Escenario

Los cofundadores de Hilo Negro, Michel Duhart y Alan Galicia, comparten la historia detrás de “Voces Calladas”, un tema nacido del dolor personal que se transforma en protesta musical y puente con la ciencia y la sociedad

Hilo Negro alza la voz con “Voces Calladas”: una entrevista sobre música, duelo y resistencia social

La agrupación Hilo Negro
La agrupación Hilo Negro Foto: Cortesía

Cuando el guitarrista Michel Duhart habla de “Voces Calladas”, no lo hace como quien narra una anécdota artística. Lo hace como quien sostiene un duelo que aún no termina. En febrero de 2023, su sobrino desapareció. Desde entonces, la herida se ha mantenido abierta, sin justicia, sin respuestas, sin cuerpo al cual llorar. Ese dolor se convirtió en la raíz de una canción que hoy, más de dos años después, ha encontrado el momento necesario —y urgente— para ser escuchada.

“Me tocó vivir todo el viacrucis familiar,” comparte Duhart. “La amargura, la angustia, la revictimización por parte de las autoridades y la total falta de empatía de las instituciones del Estado. A la fecha, sigue sin aparecer”.

La canción, que se quedó un tiempo guardada, emergió finalmente tras los hallazgos en un rancho de Jalisco que confirmaron —una vez más— la magnitud del horror que atraviesa México. Con ese impulso, la banda decidió publicar “Voces Calladas”, un tema que no solo denuncia, sino que reivindica al rock como vehículo de protesta, como un espacio para golpear la mesa y gritar lo que no puede seguir siendo silenciado.

Para Alan Galicia, bajista y también cofundador de Hilo Negro, la empatía es el núcleo emocional de la pieza. “No lo estamos cantando desde el lugar de la víctima directa,” explica, “sino desde los colaterales, desde los que quedan: las madres, los hermanos, los que viven con esa ausencia permanente”. Así, “Voces Calladas”se convierte en un manifiesto contra la indiferencia institucional y social. No es solo una canción de denuncia; es un acto de resistencia.

Una canción que une ciencia, arte y memoria

El video que acompaña “Voces Calladas” es más que un acompañamiento visual. Bajo la dirección de Adrián Palomino, el clip se aleja de la representación explícita del dolor y evita caer en la apología del delito. En cambio, se plantea como un ritual íntimo entre madre e hija, en el espacio simbólico de una cocina mexicana, donde una madre prepara amorosamente a su hija con un kit forense antes de que salga a la calle.

Este kit no es un elemento ficticio. Se trata de una herramienta real creada por la científica Becky Bios, pensada para facilitar la identificación forense en caso de desaparición, y que también puede ser útil para personas en situación de vulnerabilidad, como adultos mayores con demencia o víctimas de desastres naturales.

La banda no creó este kit, pero al enterarse de su existencia decidieron apoyar su difusión y convertir la canción en un puente entre el arte y la ciencia. “Queríamos un video que fuera estético y profundamente respetuoso. Cuando Adrián nos habló del trabajo de Becky, supimos que tenía que ser parte de esto”, señala Galicia.

Duhart lo resume con contundencia: “Esto ya es un acto de desesperación. Nos manifestamos, gritamos, cerramos calles… lo que sigue es la música”. En ese sentido, “Voces Calladas” no es solo una canción; es un gesto desesperado de visibilización, una súplica para que la sociedad y el gobierno miren de frente a una crisis humanitaria que parece haberse vuelto rutina.

El rock como herramienta viva: contracultura, memoria y conciencia

La historia de Hilo Negro no es nueva. Nacieron a finales de los años 90 con una identidad musical marcada por la urgencia del decir, por un impulso contracultural que ahora buscan revivir con más fuerza. En los últimos años, su regreso ha estado cargado de contenido social: temas como “Azul Dolor” o “Alucinada” han girado en torno a la ecología, los derechos humanos y la salud mental.

Para Duhart, este giro no es una decisión calculada, sino una consecuencia natural del momento vital y social en el que se encuentran: “El artista siempre refleja su contexto. Y nuestro contexto es brutal. Lo que más me sorprende es cómo el rock, que alguna vez fue contestatario, se ha domesticado. Hay un rock tan chato, tan buena onda, tan solapador… hasta propagandista. ¿Dónde está el grito?”

Por eso, aunque no buscan encasillarse como una banda política, sí se proponen como un espejo incómodo, como un recordatorio de lo que el rock alguna vez fue y aún puede ser. Galicia lo aclara: “No queremos politizarnos. Solo queremos expresar lo que nos mueve. Y ahora, esto nos mueve profundamente”.

La agrupación Hilo Negro
La agrupación Hilo Negro Foto: Cortesía

El Showcase del 3 de julio fue un ejemplo claro de ese poder de conmoción. Tras una rueda de prensa intensa en la que colectivos compartieron fotografías de sus desaparecidos y Becky Bios explicó su propuesta forense, la banda tuvo que subirse al escenario. “Fue un cambio de energía brutal,” recuerda Galicia. “Pero lo logramos. La gente conectó. La canción tocó una fibra muy profunda, incluso entre los medios”.

¿Y qué viene después de “Voces Calladas”? Hilo Negro planea seguir explorando diferentes emociones y temas. Aunque las próximas canciones no serán estrictamente sociales, sí mantendrán un enfoque humano, reflexivo y emocional. Una de ellas hablará de la Malinche y la historia de México; otra abordará el duelo y la dificultad de salir de la depresión. “Lo que sí te puedo asegurar,” afirma Duhart, “es que nunca vamos a hacer canciones superficiales. Lo nuestro será siempre con un filo, con una herida abierta”.

La entrevista cierra con una reflexión necesaria: “Ojalá la gente le dé el beneficio de la duda al rock mexicano en vivo,” pide Michel. “Bajo la superficie del mainstream, hay un volcán a punto de estallar”.

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