Cultura

Santiago Gamboa: “La gigantesca injusticia que se vive en AL, es el bloqueo al acceso a la educación y cultura”

Impedir que las grandes masas latinoamericanas accedan al conocimiento y el arte, es condenar a nuestros países al subdesarrollo, la violencia y la muerte, añade el escritor colombiano

entrevista

Santiago Gamboa habla de su reciente novela “Colombian Psycho”, un retrato de la violencia y corrupción.

Santiago Gamboa habla de su reciente novela “Colombian Psycho”, un retrato de la violencia y corrupción.

La real y gigantesca inequidad e injusticia que se vive en América Latina es el bloqueo al acceso a la educación y la cultura y, por lo consiguiente, el no poder disfrutar del conocimiento, “porque disfrutar el arte y las ciencias es un acto que nos permite desarrollarnos como personas y tener una vida más digna”, dice el escritor colombiano Santiago Gamboa.

En entrevista desde Italia, el autor cuenta que para mucha gente en su país y en Latinoamérica “la vida consiste en salir a conseguir lo que se va a comer cada día. Viven al margen del conocimiento y la cultura porque no pueden detenerse un segundo, porque si lo hacen, se mueren de hambre. Y cuando un político o un alcalde corruptos se roba el dinero de una escuela para comprarse un departamento en París y un Ferrari, ese hombre cree que por tener estos bienes está por encima de los demás, pero en el fondo es un asesino, porque está bloqueando que muchas personas no accedan al disfrute de la cultura y la educación y contribuye a hundir a un país.

Son las reflexiones que se desprenden al hablar de su reciente novela negra “Colombian Psycho”, donde retrata esos dos mundos que coexisten simultáneamente: un grupo de poder corrupto y la sociedad civil, esa mayoría de personas que a final de cuentas salvan a una nación.

La novela.

La novela.

- “Colombian Psycho" es una novela perturbadora que muestra como la violencia es ya una forma de vida en Latinoamérica.

- Me parece que las novelas reflejan una parte del entorno, especialmente como las mías que hacen realismo social. Muestran dos mundos que coexisten: uno son estas personas corruptas, violentas, mentirosas y tramposas de la política, a los agentes policiales y las iglesias que hacen que la vida cotidiana de un país como Colombia se convierta en una especie de carrera de obstáculos permanente; por otro lado está la población civil, esa mayoría que hace las cosas bien, que se levanta temprano por las mañanas y va a trabajar con su camisita arreglada, pagan sus facturas e impuestos y quieren que las cosas cambien. Ellos son muchos más, pero lo otros hacen más ruido por su poder.

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- En mi novela “Colombian Psycho” se ve la convivencia de estos dos mundos: por un lado, la tremenda fuerza y el impacto que tiene todo lo negativo en un país desigual, injusto, con una historia política dedicada excluir, lo que ha provocado guerras y guerrillas.

- Por otro lado, está la gente de bien que ayuda a los vecinos, que crean redes de solidaridad y quieren cambios. En el fondo, son quienes salvan a los países.

- En este mundo están los periodistas que quieren hacer bien su trabajo, simplemente porque lo aman, no por ganancia económica. Por ejemplo, en Colombia son más importantes las investigaciones que hacen los reporteros que las de la fiscalía. Por eso los asesinan, los amenazan, los acosan y amedrentan.

- Hoy, en Latinoamérica, matar a un periodista es como quitarle un juguete a un niño, porque el periodista no tiene entrenamiento militar ni una pistola en la cintura o chaleco antibalas. Son personas frágiles, pero que representan a la sociedad civil y que buscan la verdad para que se haga justicia, aunque esto no implica que la justicia triunfe.

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- En Colombia, la prensa entrega al gobierno y opinión pública los expedientes con los grandes casos de corrupción, asesinatos y nada pasa o pasa muy poco. Entonces el verdadero héroe en la historia es ese periodista que representa a toda esa gente de bien.

- ¿La sociedad latinoamericana es frágil porque no ha podido comprender que en realidad es fuerte y puede derrotar a cualquiera?

- Lo que pasa es que son sociedades jóvenes. No tienen más de 200 años. Los países europeos donde hay una justicia más sólida, donde hay más respeto por las leyes y por lo que es ético, tienen más de mil años matándose, dañándose, asesinando reyes… hace 80 años tuvieron una guerra con 50 millones de muertos. Esto te dice que en América Latina no somos los inventores de la violencia, estamos intentando hacer el camino más rápido que ellos, con menos violencia, pero somos republicas jóvenes y entonces si podemos llamarlas frágiles, pero estamos en el camino.

- ¿Un obstáculo para tener madurez como sociedad es la desigualdad?

