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La ofensiva acabó con la muerte de 10 guerrilleros y un líder disidente, en plena escalada terrorista de la guerrilla disidente

Secuestran a 34 militares colombianos tras operación contra célula del terrorista Mordisco

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Colombia El jefe terrorista de la guerrilla disidente Iván Mordisco (X)

El ministro de Defensa de Colombia, Pedro Sánchez, confirmó este martes que 34 militares llevan dos días secuestrados en el amazónico departamento del Guaviare, en una operación en la que fueron abatidos once guerrilleros tras un enfrentamiento con una célula de la disidencia de las FARC que comanda Iván Mordisco, autor de la emboscada terrorista del fin de semana, que dejó seis civiles muertos.

“Personas vestidas de civil dicen tener retenidos a unos militares. Pero eso no es una retención, es un secuestro porque están contra la voluntad de ellos”, denunció el ministro, tras recibir el parte sobre la operación.

Además de los diez guerrilleros del conocido como Estado Mayor Centro, entre ellos un menor de edad, fue abatido también Willington Vanegas Leyva, alias “Dumar”, un alfil de Mordisco en la región amazónica. Tras la ofensiva militar, personas de la comunidad cercaron e impidieron moverse a los 34 militares.

El ministro de Defensa dijo el domingo que alias Dumar “tenía la misión de consolidar corredores estratégicos del narcotráfico” en los departamentos del Meta y Guaviare “para fortalecer las disidencias y expandir su aparato criminal”.

Espiral terrorista

En los primeros meses de 2025, el departamento del Guaviare vivió un deterioro de la seguridad debido al conflicto entre la disidencia que lidera Mordisco y la que encabeza su antiguo subordinado, Calarcá Córdoba. Las dos facciones buscan controlar la zona con una violencia tal que, entre finales de mayo y junio, la Defensoría del Pueblo reportó que más de 10,000 personas quedaron confinadas en zonas rurales del norte del departamento.

La tragedia alcanzó un punto crítico en julio, con el hallazgo de una fosa común en el municipio de Calamar. Allí estaban los cuerpos de ocho líderes religiosos y sociales que habían desaparecido semanas antes, cuando participaban de una misión humanitaria. Fueron secuestrados y asesinados, supuestamente, por el frente Armando Ríos, del ala de Mordisco.

El impacto fue mayúsculo: el presidente Gustavo Petro calificó el acto como una grave violación de derechos fundamentales, mientras la ONU y la Iglesia hicieron un llamado urgente para incrementar las medidas de protección a los líderes comunitarios.

El pasado jueves, el frente Jaime Martínez, del mismo grupo de disidencias, llevó dos camiones cargados con explosivos desde el departamento del Cauca hasta inmediaciones a la base aérea Marco Fidel Suárez, en plena zona urbana de Cali, la tercera ciudad del país. Hicieron estallar uno de ellos, en un atentado en el que fallecieron siete personas, todas civiles, y más de 79 resultaron heridas.

Aunque el grupo no se ha atribuido la autoría, las autoridades lo han señalado de forma unánime y el ministro de Defensa reiteró que reforzarán la ofensiva contra Mordisco, el narcotraficante por el que el Gobierno ofrece un millón de dólares de recompensa y que tiene contra las cuerdas al Estado (con información de EFE y El País).

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