
Las locomotoras y vagones adquiridos por la Municipalidad de Lima a la empresa estadounidense Caltrain, y que fueron retirados del servicio en California por antigüedad, han quedado almacenados en el centro de la capital peruana, más precisamente en el Parque de la Muralla, a pocos metros del Palacio de Gobierno.
Se trata de 11 locomotoras y 47 vagones que llegaron el pasado lunes al puerto del Callao, como parte de un lote mayor de 19 locomotoras y 90 vagones adquiridos por el consistorio limeño. Los trenes, construidos entre 1985 y 1987, fueron retirados de circulación a finales de 2024, cuando Caltrain los reemplazó por unidades eléctricas de cero emisiones.
El alcalde Rafael López Aliaga, precandidato presidencial, defendió su decisión de colocarlos en el parque: “Hemos habilitado una zona almacenaje que inclusive va a ser una zona turística durante un tiempo para que toda la población de Lima puede ir a verlos y disfrutar la calidad de cómo se vive en otros países”, afirmó.

Criticas
La llegada de las unidades ha desatado un enfrentamiento con el ministro de Transportes y Comunicaciones, César Sandoval, quien advirtió que el proyecto está mal ejecutado: “No hay vías, estaciones, paraderos, señalización ni cruces. Primero, debemos ver quién es el operador. Usted está en nada. Ha hecho las cosas al revés. Ha traído los trenes sin tener nada. Como el señor nunca ha trabajado en la gestión pública, se confunde”, declaró Sandoval en la radio.
En respuesta, la Municipalidad exigió —a través de un comunicado— el cambio del ministro, y pidió la emisión de un decreto de urgencia para acelerar la puesta en marcha del servicio.
Proyecto en suspenso
El plan contempla un tren de cercanías desde el centro de Lima hasta el distrito de Chosica, con posible extensión al de Callao. Para ello sería necesaria la construcción de una segunda vía en un recorrido de unos 40 kilómetros.
Como medida inicial, la comuna propuso que el servicio sea operado temporalmente por dos años por Ferrocarril Central Andino (FCCA), actual concesionaria de la vía, antes de convocar a un concurso internacional para un operador definitivo por 25 años.
Mientras se define el futuro del proyecto, las locomotoras y vagones de cuatro décadas de antigüedad seguirán siendo exhibidos, convertidos en una atracción turística improvisada mientras continúan los roces entre el alcalde de la ciudad y precandidato presidencial.
