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El liderazgo de un coach

Creo que la pregunta más pertinente para iniciar esta columna de la semana 4 sería ¿y dónde quedaron los imparables y explosivos Delfines que le anotaron 70 puntos a los Broncos la jornada anterior? Pues bien, esta semana se llevaron tremenda patada de los Bills al recibir 48 puntos y despertarlos de su sueño al enfrentar a una defensiva de verdad, a un equipo que si esta unido y que si esta bien dirigido por un entrenador que, cabe señalar, si mantiene el control de sus jugadores y sobre todo la motivación, nos referimos a Sean McDermott, quien con el triunfo del domingo dejó en claro que su conjunto, Buffalo, reclama la supremacía de la división Este de la AFC.

DeMeco Ryans

DeMeco Ryans

Sin embargo, ese no es el tema, sino la posibilidad de que al menos durante las primeras tres semanas sólo hayamos presenciado un espejismo ofensivo con expectativas sumamente altas que bien podrían ir a la baja conforme avance la temporada.

Y es que el planteamiento defensivo de los Bills mostró que existe la manera de frenar la inercia creativa y ofensiva de los Delfines. Bastó mirar en varias ocasiones el rostro de Mike McDaniel, el coach de Miami, para atestiguar que ni el mismo sabía qué más hacer para volver a detonar esa dinamita que explotó la semana anterior ante Denver. Lo más seguro es que de ahora en adelante, los rivales de los Delfines tomarán como ejemplo lo hecho por la unidad defensiva de McDermott para enfrentar a Miami.

Una luz se asoma en Houston

Ya que hablamos de lecciones defensivas, quizá otra que destacó durante la jornada fue el trabajo hecho por los Texanos de Houston. De acuerdo con algunos analistas, los pronósticos para los Acereros son altos para esta temporada, incluso con alcances de playoff, no obstante, su accionar no ha sido tan claro y dominante como se quiere hacer creer.

Sus dos triunfos han sido en parte por los errores del contrario, no por su gran trabajo al ataque y esta semana eso quedó más que demostrado en el estadio de los Texanos cuando fueron notoriamente neutralizados por la defensiva de Houston. La razón bien puede llevar un nombre: DeMeco Ryans, su coach y quien desde hace unos años ha demostrado su innegable talento.

Su trayectoria es digna de mencionar por lo rápido que ha escalado posiciones en el mundo de la NFL. Como linebacker estrella de los mismos Texanos, se formó un perfil defensivo de gran calibre que lo llevó a ser el entrenador de dicha posición en San Francisco.

A la salida de Robert Saleh hacia los Jets como su nuevo coach, la responsabilidad de la unidad defensiva de los 49ers recayó en DeMeco, y su trabajo fue tan exitoso durante dos años que la directiva de los Texanos lo eligió para encabezar la reconstrucción de una franquicia que no ha logrado despegar.

Su liderazgo le valió que varios jugadores de los 49ers lo siguieran en su aventura a Texas y ese trabajo ha comenzado a brindar luz: la unidad defensiva de los Texanos es dinámica y efectiva, al grado de que borró del emparrillado a una ofensiva de Pittsburgh que, si bien no es la más productiva de la Liga, si cuenta con algunos jugadores de calidad. Ahí esta la mano de Ryans. Y no sólo eso, sino que la dirección de este muy joven entrenador también ha dado un giro al otro lado del balón, es decir, la ofensiva, donde de hecho le entregó la confianza de dirigir el ataque del equipo a un novato quarterback como CJ Stroud, que la verdad sea dicha se ha visto mejor que sus pares en la posición que llegaron también este año a la NFL, nos referimos a Brice Young con Carolina y Anthony Richardson con Indianapolis. Sin duda, la personalidad de Ryans es la de un verdadero líder y eso comienza a contagiar al resto del equipo.

Dos líderes naturales en Leones y Jets

El tema anterior nos da pie para hablar de casos similares en Detroit y en Nueva York. El radical cambio que ha imprimido Dan Campbell a los Leones es de llamar la atención: son un equipo con actitud ganadora, y la prueba más fehaciente fue la manera en que derrotaron a sus acérrimos rivales, los Empacadores y a domicilio, en Green Bay. Su triunfo deja en claro que van por la división Norte de la NFC.

Sin grandes figuras en sus filas, el coach ha logrado la unidad como equipo donde todos colaboran y creen en un proyecto. La manera en que borraron a los Empacadores no fue casualidad ni un buen día sobre el campo; fue la muestra de un plan de trabajo que ha sido instaurado de manera gradual y exitosa.

Por otra parte, qué decir de los Jets. Es verdad que sin Aaron Rodgers no llegarán muy lejos con ese fiasco de quarterback que mantienen como Zach Wilson. Durante la semana mucho se dijo que el vestidor de los Jets estaba muy molesto con el coach Roberth Saleh por su apoyo incondicional a Wilson a pesar de mostrar una y otra vez que no es la solución.

Teniendo como destino inmediato a los Jefes de Kansas City como su siguiente rival, y dado el antecedente de inconformidad en el seno del equipo a nivel de vestidor y staff, todo habría hecho suponer que el juego ante Kansas sería un desastre, sin embargo, un líder de verdad como Saleh demostró lo contrario al darle una pelea no esperada a los Jefes, y con todo y el ineficaz Wilson detrás del centro. Eso nos demostró el liderazgo de Saleh al frente de su equipo. La manera de convencer a sus jugadores de algo en lo que no creían apenas unos días antes del juego. Es verdad, los Jets no volarán muy alto esta temporada, pero pueden estar seguros de que no serán un rival fácil en lo que resta de la temporada.

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