
La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, presentó el Programa de Atención a Consumo de Sustancias Psicoactivas, una estrategia integral basada en prevención, atención y reducción de riesgos, con el objetivo de transformar la forma en que se aborda este fenómeno en la capital.
La mandataria capitalina destacó que la estrategia se enfocará en atender a las personas sin emitir juicios, sin imponer decisiones y sin reproducir prácticas de exclusión o discriminación.
“Cuando hablamos de sustancias psicoactivas no lo hacemos bajo un enfoque que criminaliza ni desde el prejuicio; presentamos un proyecto concreto que coloca a la Ciudad de México a la vanguardia”, aseguró Brugada.
Como parte de esta política pública, se anunció la construcción de 100 Centros Colibrí, 16 de ellos este año, además de un Hospital Toxicológico en coordinación con el gobierno federal, que brindará atención a casos de intoxicación y consumo problemático en la ciudad.
Actualmente, 11 de estos centros ya están en funcionamiento, mientras que este año se edifica también el Centro de Transición y Recuperación para el Bienestar, espacio destinado a continuar los tratamientos de las personas que lo requieran.
El programa se sustenta en un enfoque internacional similar al implementado en Noruega, Portugal y Reino Unido, que prioriza la reducción de riesgos y daños, respeta los derechos humanos y reconoce la autonomía de las personas sobre su propio cuerpo, salud y estilo de vida.
“Es un modelo basado en la dignidad y en la salud emocional como derecho humano”, subrayó la jefa de Gobierno.
Brugada citó datos de la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco, que indican que la edad promedio de inicio en el consumo de sustancias psicoactivas en la ciudad es de 17 años. En el caso del alcohol, entre el 4% de la población inicia entre los 10 y 12 años, y la cifra aumenta a 20% entre los 13 y 15 años, consolidándose en 52% entre los 16 y 19 años.
El primer eje del programa es la prevención, implementada desde marzo a través del proyecto Vida Plena, Corazón Contento, dirigido a estudiantes y docentes de nivel medio superior y secundarias de la ciudad. En sus primeros 100 días de operación, ha atendido a 250 mil personas, con una meta de alcanzar un millón de beneficiarios.
El segundo eje se centra en la atención, mediante los Centros Colibrí y el Hospital Toxicológico, mientras que el tercero se orienta a la reducción de riesgos y daños, con acciones como programas de vida nocturna segura en bares y antros, distribución de información, servicios de análisis de sustancias, capacitación de personal, campañas de sensibilización y ferias de salud mental.
La secretaria de Salud, Nadine Gasman Zylbermann, explicó que el programa busca ofrecer soluciones proporcionales a cada situación, reconociendo la magnitud del fenómeno y evitando la estigmatización.
“Nos importa desde el punto de vista de la salud pública por el impacto en la salud física y mental, el desarrollo de trastornos por consumo y las urgencias médicas que genera”, señaló.
La directora general del Instituto de Atención y Prevención de las Adicciones (IAPA), Amaya Ordorika Imaz, señaló que esta estrategia dirigida por la Jefa de Gobierno busca transformar la forma en que la ciudad aborda el consumo de sustancias, con una amplia oferta de programas y servicios enfocados en la salud de las personas.