Escenario

Amos Gitai: “Vivimos en una sociedad donde todo está roto, en la que tenemos que encontrar una nueva forma de hacer arte”

ENTREVISTA. El aclamado cineasta israelí recibió este martes la Medalla de la Cineteca Nacional en reconocimiento a su trayectoria, en el inicio de la retrospectiva de su obra 

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El cineasta ha competido en más de siete ocasiones en Cannes y Venecia.

El cineasta ha competido en más de siete ocasiones en Cannes y Venecia.

Cortesía Cineteca Nacional

En poco más de cuarenta años de prolífica trayectoria, el cineasta Amos Gitai ha realizado más de cuarenta películas que van desde documentales hasta la ficción, explorando siempre las distintas capas de la historia de su país natal, Israel, así como su experiencia personal tocando temas como el hogar, el exilio, la familia, la política y la religión.

Considerándose un extranjero en su propio país, esta visión le ha permitido adoptar una perspectiva única donde lanza una dura crítica a los conflictos, mostrando un interés especial por la historia del pueblo palestino y el patrimonio cultural judío. En Crónica Escenario tuvimos el gusto de charlar con este realizador, quien viene a presentar una retrospectiva de su trabajo en la Cineteca Nacional.

Se suponía que iba a seguir los pasos de mi padre, que fue arquitecto y parte del movimiento de Bauhaus, además de ser alumno de Kandinsky y otros. Estudié esa carrera durante nueve años, tiempo que creo no se desperdició para nada porque hay muchas relaciones entre ambas formas artísticas”, comenzó la charla Gitai, arquitecto de formación cuya vida y obra se ha convertido en un referente dentro del séptimo arte.

El realizador israelí continuó hablando acerca de sus inicios en el mundo de la cinematografía. “Decidí hacer cine como un deber cívico para dar voz a lo que sucede y hacer que la gente reflexionara. Tengo muchas emociones que me motivaron a ello y que siento por mi país. Eso me ayuda a construir mis historias en cada proyecto por lo que considero un gran privilegio el poder hacer este trabajo en Israel para poder dar un panorama de una sociedad que presenta muchas contradicciones pero sobre todo buscando evitar las simplificaciones excesivas en las personas. Es muy sencillo calificar a unos y otros como malos o angelicales, siendo que todos tenemos esos lados aunque en diferentes proporciones. El séptimo arte es el medio en el que puedo plantear estas preguntas, similar a lo que hace un matemático con una ecuación. En mi caso, la ecuación es mi película”. 

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La cineasta en la presentación de la exposición en la Cineteca Nacional.

Su carrera comenzó en el género documental para después pasar a los trabajos de ficción, algo que Gitai valora mucho pues, a pesar de ser dos maneras distintas de hacer cine, siempre han dado frutos para hablar de algún tema en específico. “De alguna manera, cada medio artístico es distinto. Siempre he manifestado que los documentales son como un trabajo arqueológico, porque tienes que excavar con delicadeza. Si usas un buldócer en un sitio arqueológico, no vas a encontrar nada. Tienes que buscar, limpiar con delicadeza, usar los pequeños cepillos para encontrar el tema y lo que quieres mostrar”, afirmó.

En la ficción, es más bien una construcción arquitectónica. A pesar de las diferencias que ambos enfoques tienen, he tratado de construir algo particular con esos medios, lo cual ha sido un gran reto pero también algo muy divertido. Estar buscando y excavando, construyendo constantemente desde hace 43 años, que fue cuando hice mi primer documental, ha sido una experiencia donde he podido encontrar siempre un nuevo pedazo de cerámica en medio de este trabajo arqueológico cinematográfico”, acotó el reconocido cineasta israelí.

Algo que llama la atención de la carrera de Amos es que se ha mantenido fiel a sus principios, creando una resonancia a partir de un cine autoral que, en estos tiempos, parece tener un interesante estallido. Al respecto, declaró: “Me parece que vivimos en una sociedad donde el fenómeno global es el desplazamiento. Simplemente lo vemos en la cuestión migratoria, pero toda la humanidad está sufriendo esto. Ya no hay pedazos grandes de tierra donde uno pueda asentarse como en los tiempos de nuestros abuelos, sino que constantemente los ciudadanos del mundo tienen que moverse por diversos factores como las guerras, presiones económicas, así que todo está roto”.

