Los pensamientos de batalla de Don Quijote de la Mancha y Sancho Panza, letras del escritor Cervantes, no se imaginaban que estos gigantes, como lo menciona el genio de la literatura a los molinos de viento, pudieran efectivamente librar una batalla, pero en contra de uno de los males más letales que aqueja al planeta como lo es el cambio climático, sin duda, uno de los desafíos más importantes que enfrenta la humanidad en el siglo XXI.
La quema de combustibles fósiles para la generación de energía es una de las principales causas del calentamiento global, liberando grandes cantidades de dióxido de carbono (CO2) y otros gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera por lo que estos sistemas que convierten la energía del viento en electricidad podrían jugar un papel crucial en esta lucha y México podría ser uno de los líderes por la gran cantidad de corrientes de viento que se forman de manera natural, sin embargo no ha sido aprovechada toda esta energía por la gran cantidad de factores que intervienen en los proyectos de esta naturaleza.
A pesar de que los avances en la tecnología para generar energía y los modelos tan avanzados que vemos en el mercado, esta fuente renovable tiene ya una larga historia, fue empezada a utilizarse desde la época de los chinos, 200 A.C. para bombear agua o moler grano y rápidamente se extendió de oriente a territorios de Europa y ya en la época moderna en el siglo XI se ven aplicaciones para drenar ríos, mientras que en el siglo XVII en España del Quijote fue de gran ayuda para mover el agua; ya en el siglo XIX la historia registra el primer aerogenerador para producir electricidad en Norte América con un rotor de 17 metros y 144 palas hechas de madera, con lo que se marca como un hito por la ciencia de la aerodinámica al tener sus primeros frutos en el diseño de perfiles.
En Alemania se siguió estudiando y durante el siglo XX se desarrollaron diferentes teorías y perfiles para las palas de aerogeneradores, que fueron perfeccionando en diferentes países hasta lograr avances significativos en su dinámica, sus componentes, materiales, y control hasta llegar a los actuales.
México no se quedó atrás en el aprovechamiento de las corrientes de viento y la Comisión Federal de Electricidad instaló el primer parque eólico en el Istmo de Tehuantepec del estado de Oaxaca, identificándose potencial de corrientes en Zacatecas, Baja California, Hidalgo e inclusive en la península de Yucatán, dándose condiciones para la inversión extranjera que alcanzo una generación de 2500 MW, en 2009 aunque es poco esta cantidad comparada con una unidad de central termoeléctrica que alcanza hasta 350 MW y una sola central puede tener hasta 8 unidades, pero la ventaja más importante es que la fuente de energía no contamina y no tiene costo el viento, por lo que hace que el costo de producción por Kw-hr sea muy competitivo, como lo reporta el Instituto de Investigaciones Eléctricas, aunque la Secretaria de Energía reporta que solo el 3.3% de la energía eléctrica proviene de las energías renovables y no solo de la del viento, incluye la solar fotovoltaica y biomasa, lo cierto es que existen flujos de viento en los estados mencionados para poder crecer y alcanzar un potencial de 10 000 MW, por lo que el sector puede crecer sustancialmente y esto por la posibilidad de impulsar las reformas en materia energética que se venían aplicando pero con la suspensión que hizo el actual gobierno se creó una incertidumbre para que los inversionistas pusieran su dinero en este tipo de parque y el país pudiera tener un sector energético más fortalecido.
En la actualidad hablar de esta fuente renovable involucra nuevas tecnologías, como los parques instalados en las cercanías de los mares de los países bajos de Europa, donde se alcanzan potencias generadas que incrementan el porcentaje a una participación sustancial en los balances energéticos de estas naciones, al tener materiales más ligeros como las fibras de carbón, sistemas eléctricos con menores pérdidas en los rotores del generador, sistemas de auto direccionamiento, borde de ataque con menor fricción en las palas que conjuntando todos estos avances resultan en una mayor eficiencia para la producción de electricidad; científicos, ingenieros e inversionistas ven con muy buenas perspectivas de aprovechamiento a los parques eólicos, sin embargo, las condiciones actuales a impulsar las fuentes fósiles no permiten a estos grupos dar una certeza de crecimiento gradual, aunque en cualquier momento puede cambiar por las presiones internacionales a utilizar energías de baja huella de carbono y sobre todo que los efectos del cambio climático conlleven a acelerar la transición a la par que se ha demostrado que el costo de la energía por esta fuente resulta altamente rentable mientras más grande sea la cantidad de aerogeneradores.
Sin duda que existe el potencial técnico, la tecnología, los inversionistas solo falta ese deseado marco regulatorio para que este tipo de fuentes tenga un fortalecimiento y permita a comunidades un desarrollo social en las cercanías a los parques eólicos, combinando las actividades de agricultura y/o ganadería en los terrenos donde instalar las turbinas de viento, como los muestran proyectos privados del grupo Iberdrola, Industrias Peñoles y Dragón que han logrado un importante desarrollo en localidades en términos económicos y aunque algunos grupos ecologistas se oponen por la posibilidad de provocar daños a especies migratorias como aves, estudios demuestran que en términos prácticos la probabilidad es muy baja y por otra parte la rentabilidad no solamente es económica, sino social y sobre todo en términos de adaptación al cambio climático pudiera ser un soporte toral para la transición energética.
Jesús Modesto Lara Amado
Becario Delfín UNIVA y estudiante de Ingeniería Eléctrica en el Tecnológico de Estudios Superiores de Valle de Bravo