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A un día del asesinato de jefe policiaco de CDMX, en la zona no se ven caravanas ni refuerzos para buscar a los asesinos

“Es donde siempre matan”: vecinos de Chalco tras ejecución de policía

Ataque Casa del jefe policial donde se realizó su funeral. (Cortesía)

El asesinato del jefe de sector Tlatelolco, José Jacinto Alfaro, no cambió la situación de inseguridad que se vive en el municipio de Chalco, Estado de México. A diferencia de otros sitios, donde luego de un homicidio se refuerza la presencia policial, las autoridades hacen caravanas con patrullas e inmediatamente se persiguen a los narcomenudistas de la zona, aquí parece que a nadie le importa, la vida transcurre con normalidad y los vecinos tienen el mismo miedo de no ingresar a calles que están tomadas por la delincuencia.

La avenida prolongación 20 de noviembre y su esquina con la calle 10 de mayo, en la colonia San Miguel Jacalones, donde ocurrió el crimen, no es difícil de ubicar. Aunque todas las vialidades se parecen, tienen baches, casas en obra negra y el drenaje casi expuesto a nivel de suelo, los habitantes advierten a las personas que no conocen, que no accedan a algunas intersecciones, ya que, alertan: “ahí es peligroso, no te ves de por aquí, te pueden dar un susto”.

Desde calles aledañas los colonos avisan a quien no es vecino del sitio, que si no tiene alguna razón para ir, es preferible que retorne.

A casi nadie le impresionó el asesinato a sangre fría de Alfaro, dicen que es cosa de todos los días y que las células criminales que operan ahí actúan con impunidad, como un ciudadano más, como si el municipio estuviera fuera de las Leyes locales y federales.

La mayoría de los habitantes son indiferentes, cuando se les pregunta el punto exacto donde asesinaron al policía, contestan: “es donde siempre matan, ahí viven los narcos, me salió en el TikTok”, sin expresiones de asombro, ya se acostumbraron a vivir entre la inseguridad, robos y asaltos.

La mayoría de las personas transitan en motocicleta, aunque alertan que en ese medio de transporte se refugiaron los delincuentes; afirman que incluso se cometen asaltos a mano armada al exterior de los domicilios.

Mientras más se acerca al domicilio, el panorama es peor. Las calles no tienen asfalto, únicamente tierra con grandes hundimientos en los que adultos mayores, personas en sillas de ruedas y ciudadanos con alguna discapacidad están obligados a caminar. Tras las graves inundaciones ocurridas en el 2024, ninguna autoridad regresó a reparar el drenaje, que está expuesto a la vista de todos.

En el punto donde el policía fue atacado hay una veladora blanca, que su llama no aguanta a estar encendida por las ráfagas de viento y la tierra que se levanta del suelo. El velorio de José Jacinto Alfaro comenzó alrededor de las 13:00 horas, desde horas antes, patrullas de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de los sectores Ángel, Cuajimalpa, Nativitas, Del Carmen y Tasqueña, transitaron por la avenida México - Puebla hacia Chalco, con coronas de flores para adornar el sepelio.

El funeral fue en la casa del jefe del sector, en el sitio donde perdió la vida cuando salía con su esposa en su día de descanso, a bordo de su motocicleta, que luego de un intento por arrebatársela, lo asesinaron. Ahí familiares, amigos y policías realizaron una valla para resguardar el sitio, todas las personas se mantenían en alerta y miraban de manera imponente a cualquiera que se atrevía a observar el acto fúnebre, incluso le exigían que se retirara a cualquier curioso que no fuera habitante.

“¿Quién es? ¿Viene para acá? Si no, que se vaya”, murmuraban los que custodiaban la puerta del patio de la casa, todos vestidos con ropa negra, con gorras que cubrían parte de su rostro, al parecer, por el temor de más ataques de los criminales que le quitaron la vida al policía.

Frente al domicilio algunos ciudadanos tomaban refresco y bebidas alcohólicas, nadie hablaba, únicamente miraban la veladora y el polvo blanco en el suelo, tal vez es la cal o tierra que se levantó del piso tras la caída de los casquillos.

Ataque Patrullas de la SSC transportaban coronas de flores hacia el domicilio donde se realizó el funeral del policía. (Jorge Aguilar)

Nadie puede permanecer mucho tiempo en el lugar, a quien sea ajeno a la zona, es expulsado del sitio, o para incomodarlo, lo videograban con sus teléfonos celulares para que se aleje. La presencia de la policía municipal de Chalco es nula, ninguna patrulla recorre el sitio.

Aunque la SSC aseguró que tras el crimen iniciarían las investigaciones para capturar a los responsables, a través de la revisión de videocámaras de vigilancia, la realidad es que la única grabación difundida fue captada por un dispositivo instalado en un domicilio, que tiene fallas de origen y que no permite observar los rostros de los delincuentes.

