Cronomicón

Liliana Pedroza desmonta la idea de novedad en torno al tema y subraya una larga tradición de autoras que ya escribían sobre la maternidad desde el siglo XIX

El “boom” de la maternidad en la literatura: ¿moda o tradición invisibilizada?

En los últimos años, el tema de la maternidad ha ganado terreno en la literatura contemporánea, especialmente en voces femeninas que lo abordan desde la complejidad, el deseo, la ambivalencia o incluso el rechazo. Se habla de un “boom” de la maternidad en la narrativa actual, como si fuera una nueva ola que ha irrumpido en las letras de América Latina y del mundo.

Sin embargo, esta noción de novedad es cuestionada por investigadoras como Liliana Pedroza Castillo, escritora mexicana y Doctora en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid, quien ha dedicado años a estudiar el cuento escrito por mujeres en México.

Pedroza es la compiladora de la antología A golpe de linterna: 100 años de cuentistas mexicanas, una colección dividida en tres tomos donde recupera a autoras que durante décadas quedaron fuera del canon o no tuvieron suficiente visibilidad. Al hablar sobre el tratamiento de la maternidad en la literatura, Pedroza es tajante:

“Una de las cosas que puede arrojarte esta colección es que la maternidad no es un tema de ahora, no es una moda, y no es un tema que acaba de ser propuesto por estas jóvenes escritoras”, señaló.

“A veces es por hacer marketing, desde muchísimo antes se habla de la maternidad, desde que el mundo es mundo. Y en la literatura, específicamente en el cuento, las mujeres ya hablaban sobre la maternidad desde finales del siglo XIX, y también sobre el tema de la no maternidad. Seguimos teniendo debates sobre lo mismo, pensamos que es nuevo, cuando no lo es”, agregó la autora.

En efecto, si se revisa la tradición literaria de mujeres, se encuentran ya en el siglo XIX y XX textos que abordan la maternidad desde múltiples aristas: como imposición social, como vínculo sagrado o como fuente de conflicto interno.

Lo que sí parece estar ocurriendo en tiempos recientes es una mayor visibilidad de esas narrativas, así como una ampliación de los matices desde los cuales se escribe sobre ser madre, no serlo, desearlo o no.

Autoras contemporáneas como Brenda Navarro (Casas vacías), Lorena Salazar Masso (Esta herida llena de peces), Nora Muñiz (A flor de piel), o Laura Baeza (El lugar de la herida), entre muchas otras, han explorado la maternidad desde los cuerpos vulnerables, las maternidades fallidas, el duelo, el abandono o la violencia estructural.

Lejos de una moda, lo que emerge ahora es un escenario literario más dispuesto a leer y reconocer esas experiencias que antes eran desplazadas al margen o invisibilizadas. La literatura escrita por mujeres no acaba de descubrir la maternidad; el mundo editorial y los lectores, quizá, apenas la están empezando a escuchar.

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