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‘Rebel Moon (parte 1): La niña del fuego’, ciencia ficción a la licuadora y a ver qué sale

CORTE Y QUEDA. Zack Snyder estrenó su nuevo filme donde es innegable su incapacidad de crear una historia que muestre el mínimo rasgo de originalidad y que no se sienta un pastiche de muchas otras películas

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Fotograma del filme.

Fotograma del filme.

Especial

Es imposible ponerle de otra forma, cuando uno piensa que Zack Snyder no puede caer más bajo, nos sorprende cavando aún más el fondo, ya es innegable su incapacidad de crear una historia que muestre el mínimo rasgo de originalidad y que no se sienta un pastiche de muchas otras películas. Si, yo sé que hay muchos ‘ZombieSnyders’ que hasta el trato de maestro le dan, pero eso sólo habla de lo poco aman el cine. Rebel Moon (parte 1): La niña del fuego es todo lo mala que se puede esperar, lo que sin duda hará que sus fanáticos aseguren que es la obra que reinventa el cine.

Kora vive refugiada en una aldea de granjeros en un planeta perdido de la galaxia, cuando las perversas naves del imperio Mundo Madre llegan al lugar y les ponen en riesgo, deberá retomar el pasado había dejado atrás para salvar a su comunidad. Con ayuda de Gunnar, uno de los granjeros, recorrerá la galaxia en busca de siete mercenarios que le ayuden a enfrentar las tropas del mal.

Zack Snyder es un director que al inicio de su carrera se convirtió en un referente por su gran imaginario visual, Watchmen siempre quedará como una de las mejores adaptaciones de un videojuego y 300 será recordada como una de las grandes aportaciones en uso de la pantalla verde en el cine, pero a partir de esas primeras cintas comenzó a crear películas cada vez más aberrantes, donde se cree el inventor del uso de la cámara lenta en las películas, especialista en el uso de plastas negras en pantalla que impiden se aprecie lo que sucede. Y ahora Rebel Moon (parte 1) confirma esa decadencia, donde no sólo fracasa la historia, sino donde la parte técnica es un desastre.

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La actriz argelina Sofia Boutella (i) y el director estadounidense Zack Snyder

Rebel Moon (parte 1) encuentra su primer gran fracaso en la forma en que se trabaja la imagen, la fotografía es irregular, pareciera que el término corrección de color no existe para el director, el fuera de foco se encuentra en cada momento, en cada detalle, se nota demasiado en pantalla el uso de efectos digitales, algunos tan malos que parecieran hechos por estudios que desconocen los fundamentos básicos.

Su segundo gran fracaso es el guion, parece que Snyder, Shay Hatten y Kurt Johnstad nos quieren dejar claro que han visto todas las películas interesantes de los últimos años y algunos clásicos para recetarnos una historia que lo mismo se plagia cosas de Star Wars, de Siete Samurais, pasando por Dune, Avatar, Harry Potter, El señor de los anillos y hasta Ewoks: Caravana del valor, sin olvidar Chappie y otras que les dejaremos descubrir si se atreven a verla.

Otro gran error es su reparto, Sofia Boutella ya ha demostrado ser incapaz de soportar una película en sus hombros y aquí lo reafirma, es imposible conectar con ella. Charlie Hunnam quien da vida a un piloto se muestra con uno de los peores acentos que hemos oído en los últimos años, exagerando su pronunciación porque, supongo, al director se le hacía divertido. Djimon Hounsou da pena ajena, más que en sus trabajos más recientes. Y de la bola, porque no hay otra forma de llamarles, ni Michiel Huisman, ni Doona Bae, ni Ray Fisher, ni Staz Nair con su imitación barata de Tarzan/John Carter logran hacerse interesantes. El malo de malos, el caricaturizado o, peor aún, villano de telenovela digna de Tv Azteca es Ed Skrein, quien logra desesperar a todos por lo rígido y nada creíble de sus acciones.

Es innegable que Snyder tenía pensado el universo de Star Wars cuando concibió su historia y eso no es algo malo, lo que le hace detestable es que pareciera que metió en una licuadora todas esas ideas y las iba sacando conforme se iba derramando el vaso. Quizá de lo poco le puedo agradecer es que a pesar de lo olvidable que es todo, no cae en la pretensión fatal de la versión de Dune de Villeneuve, aunque es obvio que Zack también cree que está reinventando el cine.

Y lo que le da la estocada final es el no ritmo que tiene, en el camino para llegar a esta cinta el director ha perdido la capacidad de crear películas con un ritmo que mantenga atento y emocionado al espectador, en esta su cinta más reciente simplemente no existe, todo es demasiado mecánico y esa obsesión de usar la cámara lenta sin ‘ton ni son’ hace que la duración de la película se alargue innecesariamente.

Rebel Moon (parte 1) es una cinta que confirma que Snyder es un farsante en la actualidad, que los ‘ZombieSnyders’ aplaudirán cualquier basura que haga, cegados ante su creador, que es imposible ver sus películas y tomarlas en serio en lo más mínimo, que al igual que Michael Bay, si les quitamos el uso ridículo e injustificado de la cámara lenta sus películas podrían durar media hora menos. La recomendación cuando esto llegue a Netflix es que pasen de largo, vean otra cosa, no pierdan su tiempo a menos que les agrade el auto torturarse.