
Nepal se encuentra tomada por los militares y bajo toque de queda que regirá entre las cinco de la tarde y las seis de la madrugada, después de que el Ejército anunciara el despliegue de sus tropas en las calles para tratar de sofocar la espiral de violencia desde el lunes, que ha provocado más de 30 muertos (entre ellos la esposa de un exprimer ministro, que murió quemada) y una ola de incendios en edificios en Katmandú, donde el palacio del Parlamento fue pasto de las llamas.
El país de los Himalayas vivió este miércoles una jornada de calma tensa bajo un toque de queda nacional, con la agitación trasladada a los hospitales, donde permanecen más de un millar de heridos, vigilados de cerca por soldados que asumieron el control de la capital, mientras los mandos conversan con los líderes juveniles, causantes de los disturbios, tras la decisión del gobierno de prohibir las redes sociales. Aunque la drástica medida de censura fue abortada de inmediato, la protesta degeneró en una rebelión nacional contra la corrupción, que provocó la caída del gobierno y del hasta entonces temido primer ministro K.P. Sharma Oli.
Delegados autoproclamados de la Generación Z acudieron al cuartel general del Ejército en Katmandú para mantener un primer contacto con las Fuerzas Armadas.
“Más de 15 jóvenes acudieron afirmando representar al movimiento”, dijo un alto oficial citado por el medio local Onlinekhabar, mientras el jefe del Estado Mayor, Ashok Raj Sigdel, les instó a unificar posiciones antes de sentarse formalmente a negociar.
Búsqueda de un líder
En paralelo, colectivos como Hami Nepal lanzaron una consulta en redes sociales para que la ciudadanía participe en la búsqueda de un líder, en un inédito ejercicio de democracia digital surgido del caos.
“Queremos alguien capaz, responsable y con visión de futuro”, señalaron en un comunicado.
En un memorando conjunto difundido este miércoles, varios grupos coincidieron en reclamar la disolución del Parlamento, la formación de un gobierno interino neutral y la convocatoria de elecciones anticipadas en un corto plazo.
Al mismo tiempo, numerosos colectivos se desvincularon de la violencia vivida en los disturbios con el lema “Esto no somos nosotros”, en mensajes compartidos masivamente para insistir en el carácter pacífico y apartidista de la protesta contra la corrupción.
También el alcalde de Katmandú, Balendra Shah, popular entre los jóvenes, alentó al movimiento a prepararse para negociar. “Ahora su generación debe liderar el país. Pero recuerden, el Parlamento debe disolverse antes de que las conversaciones puedan avanzar”, escribió en Facebook.
A lo largo del día comenzaron a circular algunos nombres de posibles candidatos a encabezar la negociación, entre ellos la exjueza del Tribunal Supremo Sushila Karki y el mismo alcalde de Katmandú, apodado como Balen.
Turistas atrapados
El caos ha golpeado de lleno al turismo en el país, con cientos de viajeros atrapados en Katmandú y otras ciudades tras la suspensión de vuelos y el cierre temporal del aeropuerto de la capital, reabierto parcialmente la tarde de este miércoles.
Los testimonios de extranjeros en Nepal se han difundido ampliamente en redes sociales tras la escalada de violencia del martes. En Pokhara, la turista india Upasana Gill denunció que su hotel fue incendiado y que tuvo que huir apresuradamente mientras una turba la perseguía, según un vídeo en el que pidió ayuda urgente a la embajada de su país.
Rajani Maski, también india, relató que permaneció diez horas en la terminal del aeropuerto de Katmandú sin transporte ni alojamiento hasta que fue evacuada en un vehículo militar. Entre los estudiantes extranjeros afectados, Binita Manna, alumna de medicina en Biratnagar, aseguró que aunque permanece a salvo en su campus, el ambiente exterior es de “incendios y saqueos generalizados”.
Las embajadas internacionales en Katmandú emitieron alertas de seguridad a sus ciudadanos desde el martes. India recomendó “aplazar los viajes” a Nepal y mantenerse en los lugares de residencia, mientras que Estados Unidos pidió permanecer “refugiados en el sitio” durante el toque de queda. Canadá, Francia y Reino Unido lanzaron advertencias similares.
La crisis también ha repercutido en el tránsito terrestre. India reforzó la seguridad a lo largo de su frontera de 1,751 kilómetros con Nepal y restringió el movimiento de personas y mercancías, mientras que numerosos camiones quedaron varados en pasos como el de Panitanki, en Bengala Occidental (con información de -EFE).