
Al menos 24 ciudades de Estados Unidos se han unido este miércoles a las protestas contra la política migratoria de Donald Trump que comenzaron el pasado viernes en Los Ángeles. Ciudades con amplia presencia de inmigrantes hispanos, como Seattle, San Antonio, Chicago, Las Vegas, Atlanta, Nueva York o Austin se preparan para manifestaciones a lo largo de la semana , para desafiar la campaña de detenciones y deportaciones masivas ordenadas por la administración republicana.
Está previsto que el sábado sea el día de las mayores protestas, para reventar su fiesta de cumpleaños (cumple 79 años) y el inédito desfile militar que ordenó para darse un baño de masas.
Enfrentamientos en el Bajo Manhattan
Las protestas en solidaridad con Los Ángeles se han ido extendiendo a otros lugares desde el fin de semana, pero este martes se intensificaron y aumentaron en tamaño. En la ciudad de Nueva York, miles de personas se congregaron en el Bajo Manhattan, donde están varias agencias del ICE, el principal foco de ira de los manifestantes. La protesta continuó con una marcha pacífica por la zona, pero se registraron enfrentamientos entre las autoridades y un grupo que permaneció junto a las oficinas del ICE. La policía detuvo a decenas de personas, empujando y tirando al suelo a algunos manifestantes y utilizando gas pimienta.
También se produjeron enfrentamientos en Atlanta (Georgia), donde cientos de personas se habían congregado para protestar el martes por la noche. Según las autoridades, seis personas fueron arrestadas después de que la protesta se prolongara más allá de la hora acordada. Los agentes usaron químicos y fuerza física para dispersar a la multitud y algunos manifestantes lanzaron cohetes y piedras. Y en Chicago, después de que miles de personas marcharan por las calles de la ciudad, algunos manifestantes arrojaron botellas de agua a la policía.
Cientos de personas han sido detenidas a lo largo el país desde que estallaron las protestas. La mayoría de los arrestos han sido en California y en particular en Los Ángeles, donde las manifestaciones cumplen este miércoles su sexto día en medio de una fuerte presencia militar y con un toque de queda declarado por la alcaldesa.
330 detenidos en LA
Más de 330 personas han sido detenidas en la segunda ciudad más poblada del país. Otras 240 lo han sido en San Francisco, donde los manifestantes obligaron a cerrar dos tribunales de inmigración el martes.
Algunos organizadores temen que Trump pueda desplegar tropas de la Guardia Nacional o marines en otras ciudades, como ya ha hecho en Los Ángeles. El presidente ha dicho que el despliegue en California fue “el primero, quizás, de muchos” en distintos Estados. Ya en Texas, el gobernador Greg Abbott, republicano y fiel aliado del presidente Trump, especialmente en materia migratoria, ha anunciado que desplegará a la Guardia Nacional en su territorio “para garantizar la paz y el orden”, después de que algunos manifestantes chocaran con las autoridades en varias ciudades del Estado sureño y se produjeran docenas de detenciones.
En la ciudad de Nueva York, el alcalde Eric Adams, demócrata pero también aliado de Trump en su agenda migratoria, ha dicho que no prevé un despliegue militar y ha asegurado que la policía neoyorquina, por su tamaño y experiencia, está preparada para hacer frente a las protestas. Ha advertido, sin embargo, de que no tolerará que la violencia vista en Los Ángeles se repita en las calles de la Gran Manzana. Nueva York es, como la metrópoli californiana, una de las llamadas ciudades santuario, aquellas localidades que por sus leyes locales no colaboran con las autoridades federales de inmigración.
También se han reportado incidentes menores en ciudades como Denver, Filadelfia, Boston y Washington.
“No tendrán éxito”
La Casa Blanca advirtió que las protestas contra las redadas migratorias que comenzaron a extenderse más allá de Los Ángeles hacia otras ciudades de Estados Unidos “no tendrán éxito” y en su lugar prevalecerá el orden.
“Que este sea un mensaje inequívoco para los radicales de izquierda en otras partes del país que están pensando en imitar la violencia para detener los esfuerzos de deportación masiva de esta Administración: no tendrán éxito”, dijo en una rueda de prensa la portavoz presidencial, Karoline Leavitt.
Trump, según Leavitt, “recibió un mandato claro de los votantes para revertir la invasión ilegal iniciada por la frontera abierta de (el expresidente) Joe Biden y poner fin a la anarquía” encarnada por la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, y el gobernador de California, Gavin Newsom.
“Prometió llevar a cabo la mayor campaña de deportaciones masivas en la historia de Estados Unidos y los disturbios de la izquierda no le detendrán en ese esfuerzo. Las ciudades y estados santuario ya no podrán proteger a los delincuentes ilegales de la deportación”, añadió.
En su opinión, los demócratas se han vuelto tan “radicales” en su oposición al líder republicano que esta postura les ha llevado “a ponerse del lado de los migrantes delincuentes ilegales en sus comunidades y de los agitadores y saqueadores violentos en lugar del de las fuerzas del orden que solo hacen su trabajo”.
Leavitt recalcó que Trump defiende la Primera Enmienda de la Constitución, la que protege la libertad de religión, expresión, prensa, reunión pacífica y el derecho de petición al gobierno.
“Pero ese no es el comportamiento predominante en Los Ángeles. Hemos visto turbas de alborotadores y agitadores violentos agredir a agentes del orden y a nuestras autoridades federales de inmigración”, sostuvo.