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Adriana Barraza: “Deseo que puedan haber historias donde quepamos todos”

ENTREVISTA. La icónica actriz mexicana compartió con Crónica Escenario detalles de sus 50 años de carrera, luego de su homenaje en el Festival Internacional de Cine de Guanajuato

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La actriz participará en El último vagón, lo nuevo de Ernesto Contreras.

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CORTESIA GIFF

Como parte de la celebración de su 25 aniversario, el Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF, por sus siglas en inglés) tiene como una de las grandes invitadas al certamen a Adriana Barraza, quien celebra 50 años de carrera artística. Como parte del marco de este festejo, la talentosa actriz impartió una clase magistral en el Auditorio Mateo Herrera donde habló de algunos puntos interesantes de su historia detrás y delante de las cámaras. Asimismo, Crónica Escenario tuvo el gran placer de charlar con ella al respecto de su pasado, su presente y lo que viene en el futuro cercano.

Comenzando la conferencia con prensa y público asistente, Adriana Barraza hizo hincapié en cómo fue que comenzó en la actuación de una manera un tanto fortuita. “Yo no escogí mi profesión, ella me escogió a mí. Desde niña quería ser bailarina de ballet y a mis ocho años tenía esa añoranza. Las situaciones cambiaron y en la preparatoria, a mis 15 años, tuve que elegir un taller forzosamente. Estaban los deportes, el ballet clásico y teatro y como no alcancé lugar en el ballet, me metí a teatro. Recuerdo muy bien esa primera clase porque mis compañeros eran adolescentes con necesidades afectivas, como yo. Aunado a un maestro muy amoroso, me di cuenta que encontré sin querer un espacio que me hacía sentir muy bien en la actuación. De eso hace 50 años y aquí estamos”, comentó.

También, la talentosa mexicana habló de lo que ella considera que es la actuación. “Para mí, después de tanto tiempo, la definiría como el evento de poder escucharse uno a otro arriba del escenario, no con los oídos solamente sino lograr saber qué le pasa al de enfrente y poder crear una comunicación. Lo que yo reciba de mi compañero tiene una respuesta de mi parte y es ahí donde se genera el evento dramático, cuando dos personajes tienen esa vía abierta y a partir de ello nazca todo el conflicto. Además, añadiría la importancia de tratar de encontrar los personajes inmersos en tres cualidades: ser naturales, verídicos y profundos. Cuando buscamos que el rol que representamos tenga esas cualidades, creo que encontramos la veracidad para hacerlo de buena manera en el escenario”, explicó.

Acerca del oficio y de la creencia de que el actor es el centro de atención en cualquier obra, Barraza con experiencia y humildad refuta esa idea y defiende la parte de creación que cada histrión debe de tener. “Que el actor piense que todo está y rueda alrededor de él me parece absurdo. Yo he trabajado en muchas áreas a lo largo de mi carrera, como directora, maestra o coach en teatro, cine y televisión y puedo decir que el actor es solamente una parte de la obra y en nuestro oficio tenemos que estar muy conscientes de eso. Como actriz, me doy cuenta que existe un gran todo del que formo parte y que el director me necesita para contar una historia y por eso trato de poner lo mejor de mi parte creativa, dejando de lado la imitación. Tenemos que dejar de lado los membretes y pensar en la calidad del trabajo que estamos entregando pues la parte creativa está al servicio del personaje que, en cadena, está al servicio de alguien más”, aseveró ante el público asistente al Teatro Mateo Herrera.

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Adriana Barraza. Foto:

Además de la actriz que se ha consolidado frente a la cámara con el paso del tiempo, también ha tenido un rol trascendental como maestra, forjadora de talento detrás de cámaras, una experiencia que también compartió y lo que eso implica. “Muchas de las áreas en las que me he desenvuelto escénicamente han sido por necesidad y doy las gracias a ello. Ser madre soltera me hizo que me ofrecieran el ser maestra aunque no tenía ganas de serlo. Me puse a estudiar mucho para ello pues soy una persona bien responsable y no quería ser una mala profesora. Nuestra responsabilidad como actores es estar atentos a lo que nos digan o hagan los maestros y la constante preparación ante ello, tenemos que estar siempre al día y tratarlos con cierta particularidad”.

