
Igualdad Animal exhibió en una nueva investigación el uso de jaulas de gestación para cerdas en una granja de Estados Unidos que está vinculada a los mayores supermercados de ese país. Este método de confinamiento extremo es una de las prácticas más desconocidas en la industria de la carne, sin embargo, su uso es común en la ganadería industrial.Las imágenes muestran a cerdas confinadas en jaulas de metal, a sus crías muertas en suelos llenos de desechos y cerdas con comportamientos repetitivos inducidos por el estrés. Las imágenes recabadas entre 2024 y 2025 también revelan que las cerdas preñadas no pueden ni darse la vuelta ni dar más de un paso. Durante casi cuatro meses seguidos, los animales intentaron mínimos movimientos sin éxito.
El confinamiento desencadena comportamientos anormales en las cerdas, como masticar el aire, permanecer inmóviles o sin reaccionar. Asimismo, muchas estaban llenas de llagas sangrantes por las barras de metal que se les clavaban en la piel, con las heridas vulnerables a las infecciones en suelos cubiertos de heces. Algunas mostraban signos de prolapso de órganos tras repetidos embarazos.
Varias cerdas eran demasiado grandes para las jaulas y les costaba moverse. Algunas metían la cara por debajo de las puertas de las jaulas en busca de espacio. Los investigadores documentaron crías prematuras dentro de jaulas de gestación, muchas de las cuales murieron en menos de una hora. Sus madres, atrapadas en jaulas demasiado pequeñas para darse la vuelta, no podían ver ni alcanzar a sus crías muertas.
Afuera de las instalaciones, se documentaron cadáveres putrefactos de las crías abandonadas en el suelo y en carretillas. Estas crías son retiradas del suelo de la granja como parte de las tareas habituales de los trabajadores.
Se calcula que en Estados Unidos hay 3.5 millones de cerdas madre confinadas en jaulas de gestación.
Los expertos las han calificado como este método de explotación “una de las formas de confinamiento más crueles ideadas por la humanidad”. Algunos han comparado este confinamiento extremo con pasar meses en un asiento de avión.
Cuando llega el momento del parto, las cerdas son trasladadas a recintos similares, conocidos como parideras. Después de amamantar a sus crías, vuelven a las jaulas de gestación para iniciar de nuevo el ciclo. Así será su vida hasta que ya no tenga las suficientes crías que la industria requiere y será matada. Para ver la investigación completa y tomar acción en favor de los animales visita igualdadanimal.mx