
Hay sobrados motivos para que Donald Trump y su esposa Melania no se atrevan a pasear por las calles de Londres y hayan reducido su segunda visita de Estado a Gran Bretaña al castillo de Windsor, a las afueras de la capital. No sólo trata de evitar los miles de manifestantes que protestan por su presencia en el país, sino porque está considerado el peor presidente de Estados Unidos de la historia para la opinión pública del país europeo.
Según la encuesta de 2025 de More in Commons, los tres presidentes de EU más odiados por los británicos son, en este orden, Donald Trump, George W. Bush y Richard Nixon. Los motivos de por qué el magnate populista republicano es el más odiado se escucharon con fuerza este miércoles en la capital británica... y en el castillo de Windsor
Pese a que Trump trató de esquivar las protestas en Londres y reducir su visita de Estado a Windsor, donde fue recibido por el rey Carlos III, la reina Camila y los príncipes herederos Guillermo y Catalina, no esperaba que estas legaran a los propios muros del castillo.
Trump y Epstein, en Windsor
Cuatro personas fueron detenidas después de que aparecieran proyectadas por sorpresa, sobre uno de los torreones del castillo, imágenes de Trump con su amigo, el pederasta convicto Jeffrey Epstein, que apareció misteriosamente muerto en su celda.
Los cuatro detenidos, cuyas identidades no han sido facilitadas ni el lugar exacto de las detenciones, permanecen bajo custodia, según informó la Policía.
El grupo ‘Led By Donkeys’ (Liderado por burros) compartió una imagen de la proyección en la red social Instagram, junto al mensaje “Hola Donald, bienvenido al castillo de Windsor”.
El caso Epstein es centro de controversia en el Reino Unido y EU por los vínculos que tenía el magnate, acusado de tráfico y abuso sexual de menores, con personalidades famosas, entre ellas Trump así como el exembajador británico en Washington Peter Mandelson.
Adulación muy criticada

Es la segunda vez que el dignatario estadounidense llega al Reino Unido invitado por la casa real, un trato que ninguno de sus predecesores en la Casa Blanca había disfrutado. Starmer ha querido utilizar esta estrategia de adulación, rechazada por muchos de sus críticos en el seno del Partido Laborista, para reforzar su buena relación con el estadounidense en tiempos de incertidumbre geopolítica y económica.
Pero la sociedad británica no comparte esta opinión. El 56% de los británicos considera a Trump como “dictador”, según More in Commons.
Para Jim O’Donnell, un ingeniero de software británico, el Reino Unido está recibiendo “a un racista y a un violador convicto”, y pidió al Gobierno británico que se niegue a colaborar con el presidente estadounidense.
El primer ministro británico, el laborista, Keir Starmer, fue objeto de críticas pues se le señaló como aliado del republicano.
“Estoy aquí para manifestarme y he asistido a todas las manifestaciones de los últimos dos años para protestar contra la doble moral, la criminalidad de un genocidio, contra un presidente que es un criminal y al que no se debería invitar a ningún sitio”, dijo a Rose Issa, una jubilada londinense que participó en la manifestación que discurrió por Oxford Street para pasar luego por puntos emblemáticos como Picadilly Circus o Trafalgar Square, antes de llegar a la plaza del Parlamento británico, donde se leyó un manifiesto.
“Yo me manifiesto no solo por el cambio climático o por el propio Trump, sino por Trump y todos sus aliados, incluidos Starmer. Creo que se están ensuciando, tienen las manos llenas de sangre y es repugnante ver que se da la bienvenida a un criminal”, exclamó Issa.
Antes de comenzar la marcha, se vivieron algunos momentos de tensión cuando un hombre se sentó frente a la cabecera de la manifestación con una silla y una pequeña mesa de la que colgaba un cartel en el que se leía “Your side killed Charlie Kirk. Prove me not” (Su lado mató a Charle Kirk. Demuéstrame que no), en alusión al programa del influencer de extrema derecha, muerto por su discurso de odio, según confesó su propio asesino.
El alcalde de Londres, Sadiq Khan, con quien Trump mantiene desde hace años una agria disputa y a quien no deja de atacar a la menor ocasión —la última, delante del propio Starmer en el Despacho Oval, para embarazo del primer ministro británico— ha escrito una tribuna de “bienvenida” en el diario The Guardian en la que acusa al presidente estadounidense de haber hecho más que nadie por “avivar las llamas de la polarización y de las políticas de extrema derecha por todo el mundo en los últimos años” (con información de The Guardian, EFE y El País).