Escenario

“Nudo Mixteco”: Tríptico sobre el machismo, la intolerancia y la violencia

CORTE Y QUEDA. La ópera prima de Ángeles Cruz forma parte de la 71 Muestra Internacional de Cine como una de las grandes películas mexicanas del año

cine

En el filme todos sus personajes femeninos han sido víctimas de diferentes formas de violencia.

En el filme todos sus personajes femeninos han sido víctimas de diferentes formas de violencia.

CORTESIA

Tras haberse fogueado en años previos con varios cortometrajes, la actriz Ángeles Cruz escribe y dirige Nudo mixteco, su primer largometraje, conformado por una trilogía de relatos vinculados por características particulares.

La trama transcurre en un poblado de la mixteca oaxaqueña, durante la fiesta patronal de San Mateo. En la víspera de dicho festejo, al pueblo arriban tres personajes: María (Sonia Couoh), Esteban (Noé Hernández) y Toña (Myriam Bravo), quienes se fueron del lugar por diferentes razones y que, ahora se han visto obligados a volver al mismo sitio, por diversos motivos.

Sonia viene a atender el funeral de su madre. Y al llegar al velorio, tendrá -simultáneamente- un desagradable enfrentamiento con su padre y el reencuentro con alguien sentimentalmente importante para ella, a quien tuvo que dejar atrás cuando partió de allí. Y ambos están directamente relacionados con su preferencia sexual.

Esteban ha vuelto para reencontrarse con su esposa y su familia, a quienes dejó allí cuando se fue en busca de trabajo para poder cumplir algunos de sus sueños, -incluido el comprarse su propio instrumento musical-, e intenta recuperar el tiempo perdido y su lugar en el seno de dicha familia. Sin embargo, se topará con que, en su hogar, las cosas no permanecieron inmutables durante su ausencia.

El filme se presentó por primera vez en México en el Festival Internacional de Cine de Morelia.

El filme se presentó por primera vez en México en el Festival Internacional de Cine de Morelia.

CORTESIA

Toña por su parte, tiene un trabajo y una pareja estables en la ciudad, pero tras recibir una llamada de su hija (quien se quedó en el poblado al cuidado de parientes más cercanos), decide regresar inmediatamente, con el temor de que su hija este sufriendo el mismo abuso padecido por ella cuando era niña, y hará todo lo posible por evitarlo, aunque ello implique revelar públicamente y enfrentarse a ese terrible episodio de su pasado.

Con un énfasis en los usos y costumbres propios de la región, Cruz emplea en su película el recurso argumental de historias distintas que se tocan y se entrecruzan, análogo al empleado por Robert Altman en su filme de 1993, Short Cuts, vidas cruzadas. Pero además de las cuestiones anecdóticas (los tres personajes principales regresan a su pueblo el mismo día, en el mismo autobús, por ejemplo), a sus tres relatos los unen aspectos coyunturales.

Una de estos aspectos tiene que ver con el fenómeno migratorio en nuestro país y el abandono de muchos mexicanos de sus terruños; en busca de mejores oportunidades laborales, educativas o sencillamente para mejorar sus condiciones de vida, porque sus comunidades no pueden dárselas al verse menguadas por la creciente pobreza, el desempleo, y en los últimos años, por la presencia del crimen organizado.

El filme aborda el lesbianismo en las comunidades indígenas.

El filme aborda el lesbianismo en las comunidades indígenas.

CORTESIA

Pero el elemento vinculante primordial de las narraciones reunidas en Nudo mixteco, se halla en su trasfondo: todos sus personajes femeninos han sido víctimas de diferentes formas de violencia; derivadas del machismo, la cerrazón de criterio y las prácticas obsoletas de su propia comunidad rural.

María sufre el rechazo de su familia (y de varios sectores del pueblo) por su lesbianismo. Toña sufrió abuso sexual por parte de un pariente cercano, y su hija corre el mismo peligro. E incluso Chabela (Aída López), esposa de Esteban también padeció otro tipo de maltrato: el del abandono por parte de la pareja. Y a ellas pueden sumarse las madres de los protagonistas, violentadas al ser obligadas a vivir bajo un yugo patriarcal, a obedecer y a siempre callar, no importando incluso que sus familiares cercanos sufran todo tipo de abusos, fomentando así un perpetuo nudo nada fácil de deshacer.

De esta forma, la ópera prima de Ángeles Cruz es una lúcida, dolorosa e incisiva cinta la cual, es también una melancólica elegía dedicada a todas esas mujeres quienes han sido (y siguen siendo) víctimas de una sociedad heteronormada intolerante, permeada además por el prejuicio y la violencia en todas sus formas.