El Zoológico de Aragón, espacio para el no cuidado animal
El recinto muestra en evidente deterioro, donde los animales no poseen de las condiciones necesarias para vivir, tal como estanques putrefactos y espacios muy reducidos
La imagen de la izquierda retrata el estado de los animales el 2022, la fotografía de la derecha expone las condiciones en las que viven en el 2023.
Desde su fundación, el Zoológico de San Juan de Aragón ubicado en la alcaldía Gustavo A. Madero prometió ser un sitio donde los animales en cautiverio tendrían cuidados extremos para la preservación de sus especies, pues en ocasiones, en su hábitat natural son presas de cazadores que pretenden vender sus pieles y dientes en el mercado negro. Sin embargo, a más de 60 años de su creación, el recinto para la protección del medio ambiente muestra evidente deterioro, donde los animales no poseen las condiciones necesarias para vivir, tal como estanques putrefactos y espacios muy reducidos. Asimismo, a lo largo de los años el zoológico ha estado envuelto en problemáticas como el alto número de especies que perdieron la vida en poco tiempo y denuncias por parte de los trabajadores que exhiben maltrato animal.
Al ingresar al sitio, existen pasillos donde las caminatas son muy extensas para llegar a los lugares donde los animales cohabitan, pero la amplitud de los corredores no es equitativa con los estanques, campos y jaulas de las especies.
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En primer lugar, el estanque donde el tigre blanco vive y necesita para refrescarse y tomar agua, está semi vacío y el poco líquido que tiene es de color verde y con lama. La capacidad del tanque en el que tendría que nadar imposibilita que el tigre “Nanda” realice actividades similares a las de una selva, pues incluso las marcas que dejó el agua en la alberca que anteriormente se llenaba constantemente son muy altas, varios metros arriba de lo que se encuentra actualmente.
Al ser una especie en peligro de extinción, los activistas dedicados a protestar para eliminar las acciones que pongan en peligro la integridad de los animales se han pronunciado en contra de el poco interés que las autoridades encargadas tienen hacia el maltrato.
“Nos hemos manifestado exigiendo que los animales sean reubicados en otro lugar porque claramente se ve que no los pueden mantener. Lo han remodelado varias veces, pero solamente lo pintan por fuera y las jaulas de los animales siguen igual, no puede ser que teniendo tanto terreno sean unas miniaturas las praderas que tienen los leones para correr”, expresó una activista inconforme.
Los activistas dedicados a protestar en contra de acciones que ponen peligro la integridad de los animales se han pronunciado hacia el poco interés que las autoridades tienen hacia el maltrato.
Por otra parte, la pileta de los hipopótamos es un sitio que inquieta a quienes lo visitan, pues la falta de agua también es posible de percibir en una pequeña piscina, alberca en la que es imposible que los animales de gran tamaño se desarrollen en lo que más podría parecerse a su hábitat natural.
Cuando los visitantes del zoológico se acercan, son abundantes los comentarios que mencionan el mal trato que sufren las especies en cautiverio; varios de los transeúntes solicitaron que para mejorar el bienestar de las especies tendrían que construir santuarios con dimensiones de gran tamaño, similares a las de Chapultepec.
“Me da tristeza ver cómo los animalitos sufren en esas albercas tan chiquitas, ni siquiera se pueden mover porque sin agua nada más están acostados. A los hipopótamos deberían construirles albercas que son muy profundas y las dividen en dos partes como las que tiene el zoológico de Chapultepec. Sería bueno que los sacaran de aquí e invirtieran mucho dinero en remodelar todo porque aunque no hablen, se ve que están sufriendo”, declaró una de las visitantes.
Sumado a las problemáticas estructurales que el santuario presenta, se suman controversias en las que los propios ciudadanos han demostrado su preocupación por hábitats peligrosos para algunos mamíferos. En un video difundido por visitantes del zoológico, se observa a la elefanta "Ely" en una posición en la que no se puede parar cómodamente, así como en senderos estrechos y una alberca con agua clorificada que es nociva para su salud.
Por su parte, en septiembre del 2019 trabajadores sindicalizados del zoológico denunciaron irregularidades en la protección de los animales, así como la desaparición de medicinas y desvío de alimentos. En palabras de la doctora María Ailen Mejía, médica veterinaria del lugar, los lunes el lugar está cerrado y a los animales no se les da de comer para evitar limpiar sus heces.
En otro de los casos, durante los primeros meses del 2022 murieron 25 ejemplares en las instalaciones del zoológico, de los cuales 10 eran hembras y 13 machos, cifras que alarmaron a los capitalinos, pues fue el doble del número de nacimientos, mismos que solamente fueron 20.