Deportes

Mahomes, el mago de lo improbable

Obligado hablar de la ronda divisional de los playoffs, pero no de los resultados y todas esas cosas que se comentan en las secciones de deportes de los medios, donde creen que con dar los resultados ya cumplieron con su labor; no, aquí hagamos algo diferente, hablemos del mejor jugador durante esta etapa de postemporada que, de acuerdo con muchos analistas, y en especial Fernando Von Rossum, (quién no recuerda al maestro de los comentaristas en México), señalaba que para él el mejor nivel de futbol americano se da precisamente en esta instancia: los juegos divisionales y, ciertamente, debemos darle la razón.

Patrick Mahomes

Patrick Mahomes

A excepción del juego entre Baltimore y Houston, que fue resuelto con cierta facilidad por los Cuervos, los otros tres encuentros dejaron ver lo mejor de cada uno de los coaches y sus jugadores; no obstante yo me quedo con uno, y ese es Patrick Mahomes, el quarterback de Kansas City, porque hay que decirlo y aceptarlo como tal, Mahomes es Kansas, sin él ese equipo sería uno más.

Llegaron como no favoritos a Buffalo, dieron pelea a un equipo de los Bills que venía sumamente embalado con seis victorias de manera consecutiva, y que para rematar jugaría como local en su estadio y cobijados de la hostilidad de su afición.

Pocos daban una posibilidad a los Jefes de salir con la victoria de la casa de los Bills, sin embargo existía una razón para creer que era posible, y esa razón es Mahomes.

Porque pocos son los mariscales que sin un cuerpo destacado de receptores puede llegar lejos. Como lo henos comentado ya varias ocasiones en este espacio, toda la temporada sólo pudo depender de Travis Kelce, su ala cerrado, y de Isahia Pacheco, ese híbrido corredor con físico de receptor que más que talento juega con unas ganas y una enjundia que inspiran a cualquiera.

ACCIONES, NO NÚMEROS

Con una temporada realmente promedio, sin grandes números, y que de acuerdo a las estadísticas fue su campaña más pobre, Mahomes se las arregló para meterse de nueva cuenta al Juego de Campeonato de la AFC. Un dato que llama la atención, por si lo han olvidado, es que Mahomes, en cada una de sus temporadas en que ha jugado siempre ha llegado hasta el Juego por el título de la Conferencia (vaya consistencia).

Sinceramente este año se veía difícil repetir tal empresa, pero sólo él, porque hay que aceptarlo, es él y no más, el que ha llevado a los Jefes hasta el Juego de Campeonato de la AFC contra Baltimore el próximo domingo.

Y llama más la atención porque Mahomes jamás había jugado un encuentro de postemporada fuera de casa, es decir, del estadio Punta de Flecha, y en esta ocasión lo hizo en un lugar nada hospitalario como lo es el Highmark Stadium de Buffalo.

Lee también

La incertidumbre existía sobre su desempeño en su primera salida de playoff en su carrera (cabe señalar que los Super Bowl en que ha participado son considerados postemporada, pero de cierta manera jugados en una sede neutral).

Aún así, este mariscal de campo de época volvió a maravillar y sorprender con su desempeño cuando pocos creen que podrá ganar. No pocas fueron las acciones durante el juego contra los Bills que fueron cruciales, y que hay que decirlo, no fueron por diseño o un enorme plan de juego, no. Más bien sucedieron por la chispa de este enorme pasador que buscó y rebuscó la manera de vulnerar la defensa de Buffalo.

BAJO UNA NUEVA FILOSOFÍA

Hay que recordar que para este año Mahomes ya no contó con la tulela de Eric Bienemy como coordinador ofensivo, se las tuvo que arreglar con los planes de juego de Matt Nagy, que ciertamente no es malo, pero esta lejos de ser tan creativo como Bienemy. De hecho, Nagy regresó este año al staff de coacheo de Andy Reid tras su fracaso como entrenador en jefe en Chicago.

Se quiera o no, fue manejar una nueva ofensiva, estratégicamente hablando, y eso no se hace en una temporada, eso tarda, pero Mahomes lo resolvió con creces llevando a este equipo tan lejos a una instancia, que, al menos a mitad de temporada, se dudaba con su errático paso y no pocos desplantes de sus estrellas, incluido el mismo Mahomes. A eso habría que agregar su “malito” cuerpo de receptores con que cuenta en la actualidad.

Mahomes lo volvió a hacer ahora ante Buffalo, con jugadas improvisadas, rotas y hasta atrevidas, como la escapada de casi 40 yardas que dejó ver que es un mariscal que sabe llevar el balón por tierra cuando es conveniente, pero que no hace a un lado su lado como pasador natural.

Es verdad, el 2023 no logró sus mejores números, y quizá ni cerca de su desempeño estadístico habitual, pero baste recordar que los grandes jugadores son los que demuestran su valía con chispazos en los momentos más apremiantes, se echan el equipo a hombros y saben ganar, y Mahomes es de esos, lo hizo la noche del domingo en Buffalo.

UN JUGADOR DE ÉPOCA

Ahora va a Baltimore, a enfrentar a una de las mejores defensivas de la Liga, y aunque no sabemos ni especularemos en el resultado, hay algo de lo que si podemos estar seguros, de que ese mismo Mahomes, que nunca se da por vencido, buscará una y otra vez alguna manera de vulnerar a la defensiva de los Cuervos, de eso podemos estar completamente seguros.

Sin duda, y para beneplácito de quienes vemos la NFL en estos momentos y la hemos disfrutado por muchas décadas atrás, sabemos que atestiguamos a uno de esos jugadores que se dan cada determinada era, porque así como tuvimos la fortuna de disfrutar de las hazañas de los Terry Bradshaw, Roger Staubach en los 70, los Joe Montana, Dan Marino, John Elway o Jim Kelly en los 80, Steve Young o Troy Aikman en los 90, los Tom Brady, Peyton Manning, Aaron Rodgers o Kurt Warner en los 2000, hoy podemos decir que ahí esta Mahomes, y para un buen rato.