
Hacer cine en México, desde la escritura del guión hasta la distribución de una película o incluso de un cortometraje, implica enfrentar una serie de obstáculos que es importante tener en cuenta desde un inicio. Esto es mucho más común dentro del cine independiente.
El guión puede cambiar una y otra vez; personajes que al inicio parecían ser demasiado importantes como para removerlos, dejan de existir en los últimos cambios. Y aunque a veces la búsqueda del diálogo perfecto pueda parecer la acción más compleja, los asuntos a resolver no se detienen una vez concluida la parte de escritura.
Ya que desde ese punto en adelante la historia deja de ser exclusivamente parte del conocimiento de quien la escribió y lo más seguro es que quien hace cine se encuentre con una larga lista de posibles productores y/o casas productoras para el proyecto.
Sin embargo, cuando se les hace la propuesta no muestran el mismo interés en contar la historia. Lo que lleva a que surjan conflictos creativos al querer abarcarlo de manera diferente.
La razón de esto no se explica en una sola palabra. El rechazo bien puede deberse porque algo dentro del desenlace de la historia no se encuentra dentro del patrón el cual se han dado cuenta que les conviene seguir si quieren tener una remuneración económica más alta que en la que invirtieron.
Otra necesidad a considerar es por ejemplo la renta del equipo de filmación si las personas involucradas no cuentan con él o necesitan algo muy especializado.
Sin duda, el corazón del cine independiente viene del deseo de darle vida a las visiones de las y los cineastas. Lográndolo con la existencia de un apoyo mutuo entre artistas.
Lo que no significa que hay que olvidar la caja chica, con el dinero para gastos que surgen de imprevistos.

Por otro lado, se puede considerar aplicar a las convocatorias del IMCINE (Instituto Mexicano de Cinematografía), que salen durante todo el año.
Una vez terminada la película o cortometraje, cuando ya se terminó el proceso de postproducción (montaje, corrección de color, subtítulos, créditos…) surge una nueva incógnita: la distribución.
Y aunque hay casas productoras que se encargan de todo el trámite; en el caso de los proyectos más independientes, no suele ser tan fácil.
Pues ante el asunto del control de las carteleras, no es extraño que una de las prioridades de dichos estudios sea que sus películas tengan éxito.
Dicho éxito, aunque pueda variar en significado(taquilla, opinión de la crítica, publicidad por parte del público, etc), lo más seguro es que sea en el sentido de verse reflejado en la cantidad de boletos vendidos.
Y los mismos que consideraron una historia muy arriesgada y cuentan con los medios necesarios, consiguen para sus producciones, al menos 10 funciones tanto en el idioma original como doblada en la mayoría de los cines.
Como espectador es fácil darse cuenta de eso con una simple ojeada a la cartelera que te muestra las miles de funciones de una misma película contra dos funciones de otra en horarios poco convenientes para una gran mayoría. Dejando así en desventaja a esta última.
Y aunque las y los creadores que no hacen precisamente cine comercial, no buscan primordialmente el éxito taquillero, es importante tener un espacio donde presentar tus películas.
Y entonces con el objetivo de contrarrestar los efectos de las mega productoras, nacen los festivales de cine; en los cuales múltiples nuevos talentos han llegado. Para así conseguir la atención tanto de la crítica como del público y la oportunidad de hacer más de lo que les gusta.
En 1932, en Italia se celebró el primer Festival Internacional de Cine: “ Mostra de Venecia”, comúnmente conocido como el “ Festival Internacional de Cine de Venecia”, el cual desde entonces ha mantenido su importancia.
Mientras que en México, hasta 1958 se realizó en la Ciudad de México él festival “ La Reseña”.
La época de oro del cine mexicano había terminado pocos años antes, y con ello había llegado el declive en la calidad de las producciones. Los temas de las historias se repetían una y otra vez sin creatividad.
Fue entonces que el objetivo de “ La Reseña” nace para mostrar al público mexicano cine internacional de calidad. Por desgracia el festival sólo pudo celebrar hasta su décimo aniversario, debido a los costos involucrados y a un desinterés de parte de los patrocinadores.
Y no fue hasta 1986, cuando surgió el tan conocido “Festival Internacional de Cine de Guadalajara”, organizado por la Universidad de Guadalajara. El cual sigue siendo uno de los más importantes en América Latina, al contar con invitados de todo el mundo.
Hoy en día, no se trata de algo escaso, al contrario hay miles de festivales de cine tanto en México como en el mundo; con más creándose cada día.
Las categorías en las que se separan suelen ser por géneros, como por ejemplo el terror con el “Macabro Film Festival” o la comedia con “ 24 Risas por Segundo”. También pueden dividirse por la técnica, como lo es el stop motion, entre otras categorías.
Por todo esto, es importante que las y los cineastas presten atención a las convocatorias a las que mandan sus proyectos.
Y así acercarse un poco más a la posibilidad de quedar en la selección oficial del festival.
También suele haber, aunque se trate de un festival internacional, categorías únicamente para los locales del país o ciudad donde se lleve a cabo.
Durante todo el año hay convocatorias y no es difícil enterarse de estas. Aunque también una búsqueda rápida en internet, despliega mucha información acerca de las opciones.
Otra regla que puede llegar a reducir la lista es que no todos los festivales aceptan proyectos que ya fueron presentados en alguna otra muestra. Y mientras se está a la espera de que anuncien las películas y cortometrajes seleccionados de cada año, es probable que otras convocatorias cierren.
E incluso aún más estricto, el audiovisual puede no pasar el filtro si se llega a encontrar contenido detallado de éste en alguna red social.
Esto se debe a la búsqueda de estrenos exclusivos que quieren incluir en su muestra.
Otra desventaja puede llegar a ser la cuota de inscripción que hay que pagar para poder mandar un proyecto.
El objetivo de dicha cuota es el poder seguir financiando la producción y la logística del evento.
Aunque por suerte, para quienes no pueden estar pagándole a una respuesta incierta, no es algo por lo que preocuparse demasiado ya que no todos los festivales cobran.
Los formatos de inscripción, suelen pedir prácticamente siempre lo mismo, sin importar de donde se lleve a cabo.
Lo más común es que pidan enviar el proyecto subtitulado, stills promocionales (los más representativos del audiovisual), y en el formulario incluir los datos de contacto e información acerca de los participantes.
La sinopsis se trabaja desde que se decide convertir la idea en un guión, tratándose de un elemento, que aunque no lo parezca es parte de cada uno de los pasos.
Y gracias a dicho material, se puede no solo conseguir financiamiento, sino también la atención del público al saber contar la historia de una manera llamativa.
En el caso de los festivales internacionales la sinopsis la piden tanto en español como en inglés y suelen poner un número máximo de caracteres con la razón de que aunque sea arte, se trata de vender algo con mucha competencia intentando hacer lo mismo.
