Escenario

Lila Avilés analiza el microcosmos de una casa en ‘Tótem’

COBERTURA. La cineasta mexicana fue seleccionada este jueves para representar a México en los Oscar y compite actualmente en San Sebastián

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La cineasta Lila Avilés en San Sebastián.

La cineasta Lila Avilés en San Sebastián.

EFE/Javier Etxezarreta

Tras sorprender con su primer largometraje, La camarista, ganador del Platino a mejor ópera prima, la mexicana Lila Avilés cambia totalmente de registro con Tótem, una película que presenta este miércoles en San Sebastián y con la que se ha metido “en el microcosmos de una casa”.

Aún con la incertidumbre de ver cómo se recibe Tótem en el Festival de Cine de San Sebastián, donde se proyecta por primera vez dentro de la sección Horizontes Latinos, pero con la seguridad que da la buena acogida que tuvo en la Berlinale, Avilés está más que feliz de su participación en certámenes internacionales.

Porque pese a su corta carrera en el cine, la realizadora ha descubierto que lo que más le gusta de hacer películas es entender y conocer otros países. Y sueña con rodar en “Japón, Argentina o, ¿por qué no?, en España”, señaló en declaraciones a EFE.

En Tótem, Avilés sitúa la cámara en medio de una casa y de una familia un tanto caótica, pero centrada en la mirada de una niña, Sol, que a sus 6 años entiende más de lo que parece sin salir de su mundo de juegos.

La enfermedad terminal de su padre impulsa a la familia a prepararle una fiesta sorpresa y, en ese ajetreo, la niña observa y reclama su espacio.

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La cineasta Lila Avilés.

“Tenía la historia en mi corazón y cerebro desde hace rato”, explicó Avilés, que aseguró que es una película muy personal que tiene que ver con el hecho de que ella fue madre muy jovencita y con el deseo de “regresar al microuniverso que es el concepto de casa, de cómo habitamos la casa, cómo nos habitamos a nosotros mismos…”.

La acción se desarrolla en un solo día y quiere ser un reflejo de la sociedad actual en la que vivimos acelerados, dispersos y “desde afuera a dentro”.

Y lo que a ella le interesaba es ahondar en esos días que te marcan, especialmente en tu niñez, que son especiales y que se quedan grabados en tu memoria, porque al final lo que persiste es lo que ocurre dentro de las familias, de las personas y de las casas.

“Cualquier persona que haya vivido un duelo, ha vivido ese proceso en el que te vuelves muy frágil pero a la vez muy fuerte. Es la belleza de que somos seres sociales, colectivos, animales sociales”, reflexionó la cineasta.

Ella vivió algo parecido a lo que cuenta la película, aunque sus vivencias las cambió para construir Tótem, que se centra en Sol, a la que interpreta Naíma Sentíes, a la que encontró tras un largo y laborioso casting.

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Imagen de ‘Tótem’ de Lila Avilés

Y por eso encontrar a Sentíes fue darse cuenta de que podía hacer la película, aunque reconoce que fue complejo el proceso de rodaje con ella porque no tenía ninguna experiencia en la interpretación, no deja de ser una niña y había que ir adaptando el orden de las escenas a su humor o sus ganas de juego.

“A veces se nos olvida jugar, es a lo que tenemos que apostarle, al ritual del juego. Los niños van a un parque y juegan, ese espíritu se coló en el rodaje, fue gozoso”, aseguró la realizadora.

Lo cuenta feliz aunque un poco acelerada porque en San Sebastián, además de presentar su película, forma parte del jurado de cortometrajes.

Y por si fuera poco, ya está preparando su tercer largometraje, porque en el cine ha descubierto el mundo en el que siente bien: “Amo ser cineasta, solo llevo dos películas, pero es el lugar donde más me siento cómoda no porque sea fácil, me siento muy bien y hay que estar donde uno se siente bien”.

“Me gusta jugar, buscar, puede ser el tema que sea, pero si te apasiona lo suficiente vas a ser como topo y vas a seguir escarbando”, afirmó divertida.