
La diputada Diana Sánchez Barrios, coordinadora de la Asociación Parlamentaria Mujeres por el Comercio Feminista e Incluyente, presentó una propuesta para crear un Parlamento del Comercio Popular con el fin de regular, reconocer y proteger a todas las personas que forman parte del sector.
Sánchez Barrios aseguró que el Parlamento del Comercio Popular es más que una iniciativa, “es el pacto entre quienes trabajan en la calle y quienes legislan con responsabilidad. La transformación comienza cuando el Estado reconoce que el comercio popular es esencial y es legítimo”.
La legisladora destacó que se debe reconocer al Sistema de Producción, Abasto y Distribución Tradicional que está integrado por el campo, la producción ganadera, la acuicultura, la agricultura, el transporte, la central de abastos, los 340 mercados, los 1840 tianguis, los 54 mercados sobre ruedas, las 209 concentraciones de comerciantes, los bazares, el comercio local o de barrio, los mercados de productos alternativos y las más de 1 millón 126 mil personas dedicadas al comercio en el espacio público que se esfuerzan para salir a trabajar.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en el primer trimestre de 2024, el Valor Agregado Bruto de la economía informal alcanzó cinco mil seiscientos noventa y cinco millones de pesos con un crecimiento del 3.8 por ciento anual; por lo que la legisladora precisó que el comercio popular, representa una porción considerable de la economía mexicana y de la Ciudad de México.
Destacó que a pesar de que es un sector que contribuye al desarrollo económico y a la garantía de una oferta de productos accesibles para las necesidades de diferentes sectores de la población, “muchas personas comerciantes carecen de acceso a servicios públicos, de salud y seguridad social”.
“He presentado esta iniciativa para crear el Parlamento del Comercio Popular. No como un gesto simbólico, sino como un ejercicio real de parlamento abierto. Un espacio donde las voces de quienes comercian en la vía pública, en los mercados, en los tianguis, sean escuchadas, respetadas y convertidas en política pública.
“Esta iniciativa es también una apuesta por una economía del bienestar. Una economía que no excluya, que no margine, que no condene a la informalidad como destino… Es crear una economía que abrace la diversidad de formas de trabajo, que valore la cultura viva de nuestros barrios, y que garantice que nadie quede fuera del desarrollo”.
Para finalizar aseguró que es tiempo de organizarse y participar, “porque nuestros derechos no son concesiones, son conquistas. Y este Parlamento del Comercio Popular es una herramienta para conquistarlos juntos”.