Pero a partir de este sistema quebrado tenemos que crear una nueva forma de hacer arte, el cine incluido. Me parece que esto nos presenta un panorama de retos interesantes para no crear los mismos relatos homogéneos, estúpidos y extremadamente simplificados a los que nos tienen acostumbrados, hay que detener eso”, añadió tajante Gitai.

“Los cineastas también han sido desplazados. Esto resulta interesante porque nos orilla a encontrar nuevos significados del quehacer cinematográfico”, manifestó.

“Los cineastas también han sido desplazados. Esto resulta interesante porque nos orilla a encontrar nuevos significados del quehacer cinematográfico”, manifestó.

Cortesía Cineteca Nacional

Este fenómeno de desplazamiento que ha servido para resaltar otro tipo de historias más universales y menos homogéneas impacta también, en palabras de Amos, en los artistas. “Los cineastas también han sido desplazados. Esto resulta interesante porque nos orilla a encontrar nuevos significados del quehacer cinematográfico. Por ejemplo, si mi amigo Alejandro (G. Iñárritu) trabaja en los Estados Unidos, tal vez pueda llevar un poco de ese enojo mexicano en la observación de la vida ahí, lo cual es bueno. Guillermo Del Toro llevó esta reinterpretación de Pinocho a su manera y funcionó. Hay que recordar que el cine no es puro, es un híbrido y no puedes saber si la gente verá tu filme o no, pero aun así el arte prevalece”, manifestó.

Asimismo, el oriundo de Haifa ofreció una reflexión acerca de los pros y los contras de las plataformas en la actualidad así como el impacto que puede tener en realizadores como él. “Dependerá no sólo de las decisiones creativas de los autores sino de las plataformas mismas. A veces, ellos piden e interfieren en las creaciones del artista para hacer un proyecto mucho más lineal, de fórmula simplificada. Esto es debido a que ciertas plataformas funcionan dentro de un contexto capitalista sin sentir la obligación de entregar algo diferente. Para nosotros, cineastas, dependerá de si queremos hacer el trabajo y permitimos esa interferencia o no. Es tan simple como eso”, aseveró.

Aunque pareciera que la cultura en el mundo está teniendo problemas, para el director israelí habla por su propia experiencia de que el cine es una de las formas artísticas que prevalecerá. “Las cinetecas y los festivales de cine seguirán sobreviviendo porque son el perfecto espacio para cultivar la cultura y proteger a estas voces creativas que siguen contando sus historias. En cuanto al cine comercial, me parece que se tendrá que adaptar y veremos qué le depara a la forma de hacer y ver el cine pues es un medio popular. A pesar de la crisis en la cultura que se vive en varios lados del mundo, puedo decir que en Israel la única esfera poderosa es la industria del cine, el Estado se preocupa por ello. Es ahí donde mi teoría de que el arte no cambia la realidad sino que les preocupa. Y si es un material crítico como el que manejo, mejor. Hay que dejar que se espanten un poco”, comentó sonriente.

Considero que el séptimo arte es un gran medio para comunicar ideas, generar sensibilidades y que abre las puertas para que siempre haya nuevas generaciones que reten y reinventen la forma de crear un filme

El séptimo arte es un gran medio para comunicar ideas, generar sensibilidades y que abre las puertas para que siempre haya nuevas generaciones que reten y reinventen la forma de crear un filme

Cortesía Cineteca Nacional

Hablar del futuro del cine no sólo implica las nuevas formas de hacerlo y su alcance, sino también la formación de los futuros directores de oficio. En este punto, Gitai soltó una recalcitrante pero acertada observación personal. “No soy muy apegado a la existencia de las escuelas de cine, puesto que no estudié en ninguna. Me parece que estas instituciones repiten las convenciones establecidas. Considero que el séptimo arte es un gran medio para comunicar ideas, generar sensibilidades y que abre las puertas para que siempre haya nuevas generaciones que reten y reinventen la forma de crear un filme. Me parece que lo que tenemos que hacer es estimular a los jóvenes para que observen lo que sucede a su alrededor”.

