Cada uno de los 38 volúmenes de la serie ofrecía traducciones estupendas, estudios introductorios provenientes de renombrados académicos y un aparato crítico riguroso. Los libros, de alrededor de 1000 páginas, se ofrecían en una presentación lujosa, con cubierta de tela y papel exquisito, por alrededor de 50 euros –un precio razonable si se toma en cuenta la gran calidad del producto final–. En nuestras librerías se podían adquirir por aproximadamente 1,300 pesos – (mi ejemplar de Nietzsche me costó 1,344 pesos en el Péndulo, para dar una idea). La colección completa rondaría en torno a los 50,000 pesos, una suma elevadísima para los bolsillos mexicanos.

Este contexto es suficiente para comprender por qué los filósofos mexicanos celebramos boquiabiertos que en nuestros puestos de periódico se estaba circulando una versión económica de esta magnífica serie, a la que se habían además sumado nuevos volúmenes (eran 50 en total). Los ejemplares (esta vez impresos en una presentación más modesta, pero estupenda también) se vendían semana a semana por 129 pesos. ¡129 pesos! No lo podíamos creer. Todos salíamos corriendo por nuestro libro antes de que se agotara, lo presumíamos, intercambiábamos alguno repetido y suspirábamos por reunir la colección entera. Nuestros periódicos escribían, admirados, titulares como “Surge furor de filosofía”, “Acaparan libros de filosofía”, “¿Qué sucede con la colección Gredos?”. Cada vez fue más difícil hacerse de los formidables volúmenes. Algunos suertudos se convirtieron en la envidia de los bibliófilos reuniendo la coleccione entera. Otros miles –la mayoría– lograron hacerse con algo parecido a la mitad de los tomos.

La semana pasada supe con gran alegría que una vez más la colección se vendería en nuestras calles en una nueva versión revisada. Lo único que lamento es que la serie ha sido ligeramente reducida de 50 volúmenes a 48. Han añadido un Platón IV y han quedado fuera Herder, Kant III y Bruno.

De corazón deseo que nuevamente la editorial se deslumbre por la respuesta de los mexicanos. Pero más aún, deseo que México crezca en el importantísimo hábito de leer textos filosóficos. En un mundo dominado por la ideología y la cultura de la cancelación, nada es más saludable que conectarnos con el gran diálogo de nuestra tradición filosófica, en la que, lejos de silenciarnos unos a otros, disputamos la verdad con argumentos racionales, sin sentimentalismos e indignaciones caprichosas.

Aclaro que no he recibido ninguna paga para escribir esta columna. Lo que digo, lo digo de corazón desde mi más honesta convicción. Si la editorial quisiera obsequiarme Kant III y Schopenhauer II –los únicos volúmenes que me faltan–, me sentiría más que bien pagado.

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Alejandro Sada.

Alejandro Sada.

Dr. Alejandro Sada. Profesor investigador de la Universidad Panamericana. Tiene un Doctorado en Filosofía por la Universidad de Navarra y una Maestría en Filosofía por la UNAM. Ha participado en múltiples congresos nacionales e internacionales. Entre sus títulos más recientes destacan los libros: Asentimiento y certeza en el pensamiento de John Henry Newman: una defensa de la creencia religiosa (Nun 2021); Sentido y verdad: hacia una renovación de la filosofía desde el pensamiento de Joseph Ratzinger (BAC, 2023). Actualmente dirige un grupo de investigación internacional sobre la relación entre filosofía y teología en el pensamiento de Joseph Ratzinger.