Metrópoli

Catalina Ocampo: el renacer de una mujer expatriada que decidió elegirse

Catañina Ocampo Coach
Catalina está por lanzar Expat con Propósito Foto: Cortesía

Desde el 2016, Catalina Ocampo dejó su natal Costa Rica sin una fecha de regreso. Lo que comenzó como una aventura en pareja se transformó, con el paso del tiempo, en un viaje interno lleno de retos, descubrimientos y decisiones valientes. Hoy, Catalina es una empresaria, coach transformacional y nutricionista que guía a mujeres expatriadas a reconectar consigo mismas cuando sienten que lo han perdido todo… incluso su propia identidad.

Aunque ha vivido momentos profundamente transformadores, Catalina también atravesó etapas en las que se sintió completamente desconectada. El punto de quiebre llegó durante su mudanza a Los Cabos. Fue entonces cuando algo cambió para siempre. “Me di cuenta de que había dejado de elegirme, de que estaba viviendo en función de todos menos de mí”, recuerda. Esa toma de conciencia no fue inmediata ni cómoda, pero sí marcó el inicio de una nueva etapa en su vida: una donde comenzó a cuestionar su lugar en su propia historia.

Detrás de las fotos sonrientes y los mensajes positivos que compartía con su familia y amigos en Costa Rica, había una mujer que lloraba en silencio. “Mostraba lo bonito, pero por dentro extrañaba a los míos, esperaba visitas que no llegaban, y nadie supo lo profunda que fue esa etapa”, confiesa. Para Catalina, migrar no solo implicó cambiar de país, sino también transformar su identidad. “Aprendí que hay fuerza en mostrarnos vulnerables. Que la migración te cambia entera, no solo tu geografía”.

Uno de los momentos más reveladores de su proceso llegó de manera inesperada: mirando una fotografía suya. “Me costó reconocerme. Mi cuerpo no reflejaba a la mujer feliz que intentaba proyectar. Vi a alguien cansada, desdibujada, que me gritaba que algo no estaba bien”. Ese fue el detonante. Comprendió que no podía seguir sosteniendo una versión de sí misma que ya no le representaba. Y más importante aún: decidió que no iba a permitir que otras mujeres se sintieran igual de solas sin un espacio seguro para volver a sí mismas.

Así nació su proyecto como coach. Unió sus conocimientos en nutrición y coaching transformacional con su propia experiencia como mujer expatriada, y diseñó una propuesta única en su tipo: un espacio de sanación integral para mujeres que, en medio de una nueva vida, han dejado de reconocerse. “Este nicho no es solo mi mercado. Es mi misión”, dice con claridad.

Actualmente, Catalina está por lanzar Expat con Propósito, una experiencia transformadora que busca ayudar a mujeres expatriadas a dejar de vivir en automático y reconectar con su verdad. El programa combina mentoría emocional, activación corporal y claridad de propósito. “Muchas están cargando un silencio que no se atreven a nombrar. Este espacio viene a recordarles que no están solas y que pueden volver a sí mismas con amor, fuerza y claridad”.

En su trabajo, ha identificado un patrón común: la pérdida de identidad. “Muchas mujeres, al llegar a otro país, dejan de ser ellas para convertirse en ‘la esposa de’, ‘la mamá de’, ‘la que se queda en casa’. Y con eso, pierden el contacto con sus pasiones, su voz, su propósito. Ese vacío, aunque invisible, pesa”. Por eso insiste en la importancia de crear espacios donde puedan volver a reconocerse más allá de los roles que cumplen para otros.

Construir una marca y una comunidad lejos de su país no ha sido sencillo. Como mujer latina en el extranjero, Catalina ha tenido que romper barreras culturales, desafiar estereotipos y hacerse un lugar en espacios donde no siempre hay apertura para voces como la suya. Pero cada paso lo ha dado desde la autenticidad. “Lo que construí vino desde mi historia. Y eso conecta más que cualquier estrategia”.

Cuando se le pregunta qué le diría a una mujer que hoy se siente perdida en otro país, Catalina responde con la sabiduría que solo otorga la experiencia: “Le diría que no vino a desaparecer, vino a reencontrarse. Que aunque se haya perdido en el camino, su esencia sigue intacta, esperando que vuelva por ella. No es egoísta por buscarse, por querer sentirse viva otra vez. Y sí, es posible reconstruirse, brillar desde adentro y crear una vida en el extranjero que también la incluya a ella”.

Catalina Ocampo es, sin duda, un faro para muchas mujeres que atraviesan el difícil camino de reinventarse lejos de casa. Su historia es la prueba viva de que, incluso en tierra ajena, es posible volver a casa… cuando se aprende a habitarse desde el amor propio.

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