
Tras el asesinato del activista conservador y adepto al trumpismo, Charlie Kirtk en un campus universitario en Utah, el presidente estadunidense, Donald Trump, ha vociferado que el clima de violencia política que aqueja a su país es orquestado por la “izquierda radical”, por lo que anunció que buscará designar al movimiento antifascista Antifa como una “gran organización terrorista”.
¿Por qué Antifa?
Desde su primer mandato, y en particular durante los disturbios que siguieron a la muerte de George Floyd en 2020, a manos de la policía de Minneapolis, Trump ha acusado, en repetidas ocasiones, a la red Antifa de incitar a la violencia y le ha catalogado como “un desastre radical de izquierda, peligroso y enfermo”. Asimismo, ha manifestado que buscará proteger a los ciudadanos de toda acción violenta que pueda ser ejercida por los miembros de este colectivo.
Antifa es una red de activistas sumamente volátil e hiperdescentralizada que tiene presencia en todo el territorio de Estados Unidos y que amalgama a adeptos de todo tipo de idearios izquierdistas y contrarios al liberalismo; esto incluye anarquistas, anticapitalistas, socialistas, comunistas y un largo etcétera que carece de un liderazgo definido o de cabecillas de gran calado, lo que dificultaría a las fuerzas de seguridad definir quién sería el objetivo principal.
Organización terrorista
Por lo pronto, el mandatario estadunidense recalcó su firme intención de oficializar la designación de Antifa como grupo terrorista, pese a las dificultades en torno a cómo serán administradas las sanciones dada la descentralización, heterogeneidad y porosidad del movimiento.
Trump afirmó que, como un primer paso, se investigará a quienes financian a Antifa “de acuerdo con los más altos estándares legales”.