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Playoffs, despidos y conclusiones NFL

Como es costumbre, terminó la temporada de la NFL y las ahora 18 semanas se fueron como un suspiro; ya están los 14 equipos clasificados a playoffs y podemos sacar algunas conclusiones y sin más una de las reglas se hizo presente: los equipos que se enrrachan al final de la temporada son los que mejor ubicados quedan al concluir la campaña.

Es cierto que algunos mantienen la consistencia, pero otros comenzaron muy bien y se fueron cayendo conforme la temporada entraba en su recta final, y quizá el caso más elocuente fue Filadelfia, Jacksonville y Kansas City; sólo los Jefes logaron pasar a la postemporada casi casi de panzazo, porque, hay que decirlo, los otros tres equipos de su división, la Oeste de la AFC, fueron harto irregulares.

Las Águilas, aunque comenzaron ganando y de hecho fueron los últimos en perder el invicto en toda la Liga, jamás lograron ser tan convincentes como la campaña anterior, y aunque mantenían con un hilo su poderío en la NFC, al final todo cayó por su propio peso y de mantenerse como el equipo número uno por más de media temporada, al final cayó hasta la quinta posición.

Su paso por la postemporada es una incógnita, pues no tendrá ni un solo juego en su estadio, algo que parecía inaudito hasta la semana 12.

De los Jaguares, las lesiones los fueron desinflando y por ende quitando ritmo; la principal baja de su juego la resintieron en Trevor Lawrence que al final de la campaña siempre estuvo en la mira de las lesiones y no pudo jugar con una salud al 100 por ciento. Eso acabó con su inercia para ganar su división.

En cuanto a los Jefes, son la mayor duda rumbo a la postemporada. Los campeones actuales no están jugando como tal. De lo poco que ganaron en últimas semanas fue a jalones y empujones, por decirlo de una manera coloquial, porque vaya que les costó trabajo lograrlo.

Hasta el cansancio se ha dicho que Pat Mahomes no es culpable de tal desempeño, y esa falta de calidad y profundidad en el cuerpo de receptores les pasará factura.

ESTRELLAS EN ALGODÓN

Mucho se habló de la decisión de varios equipos que ya clasificados decidieron descansar a sus titulares para la última semana; pocos lo vieron como algo normal, la mayoría, en cambio, reprochó que dejarán sin estrellas a los equipos para sus últimos enfrentamientos.

La realidad, y desde un punto de vista muy personal, no tenía ningún caso ni provecho arriesgar a los titulares que son pilar de sus equipos; de hecho, baste señalar algo que quizá pocos se han detenido a analizar: Esta campaña se elevó el número de juegos de 16 a 17, y aunque se argumente que sólo es un juego, muchos de los jugadores admiten que para las últimas semanas todos están muy golpeados.

A lo anterior hay que agregar que esos cuerpos realmente están acostumbrados a golpearse por 16 semanas de una temporada regular, no más, por el momento. No debemos olvidar que cuando la Liga hizo la propuesta un enorme número de jugadores estaban en contra de la medida, sólo una muy buena tajada de los derechos de transmisión logró convencerlos. Por esa razón, muchos de los titulares que no participaron en la semana 18 lo agradecieron de verdad.

Algunos dicen que pierden ritmo de juego, quizá sea cierto hasta un determinado momento, pero no como para estar completamente desenfocado física y mentalmente del juego.

Un ejemplo claro de lo riesgoso que es meter a los titulares cuando ya todo esta decidido, fue lo que sucedió con Sam Laporta, el ala cerrado estelar de Detroit, quien esta en duda para jugar el domingo por una lesión en la rodilla.

La realidad es que ya con sólo dos o tres juegos por delante para disputar el Super Bowl, un descanso de una o dos semanas es oxígeno puro para unos cuerpos sumamente golpeados. De hecho, es un estímulo muy valioso para dar el último estirón.

EL LUNES NEGRO PARA LOS COACHES

Creo que pocas noticias son tan morbosamente esperadas como el llamado “lunes negro” de cada fin de temporada, cuando ruedan las cabezas de los coaches que estaban en la silla caliente.

Algunos de ellos ya se lo esperaban, no pueden decirse sorprendidos, ni ellos, ni los jugadores y menos la afición, nos referimos a Ron Rivera y Arthur Smith.

En Washington, con una nueva directiva, era de esperarse que en cuento terminara la campaña sacaran la escoba. Despiden a Rivera, y era de los más lógico: los llamados Comandantes no iban a ningún lado con él. Lo realmente interesante será saber que deciden darle el control a Eric Bienemy, el talentoso coordinador ofensivo traído de Kansas City. Se trata de un entrenador negro, y como tal sabemos continúan ciertos sentimientos a tener gente de color en puestos clave de mando en algunas franquicias.

Con Atlanta, el dueño Arthur Blank no tuvo más paciencia con Smith, una brillante mente ofensiva que no pudo materializar un proyecto sólido y menos desarrollar a un quarterback para sostener un plan de trabajo.

Finalmente, esta el caso más esperado: Bill Belichick. Aunque para la tarde del domingo con la derrota de los Patriotas ante los Jets todo auguraba que sería despedido el lunes por la mañana, la sorpresa fue el silencio de la organización ante tan situación.

A pregunta expresa de la prensa sobre su futuro, Belichick respondió que él se encuentra bajo contrato y no vislumbraba nada en el horizonte. La realidad es que, desde mi perspectiva, tanto Robert Kraft, dueño del equipo de Nueva Inglaterra, como Belichick, seguramente están buscando la manera más elegante de separarse.

A un hombre que dio seis títulos no se le puede despedir como uno más y simplemente dar vuelta a la página. Lo más seguro es que varios equipos tengan un legítimo interés en Belichick y quizá estén esperando ultimar detalles del cambio para dejar ir al entrenador que les dio dos décadas de triunfos a lo grande, y no sería para menos.

Bill Belichick

Bill Belichick

Sin embargo, lo que es un hecho, es que Belichick no seguirá con el equipo, no hay argumentos reales para mantener una relación (coach-equipo) que a todas luces ha terminado su ciclo.

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