En las calles secundarias las cámaras de vigilancia municipales no existen, los postes de C5 con botones de pánico no son una realidad, algunas vialidades no cuentan con luminarias. Los únicos mecanismos de grabación y de llamado de auxilio son los estatales, que se ubican a más de 800 metros del sitio del asesinato, en las calles Cuauhtémoc Poniente y Cinco de Mayo y Puerto Vallarta, que, al verificar su funcionamiento, ningún botón de pánico está habilitado, pues al tocarlo, la policía municipal no llegó.

Por igual, en la avenida Aquiles Serdán, a 500 metros del lugar del ataque, se localiza un módulo de atención a víctimas y de aparente acompañamiento a la mujer, que está en abandono, sin policías que respondan a una emergencia o patrullas que estén listas para perseguir delincuentes.

Más tarde, la seguridad se reforzó en el acto fúnebre, los policías de la SSC realizaron otra fortaleza en el zaguán de la casa de la víctima.

“Las patrullas no circulan de manera continua, los módulos únicamente son para violencia de género, pero sólo dan el acompañamiento, el bando municipal los designó y sólo dan la referencia para decirte dónde debes presentar tu denuncia, los policías están de adorno. Los grupos delincuenciales vienen de Covadonga, Valle de Chalco, Unión de Guadalupe”.

“Quienes dan rondines son señores de vigilancia que no son de nómina, que no tienen una figura jurídica real para nombrarse como elementos de seguridad; se mantienen de lo que la gente les da, 900 a mil pesos a la semana”, dijo a Crónica Carlos Vázquez, vecino.

“El robo de motocicletas es cosa de todos los días, así como la venta de droga. La seguridad está ‘para el perro’, los policías ocupan los módulos como dormitorios, pasa media hora después de pedir el apoyo y apenas se ve una luz de una patrulla. Si eso le tocó a un policía, qué espera un ciudadano”.

A pesar de que la SSC calificó el crimen como un asalto, no es la primera vez que los grupos criminales atacan a mandos policiacos en sus días de descanso y en el Estado de México, lejos de sus sitios de trabajo. En el 2024, el coordinador general de la Unidad de Estrategia, Táctica y Operaciones Especiales de la Ciudad de México, Milton Morales, falleció tras ser asesinado a tiros en el municipio de Coacalco.

En entrevista con Crónica, un agente de la Policía de Investigación (PDI) de la Fiscalía capitalina, mencionó que ese atentado presuntamente fue ejecutado por miembros del Grupo Fortaleza, banda delictiva disfrazada de sindicato que opera en la alcaldía Gustavo A. Madero.

“Una vez que la Fiscalía del Estado de México nos envió la información y su consulta balística en el Sistema Integrado de Identificación Balística IBIS, hizo match con homicidios en GAM, del Grupo Fortaleza, se comenzaron a hacer líneas de investigación para verificar el grado de participación del grupo en el hecho”, dijo el agente de identidad reservada.

Ataque Calle 20 de noviembre, donde fue asesinado el policía. (Jorge Aguilar)

Grupos criminales que tomaron Chalco

La Familia Michoacana, dedicada al secuestro, extorsión, trata de personas, robo de vehículo y homicidios, tiene presencia en el municipio de Chalco.

De este grupo se descendieron “Los Julianes” implicados en la venta ilegal de predios irregulares.

También los Rodolfos son uno de los principales grupos generadoras de violencia en esta demarcación, así como “La Empresa”, narcomenudistas que migraron de Tláhuac.

Los Gastones están aliados con el llamado Cártel de Tláhuac y se dedican a la venta de droga en la zona, extorsiones y homicidios. Su presencia principal es en los municipios de Valle de Chalco y Chalco.

Por igual, el Cártel de Tláhuac, fundado por Felipe de Jesús Pérez Luna, alias “El Ojos”, se extendió al municipio de Chalco y es identificado como generador de violencia, dedicado a la extorsión y distribución de droga.

¿Cómo era el trabajo del jefe en Tlatelolco?

En la colonia Nonoalco-Tlatelolco, donde laboraba Alfaro, el robo a transeúnte incrementó 72 por ciento de 2020 a 2024, de 22 a 38 casos.

A partir del 2020, hasta el 31 de enero de 2025 se iniciaron 314 carpetas de investigación por delitos de alto impacto en Tlatelolco, 12 por ciento de 2020, cuando se acumularon 58 denuncias, mientras que 65 en 2024.

Sin embargo, el robo de vehículo, cayó 40 por ciento en ese lapso de tiempo. En 2020 se abrieron 22 carpetas de investigación y 13 en 2024.

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