Los beliebers son el nombre que recibe los fans del cantante canadiense Justin Bieber, los cuales hace algunos años existían por multitudes y morían por su cantante, llenando los recintos e incluso llorando porque no alcanzaban entradas. En la actualidad, estos fans no habían hecho más que guardar la euforia para desatarla este 25 y 26 de mayo, días que el músico está de regreso en un escenario de la Ciudad de México.

El clima era perfecto, el calor no era tanto y todo parecía indicar que la lluvia tampoco se haría presente, la noche comenzaba a llegar al Foro Sol y los asistentes como era de esperarse comenzaban a llenar todo el lugar.

Las playeras, gorras, gorros e incluso cintas con el nombre de Justin o Drew (segundo nombre del cantante y nombre de su marca de ropa) se hacían presentes en la mayoría de sus fanáticos, así como en los puestos que vendían la mercancía.

Las edades eran variadas; adolescentes, mujeres y hombres se hacían presentes. Las generaciones que se enamoraron con “Baby” y sus primeros álbumes morían de la ansiedad de volverlo a ver, y las nuevas fans ya estaban emocionadas por poder cantar los temas de su ídolo el cual volvía a México desde su última presentación en 2017.

Los encargados de abrir esta gran noche fueron Eddie Benjamin y Téo, quienes provocaron emoción en el público, algunos coreaban su nombre, otros bailaban y otros más esperaban pacientemente mientras pasaban un buen rato.

Pero a las 20:30 en punto la emoción explotó, el público enloqueció al ver qué las luces se apagaban, y en el escenario se comenzaba a proyectar un vídeo que servía como introducción.

En el vídeo se veía a Justin Bieber hablando sobre cómo se siente, sobre su fe, y sobre la introspección que ha hecho en su vida para culminar con la frase “los amo” y así dar inicio a su concierto.

El grito ensordecedor de los asistentes se hizo presente nuevamente, pero esta vez era porque el cantante canadiense estaba ya sobre el escenario para llenar todo el recinto con el ritmo de “Somebody”.

Ni una persona estaba sentada, todos bailaban, cantaban y brincaban con tanta energía que se podía sentir el vibrar de las gradas, algunos admiraban al músico, otros los fuegos artificiales que acompañaban la canción, pero sin duda este era el inicio de una noche grandiosa.

“Ciudad de México, los amo chicos” mencionó el cantante en inglés para después mencionar en español: “Te amo con todo mi corazón”, acto que provocó que todos sus fanáticos vibraran de euforia y alegría.

Los temas con los que continuó fueron “Hold on”, “Deserve you” o “Holy”, en los cuales la pirotecnia seguía siendo partícipe y los colores de las 10 pantallas que estaban en el escenario cambiaban entre cada canción, para así llenar el escenario de la esencia de cada una.

Grandes visuales que te atrapaban, láseres que tocaban el cielo y la melodiosa voz del cantante provocaron el suspiro de las asistentes quienes no perdían ni una oportunidad para aclamar el nombre del artista.

El momento íntimo de la noche llegó cuando acompañado solo del sonido de una guitarra acústica se hicieron presentes los temas “Hold tight” y “Love yourself”, siendo esta última una sorpresa para el canadiense al escuchar como más de 50 mil personas la cantaban a todo pulmón.

“What do you mean?”, “Yummy”, “Confident” y “All that matters” también se hacían presentes en el show.

El músico se dio la oportunidad para seguir diciendo cuánto ama a sus seguidores mexicanos, a quienes dedicó la frase “no hay ni un público como ustedes”, y prueba de este cariño fue la presencia de un traductor para que no se perdiera nada de mensaje que Justin Bieber quería decir a sus fanáticos.

“Este tour es para luchar y aceptarnos, que todos somos iguales, en este mundo hay mucha desigualdad y muchas injusticias, nosotros tenemos que hacer el cambio, tenemos que ser diferentes”, expresó.

La emotividad y todas las emociones se apoderaron del cantante, quien después del tema “2 much” se podía ver con algunas lágrimas en el rostro.

El show siguió de forma increíble, aunque lastimosamente poco a poco llegaba el final. El tema que no podía faltar era aquel que lo llevó a la fama mundial, pues “Baby” se volvía a hacer presente en territorio azteca.

Por último, salió al escenario junto a un piano, con el cual demostró su talento musical para después dar paso al tema “Peaches”.

Algunos gritos de sus fanáticos pedían que se quitara la camisa, algunos otros solo aclamaban su nombre, mientras Justin Bieber con un semblante de satisfacción y felicidad entonaba el tema “Anyone”.

De esta forma, con pirotecnia, energía, y mucha euforia llegaba a su final la primera de las dos citas que el cantante tiene con sus Beliebers mexicanos.