Escenario

El poder del rock llega desde Barcelona con la voz de MIkel Izal

COBERTURA. El pasado jueves 8 de febrero llegó Mikel Izal, con su gira como solista al Lunario del Auditorio Nacional

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El barcelonés abrió su corazón para expresar a través de diez canciones un torrente de emociones

El barcelonés abrió su corazón para expresar a través de diez canciones un torrente de emociones

Carlos Olivares

Con su último álbum, El Miedo y el Paraíso, el músico lleva en un viaje a todo su público mediante un viaje, recorriendo todas sus emociones durante dos horas, utilizando la música para transmutar sus sentimientos de desesperanza en el paraíso.

El barcelonés abrió su corazón para expresar a través de diez canciones un torrente de emociones, desde el primer tema con “El miedo” y un juego de luces pudo llenar todo el recinto de una energía incomparable que puso a cantar y bailar a todos los presentes, dando un inicio a la noche único.

Temas como “La gula”, “Pánico práctico”, “Despedida”, “Inercia” y “La increíble historia del hombre que quería volar pero no Sabía cómo”, continuaron dándole sabor a la noche, mientras el artista no perdía la oportunidad entre temas de interactuar con su público mexicano, con un discurso de positivismo y autoaceptación.

Como si se tratase de una obra de teatro, el show se dividió en actos. El segundo empezando con “El grito”, sacando con ese tema todas las emociones, tanto buenas como malas, llenando de emoción a los asistentes, pues en todo el recinto resonó un grito de emoción, haciendo vibrar el lugar e iluminando con una sonrisa el rostro de Izal.

El segmento se compuso por “Fotografías”, “El presente”, “Pausa”, “La huida”, “La rabia” y “El pozo”. Con una gran emotividad sus fans corearon los temas a todo pulmón, mientras las luces se movían y cambiaban al ritmo de las canciones, dándole un toque electrizante a la noche.

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Entre gritos y porras comenzó el tercer acto, con su tema “La fe”, mientras daba una reflexión de lo que fue para él escribir este álbum, pues plasmó todos sus sentimientos y en todo momento busca transmitirlos a través de su música.

“El hombre del futuro”, “Lo bueno”, “Pequeña gran revolución”, “El baile”, “Qué Bien” y “Copacabana”. Fueron los temas esenciales para la mitad de la presentación, pues con este último transmitió la sensación de estar en la playa, temas que la mayoría esperaban, pues el público no paró de saltar durante todo el tema, sin importar que llevaran tacones.

El concierto anunciaba su final, las luces eran tenues y Mikel se despedía de sus fans, las luces se apagaron y un silencio de incredulidad albergó el lugar, hasta que el primer valiente empezó a gritar por un tema más a partir de ahí todos lo siguieron, provocando que volvieran las luces e iniciara el último y cuarto acto con “El paraíso”.

La noche se agotaba y no sé perdía la oportunidad de corear “Hogar”, además de “Qué bien”, interrumpiendo este último con un breve agradecimiento por acompañarlo esta noche, dio inicio a su última interpretación “La mujer de verde”, donde como las olas del mar el público se movió de la misma forma al unísono, una lluvia de aplausos empezó a retumbar en el lugar mientras todos los miembros de la banda se despedían con el tema de “La bikina” de fondo, dándole un toque muy especial al final de la presentación.