- Somos sociedades muy desiguales, muy injustas. Tienen todos los vicios de las cosas que aún se siguen haciendo, por eso debemos inventarnos el presente a diario. Nuestro pasado es pequeño para que nos sirva de referencia, de baúl o cajón para construir el futuro. Esa es nuestra fragilidad, pero también existe nuestra riqueza en términos culturales.

- ¿Otro obstáculo son los grupos de poder en Latinoamérica, esos cacicazgos que controlan todo?

- Los grupos de poder están ligados a un fenómeno económico y en nuestros países, eso es una herencia española, la riqueza se construye no inventando algo maravilloso y me hago rico, sino se construye sacándole el dinero al Estado: el Estado es el botín. Si estos grupos tuvieran que vivir de lo que han hecho, no vivirían ni una semana sin el Estado. Por eso, la corrupción política es fundamental para ellos, porque necesitan al ministro, al gobernador o al alcalde para que contrate a sus empresas de manera fraudulenta. Entonces, lo que vale cinco pesos, me lo pagan en cien y así se construyen muchas riquezas en América Latina.

- ¿El problema no sólo es que no repartan la riqueza, sino que estos grupos también impiden a la gente crecer, educarse…

- En el fondo, la riqueza más importante es la que no se ve y es la cultura, la inteligencia. El nuevo presidente de Colombia dice: vamos hacer una apuesta por la inteligencia y seamos una potencia del conocimiento, es decir, la riqueza hoy en términos modernos ya no es tener un Mercedes Benz último modelo, es tener tiempo libre, agua y aire limpios, es tener la cultura para leer una buena novela, ver una película, esa es la gran riqueza.

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- Y para nosotros en América Latina, este disfrute está limitado a poca gente por la falta de educación. Esta otra riqueza, la riqueza de la cultura, de la educación y del disfrute de la propia educación nos permite desarrollarnos como personas y tener una vida más digna. Aunque trabajes en la caja de un banco o supermercado, si aprendes a disfrutar de la educación y la cultura, vas tener una vida más plena. Esta es la verdadera riqueza a la que deben acceder hoy las naciones latinoamericanas.

- En Colombia vamos a intentar que la educación y la cultura estén al alcance de todos. La cultura no debe ser una especie de jarrón sólo para una elite a la que le gusta el arte y la cultura, pero en términos excluyentes, sino una cultura donde todo el mundo se reconozca y la pueda ejercitar, disfrutar e incorporar en su vida.

- Porque creo en la cultura como una forma liberadora de la sociedad. La sociedad del conocimiento a la que debemos llegar es la que te hace explotar la cabeza con una buena novela, un poema o un concierto. Por eso, desde la cultura debemos hacer una gran revolución a este objetivo.

- ¿Hoy la gran arma para someter es evitar el disfrute del conocimiento?

- Para mucha gente en Colombia, y en América Latina, la vida consiste en salirse a ganar la vida cotidianamente, a conseguir lo que se va a comer cada día. Esas personas viven al margen del conocimiento y la cultura porque no pueden detenerse un segundo, porque si lo hacen, se mueren de hambre. Esta es la gigantesca inequidad, la gigantesca injusticia. Cuando un político corrupto o un alcalde corrupto se roba el dinero de una escuela para comprarse un departamento en París y un Ferrari, ese hombre cree que por tener estos bienes es una persona que está por encima de los demás, pero en el fondo es un asesino, porque está bloqueando que muchas personas no accedan al disfrute de la cultura y la educación y contribuye a hundir a un país. Y sucede mucho en naciones como las nuestras, tan involucradas en guerras civiles.

- Gastamos dinero en armas, pero ningún país salió del subdesarrollo comprando armas. Se sale haciendo escuelas, universidades centros culturales, bibliotecas… hay que apostarle a una sociedad del conocimiento y cultura. Y ahí al interior de eso está la ciencia, el humanismo y la comprensión. Porque comprender la vida, nos hace vivirla mejor, pero quienes la viven peleando para sobrevivir, pasan sin darse cuenta, porque nunca han disfrutado la vida que te da el acceso a la cultura y la educación.

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- Por eso, impedir que las grandes masas latinoamericanas accedan a la educación y al conocimiento, es condenar a nuestros países al subdesarrollo, la violencia, a la muerte. Entonces toman el camino más rápido que es la delincuencia. Y hoy en nuestros países pasa esto: hay una puerta muy pequeñita que dice educación y casi siempre está cerrada para las grandes masas; hay otra gigante que dice delincuencia y siempre está abierta. Por eso tantos jóvenes caen asesinados en nuestros países, porque son sicarios, otros se van a EU a buscar mejor futuro y mueren en los desiertos y todo esto es porque no tenemos una estructura que permita darles la capacidad de disfrutar de su cultura, de su historia, de saber quiénes son. Eso tiene que cambiar.