El Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF, por sus siglas en inglés) comenzó las actividades de su edición 25. La noche de este jueves se iniciaron labores en la sede de León con la ceremonia de inauguración en la que hubo un emotivo homenaje a la actriz Adriana Barraza, sin embargo este viernes destacó la realización del tradicional concurso Identidad y Pertenencia.

Cabe decir que esta sección es una de las más entrañables del evento fílmico pues consiste en la realización de cortometrajes documentales realizados por estudiantes de universidades del estado de Guanajuato en torno a las historias de su región. Este 2022 se realizó la edición 12 de este concurso.

Para la realización de los cortometrajes, los proyectos seleccionados tuvieron una preparación de 28 talleres en distintas ramas de la cinematografía, con el apoyo de profesionales en la industria, para realizar un documental con los estándares de calidad que los lleven a festivales de nivel internacional.

La muestra de los cortometrajes se realizó al mediodía de este viernes en el Teatro Bicentenario de León y el primero en proyectarse fue Cielo de tradición, el cual fue dirigido por José Eduardo Medrano Gómez, en representación de la Universidad Tecnológica del Suroeste de Guanajuato (UTSOE) y que cuenta la historia de Joel González, originario de Uriangato, Guanajuato, quien superó sus problemas con las drogas adentrándose en la tradición de los globos de cantoya, la cual le fue transmitida por su tío.

La historia de superación le permitió a Joel no solo emocionarse en la pantalla sino también en el escenario pues estuvo presente para dedicar unas palabras resaltando la necesidad de no perder las costumbres: “Esta tradición es del pueblo, no tiene tintes políticos ni nada. Lo aproveché para impulsar y compartirlo con los jóvenes para ver si se animan a sumarse a la tradición de los globos porque sino va a desaparecer”, dijo.

Por su parte el joven cineasta también dedicó unas palabras de agradecimiento a los presentes: “Cuando inicié este proyecto en enero no imaginé que llegaría este día de compartirles este trabajo. En estos seis meses me identifiqué con su historia y me da orgullo que lo pueda compartir con ustedes”, dijo José Eduardo.

El segundo corto documental en presentarse fue Mujeres de piel, bajo la dirección de Estefanía Montserrat Ramos, quien compitió representando a la Universidad La Salle Bajío. Este trabajo nos muestra la historia de Yulenny, quien desde los 11 trabajaba en una tienda de zapatos familiar por lo que desarrolló muchas habilidades mientras disfrutaba de atender a los clientes. Desde entonces aprendió que el miedo no es parte de ser una mujer emprendedora, sin embargo el gran desafío de su vida es el seguir siendo una mujer exitosa desde la maternidad.

“Estoy contenta de que se abran un espacio para saber como es la vida de una mujer que se dedica a emprender pero que también tiene una familia. En este mundo hay muy poco espacio para poder decir lo que uno siente cuando tiene un hijo, parece que hasta que los hijos son grandes podemos retomar nuestra vida”, reflexionó la protagonista del filme.

Por su parte la cineasta Montserrat Ramos, reflexionó sobre el aprendizaje que le dejó participar este año en Identidad y pertenencia: “Somos personas diferentes, cuando llegamos estábamos un poco perdidos pero ahora vemos las cosas diferentes, estoy agradecido por llegar hasta este momento por lo que hicimos como equipo, porque solo así podemos hacer cine y ser mejores, haciendo equipo como Yulenny, es un ejemplo de eso”, señaló.

El tercer filme en competencia es El arte charro, un cortometraje dirigido por la joven Sara Elisa Torres del Instituto Irapuato, el cual nos cuenta la historia de don Fernando, maestro de talabartería, junto con sus hijos, quienes mantienen a flote la genealogía del artesano desde hace más de 30 años, y que cuentan cómo es que crean toda esa mística con diversos materiales y todo lo que les conecta en su labor. El filme destaca por la historia de una de las hijas del protagonista quien desde pequeña encuentra su pasión por la charrería y da esperanza de mantener esa tradición.

“Espero que todos los que formaron parte de este proyecto se sientan orgullosos de lo que vieron. La historia del arte charro está contada desde los corazones que están llenas de pasión, hablo por todo el equipo cuando les digo que su trabajo nos inspiró y espero que inspire a otros aquí”, expresó la joven realizadora del filme.

Finalmente tenemos el filme Ritmos de raíces, de Pedro Emmanuel Castellanos Andrade, en representación de la Universidad De La Salle Bajío, quizás el más poderoso de los cortometrajes hablando de los Ezar, misión de los chichimecas, en la lucha por mantener viva su cultura. Si bien es cierto que hay una serie de testimonios importantes el filme se centra en las declaraciones de personas mayores, jóvenes y antropólogos de San Luis de la Paz, Guanajuato, que alzan la voz en busca de ser escuchados y generar una alerta contra la discriminación a los pueblos originarios.

“Los Ezar siguen luchando en la actualidad contra el desplazamiento, la idea del documental es retomar la lucha y dar visibilidad a la historia de la comunidad chichimeca, es una lucha que no es sencilla”, dijo el cineasta al presentar el filme. Además estuvieron algunos participantes: “Queremos que conozcan lo que hacemos en la comunidad, en nuestra comunidad tenemos historia y tradición, los invitamos a que nos acompañen siempre serán bienvenidos”, dijo Juan Baeza López, quien formó parte del corto.

El 30 de julio será la premiación. Los premios serán económicos, otorgados por patrocinadores como el Instituto Estatal de la Juventud, el día del evento se revelará a lo que se harán acreedores.

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