Metrópoli

Fernando Ortiz Monasterio, CEO de VIAVERDE, revela cómo el “internet de las plantas” convierte la vegetación urbana en infraestructura medible y funcional, capaz de mejorar la calidad de vida en ciudades como la CDMX y proyectar innovación mexicana al mundo

Internet de las plantas: Fernando Ortiz Monasterio explica cómo VIAVERDE transforma la relación entre ciudad y naturaleza

Fernando Ortiz Monasterio

La idea de conectar a las plantas con sensores digitales puede sonar futurista, pero para Fernando Ortiz Monasterio nació de una necesidad práctica: garantizar el buen funcionamiento de miles de metros cuadrados de vegetación en ciudades cada vez más hostiles con la naturaleza.

“Con el Internet de las Plantas integramos sensores que miden variables como humedad, temperatura, luz, nutrientes o pH y las enviamos a una plataforma digital”, explica. La clave, agrega, fue traducir esos datos biológicos en información accionable para el mantenimiento eficiente.

El sistema desarrollado por VIAVERDE permite monitorear en tiempo real la salud de los proyectos verdes, midiendo parámetros como oxígeno, dióxido de carbono, regulación térmica y agua. Así, lo que antes parecía intangible —el impacto ambiental de un jardín vertical o de un parabús verde— ahora se vuelve un indicador concreto.

El mayor reto, reconoce, fue precisamente ese paso: convertir lo invisible en datos que guíen decisiones. “Hoy podemos ajustar nuestros proyectos en tiempo real, asegurando su estado óptimo. De la percepción pasamos a la medición precisa de beneficios”.

Ese cambio de paradigma ya ofrece resultados sorprendentes. En el Periférico de la CDMX, donde VIAVERDE instaló 50,000 m² de jardines verticales, se ha demostrado que estos espacios producen 65 toneladas de oxígeno y filtran 32.5 toneladas de gases nocivos al año, además de reducir entre 3 y 5 °C la temperatura superficial.

Internet de las plantas

Tecnología verde contra el déficit urbano

En un contexto de cambio climático y contaminación creciente, la innovación de VIAVERDE adquiere un carácter urgente. Ortiz Monasterio recuerda que, mientras la OMS recomienda 9 m² de áreas verdes por habitante, la CDMX apenas alcanza 3 m². Esa carencia, subraya, tiene consecuencias directas en la salud pública.

“El año pasado hubo más muertes relacionadas con la mala calidad del aire que por la violencia. Con proyectos como los nuestros, compensamos parte de ese déficit, generamos oxígeno, capturamos contaminantes y creamos microclimas más frescos que impactan en la salud y el bienestar de la población”, asegura.

Uno de los desarrollos más revolucionarios es el sistema de riego que transforma la humedad ambiental en agua. Gracias a esta innovación, los parabuses verdes de VIAVERDE generan hasta 40 litros diarios, suficientes para mantener viva la vegetación sin depender de la red pública.

“Esto es clave en zonas con estrés hídrico porque demuestra que se puede regar con recursos del mismo entorno urbano”, apunta Ortiz Monasterio.

La tecnología verde no solo combate la contaminación, también transforma la experiencia urbana cotidiana. En Mérida, los parabuses verdes reducen la temperatura local entre 2 y 3 °C, filtran contaminantes y generan sombra. Pero lo más importante, señala el CEO, es el valor social: “La gente percibe estos espacios como más frescos, dignos y seguros. Convierten un punto de tránsito en un lugar que aporta bienestar”.

Para él, la tecnología es el puente entre naturaleza y ciudad. Hoy, un muro verde ya no es solo un adorno estético, sino una infraestructura urbana con indicadores de desempeño, tan relevante como una vialidad o una planta de tratamiento.

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El futuro de VIAVERDE: innovación mexicana para el mundo

Uno de los retos ha sido cambiar la percepción de que la arquitectura verde es solo una tendencia estética. Ortiz Monasterio responde con hechos: más de 200,000 m² de infraestructura verde en más de 200 proyectos, con beneficios documentados en lo ambiental, lo psicológico y lo estético.

“Sí, la belleza importa, pero lo esencial es que funcionan como infraestructura viva y medible contra la contaminación”, enfatiza.

Ese liderazgo ha colocado a VIAVERDE como una empresa mexicana pionera a nivel internacional. “Es un orgullo enorme que desde México estemos generando esta innovación. Tenemos proyectos en otros países y fuimos reconocidos por el Foro Económico Mundial como Pioneros Tecnológicos. Eso demuestra que la visión y el talento mexicano pueden liderar la conversación global sobre cómo transformar la infraestructura urbana”, sostiene.

La mirada al futuro incluye integrar inteligencia artificial y big data al Internet de las Plantas. La meta es anticipar necesidades hídricas o nutricionales antes de que las plantas muestren signos de estrés, además de identificar patrones ambientales en distintas ciudades para replicar buenas prácticas.

El sueño de Ortiz Monasterio es ambicioso: que cada ciudad incorpore lo verde como parte esencial de su ADN urbano. “Imaginamos urbes donde la vegetación no esté confinada a parques lejanos, sino distribuida en calles, edificios y espacios públicos. En el futuro, quiero que cuando alguien vea un muro verde en Madrid, Bogotá o Los Ángeles sepa que es una innovación mexicana que nació con la convicción de que la naturaleza puede ser la tecnología más poderosa para mejorar la vida urbana”.

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