Jalisco

Los favoritos de la Señora Presidenta

Los favoritos de la Señora Presidenta

Hemos notado que durante este gobierno, que lleva apenas casi el año, usted se ha mostrado tal vez, tal vez un grado más mexicanista, más nacionalista que el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador, que dejó bases muy sólidas…tal vez dentro de otros 700 años vayan a hablar del quinto acto en el que México tuvo una neograndeza debido al progreso que se está teniendo actualmente.”

Intervención de un reportero en la ronda de preguntas y respuestas durante la conferencia de prensa en Palacio Nacional

Entre los miembros del gremio periodístico que asiste a Palacio Nacional, en Ciudad de México, todas las mañanas, son los más enérgicos los que charlan en grupos sobre sus vidas personales, banalidades o lo relevante del día anterior, ríen por los pasillos y con grandes sonrisas ocupan las sillas en las primeras filas para tener la oportunidad de estar vis a vis con Claudia Sheinbaum.

Dentro del salón que reúne a los medios de comunicación para las conferencias mañaneras, ellos bromean, con total naturalidad, con los funcionarios que los deben atender y cargan carrilla a los colegas más cercanos mientras esperan el momento en que aparezca, por la puerta de la izquierda, la cabeza de la nación. Segundos antes de que esto ocurra, sus aplicaciones de mensajería reciben el pitido: “ya viene”.

Siete treinta de la mañana: Claudia Sheinbaum Pardo, Presidenta de México, se presenta frente a los medios de comunicación como todos los días, continuando con la dinámica que instauró su antecesor Andrés Manuel López Obrador. En teoría, es un encuentro que permitiría a los miembros de la prensa cuestionar asuntos importantes de los grandes problemas nacionales. El Ejecutivo Federal y los miembros de su gabinete rendirían cuentas ahí al Pueblo de México.

Cuando Claudia Sheinbaum entra al salón donde se congregan los representantes de los medios de comunicación, corre un susurro: “ya llegó”; los flashes de las cámaras se disparan buscando capturar un buen bonche de gestos de la doctora.

Desde las primeras filas de periodistas, se proyecta un caluroso saludo a la Señora Presidenta; son a quienes Sheinbaum ya reconoce por nombre, medio y lugar de donde vienen. Se trata de los que tienen el privilegio de tomar el micrófono y dialogar con la mandataria.

Espaldas erguidas y pechos inflados de orgullo, escuchan con esmero cada palabra emitida; completan las frases de la doctora, se ríen de sus bromas, minimizan a la oposición al ser mencionada y celebran las preseas colgadas de la 4T.

¿Hacen buen uso de la palabra?...

Solo quiero expresarle, Presidenta, que mucha gente dice ‘hay que decirle a la Presidenta que estamos con ella’; yo se lo expresó también directamente, obviamente esto no le gusta mucho a ciertos medios, y pues muchos estamos orgullosos de usted; finalmente somos mexicanos y mexicanas, y yo sé que este tipo de cosas muy difícilmente, compañeras y compañeros, las pueden expresar porque hasta los pueden correr, pero muchos que tenemos esta libertad se lo decimos, estamos con este país, y usted es la líder, y lo ha hecho de manera, me parece a mí, excelente y seguirá contando con este apoyo de millones y millones de mexicanas y mexicanos.”

Sólo es un ejemplo de entre muchos, uno que se da todos los días.

Los favoritos saben bien quién fue el que preguntó, en qué momento y acerca de qué; en los próximos días, volverán a tener la oportunidad de levantar la mano para que se les ceda la palabra. Protestan si la dinámica sale de sus esquemas porque pierden su turno o, entre broma y broma, reclaman por la “mala asignación” de lugares; ellos deberían tener potestad sobre la primera fila.

El tiempo designado a la ronda de preguntas y respuestas es, en su mayoría, acaparado por ellos. A punto de ser las nueve con treinta, la Presidenta deja de aceptar preguntas; algunos reporteros expresan frustración por no haber tenido la oportunidad de ser honrados con la posibilidad de preguntar.

La Presidenta sale por la misma puerta de la izquierda. Las sillas en el salón empiezan a vaciarse y los favoritos abandonan la sala satisfechos y sonrientes, platicando animosamente y yéndose en grupo, igual que como llegaron.

Mañana, a la misma hora, la escena está destinada a repetirse.

Tendencias