
La noche del sábado 26 de julio de 2025, el emblemático Teatro Metropólitan fue testigo de una de las presentaciones más emocionantes y significativas de la banda chilena Lucybell, quienes ofrecieron un concierto de despedida temporal ante miles de seguidores. Esta función, parte del Ecos Tour Final, marcó un cierre simbólico luego de 34 años de trayectoria musical.
Poco antes de las 20:30 horas, una larga fila de fans cubría la explanada del teatro. A las 20:00, comenzaron a reunirse bajo la marquesina iluminada con el nombre Lucybell para una fotografía colectiva que quedó grabada en la memoria de quienes asistieron. En medio de la entrada de los asistentes, una ligera llovizna ayudó a intensificar el ambiente de nostalgia que envolvía esa noche emotiva.

Cuando se apagaron las luces, Claudio Valenzuela, Eduardo Caces y Cote Foncea emergieron en un fondo verde iluminado, detonando un grito ensordecedor del público que llenó el recinto por completo. Desde los primeros acordes, canciones como “Caballos de histeria” y “Sembrando en el mar” remecieron al público, demostrando que la potencia sonora es parte inherente de su legado.
Setlist memorable: casi tres horas de música
El concierto ofreció un recorrido impresionante por su discografía. Según setlist.fm, el trío interpretó 39 piezas, incluyendo ráfagas de clásicos como Viajar, Eternidad, Grito otoñal, Milagro, y el esperado final con Cuando respiro en tu boca. Con cerca de tres horas de duración, fue sin duda la presentación más extensa de su carrera.

Después del torbellino inicial, Lucybell bajó la intensidad para ofrecer un set acústico memorable. Foncea tomó la guitarra en medio de luces cálidas, creando un ambiente íntimo donde padres y sus hijos compartieron miradas y emociones auténticas, reafirmando el carácter intergeneracional del legado de la banda.
Uno de los momentos más conmovedores fue cuando Claudio Valenzuela bajó del escenario y caminó entre el público mientras interpretaba uno de sus éxitos. Las manos entregadas, las lágrimas y las muestras de cariño reflejaron una comunión profunda entre artista y audiencia. El fin llegó con una bandera mexicana ondeando sobre el escenario y un mensaje lleno de esperanza: “Ojalá la pausa no sea tan larga”.