
El Gobierno de Estados Unidos volvió a quedar en solitario en el Consejo de Seguridad de la ONU tras boicotear este miércoles un comunicado conjunto en el que los otros 14 países miembros expresaron su alarma por la hambruna en Gaza y exigieron un alto al fuego inmediato e incondicional, así como el ingreso urgente de ayuda humanitaria.
La declaración, respaldada por naciones como Rusia, China, Panamá, Reino Unido, Guyana y Sierra Leona, se refirió a los datos del Índice de Clasificación de la Seguridad Alimentaria (IPC) publicados el viernes pasado, que confirman la existencia de hambruna en la gobernación de Gaza.
Los firmantes expresaron “profunda alarma y angustia” ante esa situación y reclamaron a Israel levantar todas las restricciones al ingreso de asistencia.
Sin embargo, EU se negó a sumarse, la embajadora en funciones, Dorothy Shea, cuestionó la credibilidad del informe del IPC y aseguró que uno de sus autores mantiene un historial de “sesgo antiisraelí”, esta postura refuerza el papel de Washington como principal defensor de Israel en el Consejo, pese a su creciente aislamiento diplomático.
En los últimos meses, incluso aliados tradicionales de Israel como Reino Unido y Francia han endurecido su tono frente a los reportes de hambruna, los ataques deliberados contra civiles y la muerte de periodistas en la región.
La declaración de ayer emplea un lenguaje inusualmente crítico al pedir a Israel “revertir su decisión de expandir operaciones militares para tomar la ciudad de Gaza”.
La próxima Asamblea General de la ONU, prevista para finales de septiembre, podría marcar un punto de quiebre aún mayor. Países occidentales cercanos a Israel, como Canadá, Australia, Reino Unido y Francia, han adelantado que aprovecharán la ocasión para reconocer al Estado palestino, acentuando el aislamiento de Tel Aviv y, por extensión, de Estados Unidos.