“Ese siempre es el primer ejercicio, que miren los movimientos, el ritmo de la vida que los rodea. Tristemente, vivimos ahora con una generación que lo quiere todo rápido, a lo ‘Speedy Gonzales’. Debemos recordar que algunas veces existe el ritmo, el tiempo, pero sobre todo darles libertad de crear, de experimentar e inspirar e investigar, de inicio, con la investigación como ciudadanos de sus respectivos países para atender los problemas que cada uno enfrenta a través de este arte”, acotó.

La retrospectiva del trabajo de Amos Gitai comenzó con Laila en Haifa, su más reciente cinta del 2020, de la cual también nos habló un poco. “La realicé en mi pueblo natal, es una especie de homenaje a esta ciudad que es un tanto salvaje, pero aquí muestro la historia de diversas personas con diferentes trasfondos y las maneras en que se pueden reconciliar durante una sola noche. Es como si James Joyce describiera su tierra natal, Dublín, a través de pequeñas biografías e historias así como los deseos íntimos entre mujeres y hombres de origen palestino e israelí. Es una mezcla de todas estas atracciones, un reflejo de la vida en este lugar donde crecí”.

Aprovechando la oportunidad, Gitai adelantó las intenciones que tiene de llevar a cabo un proyecto al lado de un viejo conocido suyo que lo llevaría a un terreno diferente: las series. “Tengo un proyecto en mente que estoy realizando con mi amigo brasileño, el cineasta Walter Salles, que quiere que realicemos una adaptación de las cartas de mi madre. Un día, él me llamó y me confesó que estaba enamorado de mi madre. Estas cartas han sido publicadas en Francia, Brasil y Nueva York, por eso es que está familiarizado con ellas. Si pudiera traerlas a México, me encantaría invitar a Marisa Paredes para que hiciera una lectura de ellas. Tal vez esta idea podría llegar a hacerse como una serie, pero ya veremos con el tiempo”, expresó.

“Me encanta la Cineteca Nacional y me parece maravilloso el poder hacer esta retrospectiva aquí. Este es un centro cultural muy importante”, concluyó

“Me encanta la Cineteca Nacional y me parece maravilloso el poder hacer esta retrospectiva aquí. Este es un centro cultural muy importante”, concluyó

Cortesía Cineteca Nacional

Finalmente, Amos recordó cómo comenzó la idea de esta retrospectiva, pero sobre todo de una meta que, para él, es inherente en el ejercicio del séptimo arte. “Me encanta la Cineteca Nacional y me parece maravilloso el poder hacer esta retrospectiva aquí. Este es un centro cultural muy importante. Y cuando comenzamos a discutir la idea de hacer esto, Nelson y yo, en una mañana de domingo hace unos tres años atrás que vine de visita una semana mientras daba clases en Medellín, le comenté que nos tomáramos el tiempo necesario para hacerla pues mientras sigamos vivos no habría urgencia. Ahora, me atrevo a decir que los 25 filmes que conforman esta retrospectiva reflejan que el cine es más que el simple negocio del espectáculo. Creo que la finalidad va más allá, sirve para abrir las mentes y corazones, incluso reconciliar conflictos como el de Israel y Palestina o cambiar opiniones acerca del racismo y los prejuicios. Esa me parece una finalidad muy poderosa del cine”, concluyó.

En poco más de cuarenta años de prolífica trayectoria, el cineasta Amos Gitai ha realizado más de cuarenta películas, entre documentales y ficciones, en las que ha explorado las distintas capas de la historia de Oriente Medio y el devenir del Israel moderno, así como su experiencia personal a través de temas como el hogar, el exilio, la familia, la política y la religión.

Su nombre es habitual entre las selecciones de los más prestigiosos festivales en el mundo, como el de Cannes, donde ha sido serio competidor a la Palma de Oro en al menos media docena de ocasiones. Entre 1999 y 2011 siete de sus películas compitieron en el Festival de Cine de Cannes por la Palma de Oro, así como en el Festival de Cine de Venecia por el León de Oro. También es un prolífico artista visual cuyas instalaciones y retrospectivas fílmicas han tenido cabida en recintos como el MoMA, en Nueva York; el Tel Aviv Museum of Art, en Israel, o el Centre Pompidou y el Palais de Tokyo, en París.