Para los lectores de Crónica Escenario, Barraza ahondó más en esa parte dual y lo mucho que le ha servido durante tanto tiempo en la profesión. “Me ha dado mucho estar delante y detrás de la cámara porque puedo entender las necesidades de una producción. Cuando he dirigido, por ejemplo, me ha tocado que el actor esté desesperado porque no lo llaman o alguna otra situación relacionada a la producción. Entonces, en mi caso, puedes estar mejor, más contento, menos lastimado a veces, si entiendes que ambas partes tienen sus necesidades”.

No obstante, Adriana recalcó también la mayor lección y aprendizaje que ha tenido para ella misma así como para sus estudiantes. “La disciplina es lo que he aprendido todo este tiempo como actriz, directora o productora. Esa lección junto al trabajo arduo, la paciencia y la pasión por lo que uno hace es lo primordial. Eso es lo que me queda y no creo que haya ninguna carrera coherente, satisfactoria o verdadera si no es con base en ambas, disciplina y trabajo”, aseveró.

En la entrevista con ella, manifestó que a pesar de su pequeña experiencia como directora en el 2017 con el cortometraje Crisálidas, esa labor es algo que por el momento no le interesa explorar. “Soy muy respetuosa del oficio, lo que hice en Crisálidas fue tener a una cineasta conmigo y básicamente mi labor fue dirigir a los actores de mi Acting Studio y, obviamente, concebir con ella toda esta historia pero para poder animarme a dirigir algo tengo que estudiar primero y no tengo el tiempo todavía. Es un enorme respeto el que tengo por la profesión de cada quien. Antes que ello, preferiría tomar cursos de actuación con grandes maestros en muchos lugares y nunca tengo tiempo ni siquiera para eso”.

Adriana Barraza durante su conferencia magistral.

Adriana Barraza durante su conferencia magistral.

CORTESIA GIFF

Durante su Clase Magistral, la actriz homenajeada por sus 50 años de carrera confesó su gusto por el terror y su experiencia en Arrástrame al infierno al lado de Sam Raimi. “Tengo una colección española que se llama la biblioteca del terror, que salió en los 80s y tengo fácilmente unos 100 fascículos. Además, soy amante de Lovecraft, de Poe y demás. Cuando tuve la oportunidad de trabajar con Sam, a quien ya tenía en el radar como uno de los directores de género favoritos gracias a sus películas donde te vomitas, te asustas o te ríes, poder conocerlo como persona e incluso ayudarlo a trabajar con la actriz peruana que hacía de mi versión joven en la cinta, fue todo un placer. Poder hacer terror es muy divertido, sobre todo si es en busca de que seriamente alguien se asuste. Pero la factura es de una gracia, un sentimiento de comunidad en el que actoralmente puedes transformarte de tal manera que tu puedas llegar a lo más terrible que puede enfrentar o tener el ser humano. Pensar en tu cuerpo, tu voz y todo eso. Fue delicioso, honestamente”.

Para Crónica Escenario, también habló de lo mucho que le gustaría ahondar más en ello en cines, sobre todo con esta generación nueva de realizadores mexicanos que poco a poco van creciendo a través del terror. “Claro que me encantaría trabajar más en el cine de género. De hecho, actualmente tengo algunas propuestas de ese tipo para realizar en los últimos meses de este año. Me divertí mucho haciendo Bingo Hell con Gigi Saul Guerrero y me encantaría hacerlo con más realizadores como Isaac Ezban y otros que en este momento no recuerdo, pero de los cuales he visto sus películas. Uno siempre está dispuesto y abierto a recibir ofertas de proyectos. Pero sí, es un género que me gusta muchísimo”, afirmó.

En la conferencia con el público que sigue su trabajo, Barraza también recordó uno de sus papeles más queridos, Doña Flor, en el filme Todo lo demás. “Es una película que amé hacer y fue dificilísima para mi porque representó un reto enorme tratar de hacer un rol lo más humano posible. Si ella estuviera aquí conmigo, creo que me miraría a los ojos para tratar de comprendernos y tal vez ella estaría muy contenta de que yo, Adriana, si me pude meter a una alberca”, reflexionó emotivamente.

Adriana aprovechó para platicarle a Crónica Escenario de lo que viene para ella próximamente, primero con la más reciente cinta del realizador Ernesto Contreras. “El último vagón, del cual aún no puedo decir mucho, es una película familiar que sé que le va a encantar a la gente. Lo que puedo decir por mi parte es que tengo muchas ganas ya de trabajar con Ernesto, lo he seguido desde Párpados azules hasta ahora y me parece que es un director que sabe desentrañar lo más bonito del ser humano tanto en su conflicto como en su profundidad”.

