Opinión

Garoppolo o la noche de un dandy

Hace más de seis meses cuando se anunció que los 49ers de San Francisco jugarían en México contra los Cardenales de Arizona todos, absolutamente todos, estaban conscientes de que veríamos una nueva cara detrás del centro de la ofensiva gambusina, es decir, a Trey Lance, ese atlético mariscal de campo por el que la oficina de los 49ers, comandada por Jonnhy Lynch, pagó una fortuna en selecciones colegiales para seleccionarlo.

De Jimmy Garoppolo, en ese momento era ya un recuerdo y hasta un fantasma que se desvanecía en los suspiros de un par de buenas temporadas, pero con sabor a un plan que no cuajó como muchos esperaban, incluyendo al coach Mike Shanahan y el mismo Lynch.

JImmy Garoppolo

JImmy Garoppolo

Meses después, y tras la contundente victoria de los 49ers en el Monday Night Football en el Estadio Azteca la noche del lunes, nadie, absolutamente nadie, se imaginó que el telón de la velada perfecta que vivió el equipo de San Francisco y sus aficionados, terminaría con la presencia de un tipo elegantemente vestido con un imponente casimir de tonalidad rosada y un distintivo pañuelo en la solapa del mismo; si, nos referimos a Jimmy Garoppolo, quien digno de una alfombra roja, dio cierre a un largo desfile de elementos del equipo en la muy improvisada sala de conferencias en el estacionamiento del Coloso de Santa Úrsula.

Y aunque muchos podrían pensar que se trata de un tipo vanidoso y engreído, dada la diferencia de imagen para salir a la conferencia ante los medios respecto a sus compañeros que lo hicieron en sudadera o completamente casuales, Garoppolo no sólo dio cátedra en la cancha con cuatro pases de anotación, sino con una sobriedad que ya quisiera cualquier luminaria de la farándula.

Si, y es que, como señalamos líneas arriba, hace seis meses nadie, pero nadie pensaba siquiera que Jimmy G sería parte del equipo de los 49ers, ya que fue puesto en la mesa de negociaciones para cualquier conjunto que se interesara por él.

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No obstante, llámense destino, suerte, azar o capricho de algún ente, una lesión en el hombro que debió ser tratada quirúrgicamente lo alejó del radar de los postores que en un principio alzaron la mano para llevárselo.

Nadie lo quiso; y él, lejos de impacientarse y buscar salir de los 49ers y forzar un intercambio decidió quedarse y trabajar.

Shanahan y Lynch, al percatarse que nadie lo adquiriría, inteligentemente decidieron mantenerlo, con una ingeniosa reestructuración de su jugoso contrato que el mismo Jimmy aceptó sin objeción alguna.

Llegada la semana dos de la temporada, increíblemente todo tomó sentido. Una lesión que dejó fuera por toda la temporada a Lance colocó de nueva cuenta a Garoppolo al mando de una ofensiva que ya conocía.

Para beneplácito de muchos de los seguidores no sólo de los 49ers, sino del mismo Jimmy G, bien puede decirse que la noche del juego en el Azteca fue suya, al lanzar por primera ocasión cuatro pases de anotación y, sobre todo, tener al equipo en la cima de la División Oeste de la NFC con tan sólo siete juegos por delante.

Sinceramente, es una situación que ni él mismo la esperaba y menos aún se la creía cuando las piezas se fueron acomodando de esta forma.

La sonrisa de una fortuna imposible de ocultar lo delata en medio del bombardeo de preguntas cuando responde que se siente contento de estar en el sitio exacto en este momento y rodeado de jugadores explosivos.

Cauto pero emocionado, acepta que ha madurado en estas dos últimas temporadas y, aunque evita tocar el tema, sabe que la cereza del pastel en este momento sería llegar nuevamente al Super Bowl, tal como lo hizo en 2019, cuando se quedó a sólo unos minutos de ser campeón.

El destino lo tiene claro, el camino lo sabe y la receta esta en buenas manos con el coach Shanahan, ahora sólo falta que este Dandy de casimir rosa y elegante pañuelo en la solapa prepare a la perfección el platillo del anhelado sexto campeonato para la franquicia, después de todo, aunque no se diga, el mismo sabe que ahora si es efectivamente su último año con los 49ers (su quinto año tal y como se firmó en 2018 y que lo hizo millonario).

El año entrante no habrá vuelta de hoja, Lance será el titular y Garoppolo debe demostrar que tiene los argumentos para llevar a un equipo muy alto y muy lejos, de eso dependerá su siguiente destino, pues con 31 años aún tiene mucho camino por recorrer.

Con esa sonrisa que lo hace el chico carismático de la película, abandonó la sala y se dirigió de nuevo al vestidor de los 49ers, no sin antes ser detenido por media docena de chicas que no lo dejaron escapar sin pedirle una foto, un autógrafo o el simple momento de mirarlo de cerca.

Así fue la noche del Dandy de rosa, que en la cancha robó gritos y aplausos, y al final de la noche suspiros de las chicas que no dejaron de gritar “Jimmy G!, Jimmy G!”.