En los últimos meses, la zona del Ajusco, en la alcaldía Tlalpan al sur de la capital, ha sido escenario de al menos tres desapariciones que han encendido alarmas entre colectivos de búsqueda y familias afectadas. Casos como los de Ana Amelí una estudiante, María Isabella Y Óscar, este último desaparecido desde el 16 de septiembre se suman a una creciente lista de personas “Sin localizar”, denuncian quienes exigen mayor atención y acción gubernamental.
Para las familias, el terror se ha convertido en una zona donde coexisten la falta de iluminación, ausencia de señal de celular y el mal funcionamiento del sistema de vigilancia (C5), factores que agravan la situación de la inseguridad.
Casos recientes: rostros en crisis

Óscar (48 años) según su madre Lucía García salió a caminar en el Ajusco el 16 de septiembre y no regresó. Su reloj inteligente marcó como última ubicación el eje de Xalatlaco. Desde entonces, la familia ha realizado búsquedas en campo, solicitado el registro de llamadas y acceso a cámaras de vigilancia, sin respuestas claras hasta el momento.
Ana Amelí estudiante desapareció el 12 de julio luego de ingresar al cerro del Ajusco con un grupo. No hay certeza de que haya descendido.

María Isabella (16 años) fue vista por última vez el 2 de septiembre en la zona; abordó un transporte público desde su casa hacia los arcos de acceso al Ajusco. Su madre ha denunciado dilaciones en las investigaciones, como no revisar cámaras del camión, entrevistar al chofer, o seguimiento de pistas.
Las familias acusan que la Fiscalía local ha sido lenta en aplicar protocolos de búsqueda, y que muchas acciones que han permitido pistas han sido gestionadas por los propios familiares o colectivos externos.
Denuncias sistemáticas: fallas estructurales
Una de las principales críticas se dirige al sistema de videovigilancia urbano: las cámaras del C5 han fallado o no existen en tramos clave del Ajusco, lo que impide conocer los últimos movimientos de las personas desaparecidas.
Asimismo, colectivos de búsqueda advierten que esta zona ha sido marcada como “punto rojo” por la frecuencia de desapariciones y por la presencia de restos humanos hallados en búsquedas anteriores.
De acuerdo con datos oficiales, la Ciudad de México ha acumulado 5,605 personas desaparecidas desde 2018 (80 % del total registrado hasta 2025). En la alcaldía Tlalpan, a la que pertenece el Ajusco, hay 360 personas sin localizar, lo que la coloca como la sexta demarcación con más casos en la capital.

Impunidad y exigencias de las familias
Los familiares y colectivos coinciden: las autoridades han actuado con lentitud o con omisión. Reclaman que no basta con “activar carpetas de investigación”, sino que se requieren medidas preventivas más patrullaje, iluminación, presencia institucional y que se fortalezcan las capacidades de búsqueda.
“No entiendo cómo una autoridad que está siendo alertada de situaciones de delincuencia tan delicadas … no toma acciones” dice Pilar Lozano, madre de Isabella, refiriéndose a demandas como reforzar cámaras y patrullas.
Las familias han recurrido a métodos propios: colocan lonas y mantas con fotos, nombres y datos de las personas desaparecidas; integran grupos civiles de rastreo; intentan visibilizar sus casos y presionar a las autoridades.