“Es una película de este universo increíble, la primera donde el superhéroe es mexicano con todo y su familia”, dijo sobre Blue Beetle.

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CORTESIA GIFF

Sumado a ello, Barraza vuelve a participar en el mundo de los cómics llevados a la pantalla grande con un personaje latino en el universo de DC, Blue Beetle. “Acabamos de terminar de grabar, fueron cuatro meses de trabajo, tres en Atlanta y uno en Puerto Rico. Es una película de este universo increíble, la primera donde el superhéroe es mexicano con todo y su familia. En mi caso, interpreto a su abuela con una caracterización de alguien de 80 años. Fue muy divertido, hubo mucho esfuerzo y un trabajo bastante duro debido a la cantidad de acción que hay y porque los familiares del héroe, que interpreta Xolo Maridueña, también son superhéroes, no en el sentido real sino en el de la vida. Es una cinta muy hermosa, ya la verán en su momento”, afirmó.

Esto inevitablemente condujo a que la actriz recordara su anterior participación, esa vez con Marvel, en la cinta Thor de Kenneth Brannagh, en la cual no llegó al corte final. “Fue muy chistoso, se filmó mucho para esa cinta y sobró material. Mi personaje no era necesario para que contaran el relato del Dios del Trueno. Lo maravilloso fue que recibí una invitación por parte de la producción del filme y era un personaje bonito que convivía con Natalie y Chris Hemsworth. Tuve la bendición de estar con Brannagh y me preguntara qué quería hacer y fue una plática deliciosa. Eso nadie me lo quita y después fue verlo dirigir y dar lecciones de actuación con una alegría tremenda. Cuando se iba a estrenar la película me mandó una carta disculpándose porque no había quedado en el corte y esperaba que trabajara conmigo en otra ocasión y le respondí agradecida mencionándole que gracias a él Shakespeare le llega a los jóvenes. Es una anécdota hermosa”, rememoró.

Esta gran actitud coincide con algo que Barraza mencionó durante su Master Class acerca de lo que normalmente desea hacer. “Siempre quiero que el próximo trabajo que venga me salga bien, lograr que mi personaje siempre sea lo más verídico y profundo hecho de la manera más honesta posible para que, cuando el espectador lo vea, lo pueda sentir. Espero que mi director me diga que por ahí es y así cumplir sus expectativas. Uno nunca sabe qué es lo que va a pasar con lo que hace pero sí quiero que en el entorno nos podamos mirar y nos conmovamos mutuamente, que se de eso que digo acerca de la actuación, hueca esa reciprocidad y lograr tocar corazones a través de nuestros roles”.

La nominada al Premio de la Academia fue cuestionada acerca del tema de la inclusión, por lo que no dudó en expresar su postura. “Me parece que va más de la mano con la idea de que el que crea tiene que cambiar su mentalidad de cómo hacer las cosas y escuchar muchas voces, sobre todo de aquellos que la levantamos para ser escuchados. Pero deseo de corazón que puedan haber historias donde quepamos todos. Que existan relatos de gente que tiene alguna minusvalía. ¿Por qué no hacerlo? En nuestra escuela tuvimos un muchacho que tenía polio y hacía todo igual que los demás así que me parece que está en nosotros que como entorno, como grupo, no pongamos etiquetas ni los veamos de esa manera, sino simplemente apoyarlos a ver qué es lo que pueden hacer y ayudarlos a encaminarse sin dejar de apoyarlos. Eso me parece que es una verdadera inclusión que no es forzada. Deseo que haya creadores que se animen a hacer historias de verdad de todo tipo”.

Finalizando la charla con Crónica Escenario dijo: “Me siento muy afortunada de todo esto. Sobre todo, de la parte de Babel, en que fui elegida por Alejandro González Iñárritu de entre seis actrices y después de haber hecho con él Amores perros. A partir de ello, he podido tener la carrera que tengo en el cine, no sólo en Estados Unidos sino en el mundo. Es simplemente mucho agradecimiento por todos los que me han ayudado a estar en donde estoy actualmente, por tercera vez invitada en el GIFF y recibiendo un homenaje por el cual me siento muy honrada”, concluyó.