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Trevor Lawrence, la promesa que requería un mentor

Es verdad que llegado este punto de la temporada roban cámara las llamadas “Playoff Pictures” y no es para menos, el panorama comienza a clarificarse en varias divisiones en ambas Conferencias, sin embargo, también es un buen momento para evaluar lo que ha sucedido con jugadores y equipos que hasta este punto de la campaña anterior ya eran parte del limbo de los olvidados y los perdedores, y nada mejor para arrancar dicha lista que con los Jaguares de Jacksonville y principalmente su quarterback, Trevor Lawrence, de quien hasta hace un año muchos pensaban era un caso más de las clásicas estrellas a nivel colegial que simplemente no pueden con la presión y el ritmo del futbol americano profesional.

Trevor Lawrence

Trevor Lawrence

IG Trevor Lawrence

Es una historia de nunca acabar, y aunque ahora mismo lo atestiguamos con mariscales que al llegar a la NFL se creyó eran el futuro en la posición en varios equipos, nos percatamos que el peso de la NFL no es cosa fácil para muchos.

Los nombres sobran, muy recientemente van desde un Mitch Trubisky (Chicago) Josh Rosen (Arizona), Andrew Lock (Denver), hasta un Zach Wilson (NY Jets), Sam Darnold (NY Jets) y Baker Mayfield (Cleveland); estos dos últimos hoy se debaten en las Panteras de Carolina ante lo que podría ser su oportunidad final en la Liga después de haber tenido grandes proyecciones como estrellas en sus primeros equipos.

Lo que suceda con ellos dependerá en gran medida no sólo de sus propias capacidades, avances y retrocesos en el profesionalismo, sino de los mentores con que se encuentren en el camino.

No obstante, nada mejor para ejemplificar esa combinación de mariscal y mentor que lo que presenciamos semana a semana en Jacksonville con Trevor Lawrence y el entrenador Doug Pederson.

LA TRANSICIÓN

Hasta el final de la campaña 2021, la actuación de Lawrence distaba enormidades de su paso como estrella en la Universidad de Clemson. La batuta del entrenador Urban Meyer (un guru del futbol colegial pero pésimo desempeño a nivel profesional) lo único que logró fue acabar con la ilusión y, no exagero, hasta con la autoestima de este jugador. Lawrence era sencillamente un desastre. Un porcentaje de efectividad de 59 por ciento y 17 pases interceptados con sólo 12 pases para touchdown parecían razones más que suficientes para tirar la toalla y mirar hacia otra dirección por parte de la directiva de los Jaguares, tal y como sucede ahora con Zack Wilson en NY Jets, quien parece va en retroceso y los Jets ya comienzan a dudar.

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Sin hacer caso a la horrenda campaña de su joya del draft (Lawrence fue la selección global número uno del 2021), la oficina se decantó por un mentor de verdadera calidad, nada de experimentos ni de jóvenes promesas como entrenadores (una fórmula que le ha salido basta efectiva a varios equipos muy recientemente como Filadelfia, Minnesota o Miami). Los Jaguares eligieron a Doug Pederson, un entrenador probado y además ganador de Super Bowl. Nadie mejor que él devolvería la confianza y desarrollaría de manera adecuada a este joven que, sin presionarlo a despuntar en su segunda temporada como profesional, se ha notado la evolución positiva a cada semana.

Mucho del éxito quizá se deba a que la directiva no ejerció presión a Pederson, dejando en claro que se trataba de un plan a mediano plazo, lo que ha ido desarrollando la química adecuada entre quarterback y coach, la indudable fórmula ganadora de cualquier equipo.

Los ejemplos saltana la vista: Andy Reid-Patrick Mahomes en Kansas City, Sean McVay-Matthew Stafford en LA Carneros, Zac Taylor-Joe Burrow.

Al igual que estos han generado un circulo virtuoso para ganar, es indudable que la mayor experiencia de Pederson puede ser crucial para encumbrar a Lawrence.

Lo que hizo el domingo: derrotar a la siempre efectiva y ruda defensiva de Baltimore, es una prueba inequívoca de que este joven pasador va en la dirección correcta. Es cierto que quizá los Jaguares no alcancen la postemporada, pero eso no importa por el momento. Pederson tiene una espina clavada después de que en su momento iba desarrollando a Carson Wentz con una calidad que parecía lo llevaría a ser el MVP de aquella temporada del 2018 y después de una grave lesión el pasador jamás volvió a recuperar su ritmo ni confianza. Aunque Pederson ganó el Super Bowl 52 con Filadelfia con un quarterback suplente como Nick Foles, Pederson sabe que de la mano de Wentz en su mejor momento habría sido apabullante. Sin embargo las cosas nunca volvieron a darse como se esperaba entre ambos y Pederson salió por la puerta trasera de las Águilas.

Por eso, ahora tiene la gran oportunidad de demostrar que puede desarrollar a otro super talento colegial como Lawrence y de paso sacar a flote a una franquicia que ha estado por varios años perdida en el anonimato de los perdedores.

Pederson es el clásico caso de un gran mentor que puede hacer de un potencial talento una grata realidad. Tan sólo en lo que va de la presente temporada, Lawrence ya rebasó su total de pases para anotación del 2021; acumula 16 y sólo 6 intercepciones con un muy destacable 66 por ciento e efectividad.

Por lo anterior, será importante no perderle la pista a Lawrence, porque tras la actuación del domingo contra los Cuervos seguro vendrá ese salto cuántico de confianza que elevara su nivel.

Y como el caso de la dupla Pederson-Lawrence, no podemos dejar de lado otra que calladamente se va abriendo paso ante escépticos (me incluyo), me refiero la fórmula que se gesta en Miami con el coach novato Mike McDaniel y el mariscal Tua Tagovailoa, quien al momento ha callado varias bocas con su trabajo y tiene a los Delfines en la cima de la división Este de la AFC.