
A pesar de que las lluvias en el Área Metropolitana de Guadalajara (AMG) han superado en al menos 20 por ciento al temporal del año pasado, el acceso al agua segura y suficiente sigue sin resolverse para miles de habitantes. Frente a este escenario, académicos del ITESO sostienen que el aprovechamiento del agua pluvial es una alternativa necesaria y viable desde una perspectiva ciudadana.
Según cifras del Censo de Población y Vivienda 2020, al menos 387 mil personas en la metrópoli viven sin garantizar el derecho humano al agua, reconocido por la ONU desde 2010. Aunque los temporales son generosos, el problema persiste debido a la dependencia de sistemas centralizados de abastecimiento.
Para Óscar Castro Mercado, académico del Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano (DHDU) del ITESO, el AMG recibe entre tres y cuatro veces más agua de la que consume anualmente. Esto abre la posibilidad de captarla para usos domésticos. “Eso es un montón de agua”, advierte.
En esa misma línea trabaja Luis Ignacio Vanegas Espinosa, egresado de la Maestría en Proyectos y Edificación Sustentables del ITESO y fundador de 345 Ingeniería, empresa que diseña sistemas de captación de lluvia para viviendas, escuelas e industrias. El también profesor del DHDU asegura que, con una inversión inicial de entre 14 y 16 mil pesos, es posible instalar soluciones que permiten utilizar esta agua para baño, limpieza o riego.
Estos sistemas se adaptan a techos y azoteas, donde se colocan canaletas, pendientes y filtros que separan los primeros escurrimientos contaminados. Según Vanegas, el filtrado permite que el agua de lluvia tenga la calidad necesaria para uso cotidiano, aunque no para beber. Puede emplearse sin problema para bañarse, lavar ropa o incluso cepillarse los dientes.
Si bien las tecnologías ya existen, ambos expertos coinciden en que el verdadero obstáculo es cultural. “Estamos acostumbrados a que abrir la llave garantice agua limpia, sin pensar en soluciones locales”, señala Vanegas. Esa inercia, dice, ha limitado la implementación de estrategias ciudadanas ante un problema que requiere acciones desde lo comunitario.
Castro Mercado subraya que la gestión del agua no puede pensarse solo desde la ingeniería. Como coordinador del Seminario Permanente en Estudios del Agua (SEA) del ITESO, ha abogado por una mirada integral que contemple también aspectos sociales y ecológicos. “La viabilidad de un ecosistema depende mucho del agua. Necesitamos formar a estudiantes desde distintas disciplinas para entender el ciclo hidrosocial”, afirma.