Metrópoli

Nuestro país no puede regresar al pasado: José Woldenberg

La marcha en defensa del órgano electoral logró su objetivo en cuanto a número de convocados y multiplicidad de manifestaciones en la República, pero lo más relevante fue un mensaje claro: no regresar a aquello de lo que huimos hace décadas

Marcha por el respeto a los derechos de las mujeres
Manifestantes por Paseo de la Reforma Manifestantes por Paseo de la Reforma (Liliana Gómez)

México no puede volver a una institución electoral alineada con el gobierno, incapaz de garantizar la necesaria imparcialidad en todo el proceso electoral, fue el mensaje central de José Woldenberg, la figura histórica de la transición democrática, a quien  correspondió cerrar la jornada de movilizaciones en favor del INE. 

Nuestro país no merece regresar al pasado porque lo construido permite elecciones auténticas, aseveró el expresidente del Instituto Federal Electoral (IFE, ahora Instituto Nacional Electoral), ante miles de asistentes en el Monumento a la Revolución, quienes marcharon en contra a la reforma electoral presentada por el presidente, Andrés Manuel López Obrador.

Los manifestantes se dieron cita a las 10:30 horas en el Ángel de la Independencia para marchar sobre Paseo de la Reforma y llegar a Plaza de la Republica, donde Woldenberg, el único orador, presentó su discurso defendiendo al INE: “Estamos aquí ejerciendo nuestros derechos. El derecho a manifestarnos, a opinar, a reunirnos de manera pacífica para expresar nuestras preocupaciones y aspiraciones. Somos parte de una marea de opinión que aprecia y defiende la democracia”.

Los asistentes a la marcha, mientras caminaban por Paseo de la Reforma aplaudían fuerte, y gritaban la consigna: “el INE no se toca”. La mayoría de los asistentes vestía de rosa. 

Esta marcha fue de 200 mil personas, según las cifras que dio Woldenberg  al micrófono; sin embargo, para el secretario de gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres, fueron 12 mil asistentes. Sólo la calle sabe cuánta gente fue, pero lo que es verdad es que se trató de una manifestación nutrida y que se reprodujo en Mérida, Guadalajara, Morelia, Monterrey, Toluca, León y decenas más.

“Va a caer la Reforma va a caer”, “No somos uno, no somos cien, pinche gobierno cuéntanos bien”, retumbó en el Monumento a la Revolución, mientras los pro INE esperaban la llegada de José Woldenberg.

Woldenberg arribó a las 11:49 y mientras se subía al templete su presentador gritaba “Dame una I, dame una N, dame una E, qué dice INE”.

El discurso de José Woldenberg duró 14 minutos 11 segundos y fue, como estaba programado, el cierre de la movilización..

 “México no puede ni debe trasladar el padrón electoral a otra institución porque el INE ha cumplido con creces en la elaboración de un listado confiable, cuyas credenciales se han convertido de facto en cédulas de identidad ciudadana. México viviría conflictos evitables, innecesarios, interminables y costosos si las normas electorales no son producto del consenso de las principales fuerzas políticas del país”.

Asimismo, hizo un llamado a todos los grupos parlamentarios “—sí, a todos— sin exclusiones ni excepciones, los que conforman las Cámaras del Congreso Federal y de los 32 congresos en las entidades, a que defiendan lo edificado en materia democrática y no conduzcan a nuestro país a una etapa venturosamente superada: la del autoritarismo que se auxiliaba de autoridades electorales a modo”.

“No a la destrucción del INE, no a la destrucción de los institutos locales, no a la destrucción de los tribunales locales, no a la pretensión de alinear a los órganos electorales a la voluntad del gobierno, no al autoritarismo, sí a la democracia, sí a un México democrático”, palabras con las que terminó José Woldenberg.

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