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El intento de asesinato de Kirchner no une a los argentinos: el discurso del odio sigue

Miles de personas afines al peronismo se manifiestan contra el intento de magnicidio de la vicepresidenta

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Miles de personas llenan la plaza de Mayo y sus alrededores, en el centro de Buenos Aires, en apoyo a Cristina Kirchner

Miles de personas llenan la plaza de Mayo y sus alrededores, en el centro de Buenos Aires, en apoyo a Cristina Kirchner

EFE

Tras el estupor y la conmoción inicial por el intento de asesinato de la vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, los tímidos llamados a la calma y a rebajar de manera dramática el discurso del odio quedaron en nada y la nación sigue bajo un ambiente de crispación extrema y de polarización, desde que hace dos semanas un fiscal pidió 12 años de cárcel e inhabilitación perpetua contra la líder peronista, a la que acusó de ser la jefa de trama corrupta.

La megamarcha convocada por el presidente Alberto Fernández la noche del jueves, poco después de que un hombre pusiera una pistola a pocos centímetros de la cabeza de la vicepresidenta —que se salvó de una muerte segura porque no había una bala en el cargador—, no se convirtió en una manifestación de unidad nacional contra la violencia, venga de donde venga, sino en una movilización de masas del peronismo en apoyo a su líder natural… y de paso, en apoyo a su candidatura a presidenta para las elecciones de 2023.

“No a cualquier precio”

“El pueblo argentino está conmovido, impactado por lo ocurrido, incluyendo a millones que no simpatizan con Cristina (Fernández) ni con el peronismo. En honor a todos nuestros compatriotas es que hacemos este llamado a la unidad nacional”, declaró la vocera de la marcha, la actriz Alejandra Darín. Sin embargo, a renglón seguido advirtió que “no a cualquier precio: el odio fuera”. El odio al que se refería no era en general, sino el de un bando, el de la oposición antikirchnerista.

“Desde hace varios años, un sector minúsculo de la dirigencia política y de sus medios partidarios viene repitiendo un discurso de odio, de negación del otro, de estigmatización, de criminalización de cualquier dirigente popular o afín al peronismo, y aun de cualquier simpatizante”, leyó la vocera de la marcha, la actriz Alejandra Darín, haciendo alusión a la derecha opositora, encabezada, entre otros, por el expresidente Mauricio Macri, y a periódicos como “La Nación” o “Clarín”.

Contra la prensa crítica

“No es inocente ni gratuita la legitimación de discursos extremos, de llamados a la agresión, de planteos que niegan legitimidad democrática del adversario político”, dijo Darín, mientras los manifestantes aplaudían y vitoreaban cánticos en defensa de la vicepresidenta: “Che gorila, no te lo decimos más, si la tocan a Cristina, qué quilombo se va armar”.

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Lejos de dar un discurso conciliador, Darín recordó movilizaciones durante el mandato de Macri “donde se pasearon por las plazas más importantes de la Capital Federal bolsas mortuorias, ataúdes o guillotinas”, e hizo un llamado a reflexionar a quienes “cedieron minutos de aire a los discursos de odio” y sobre “cómo han colaborado” para que se haya llegado a esta situación.

En respuesta a las palabras de Darin, el canal de “La Nación” recordó “discursos de odio” del bando peronista, como el líder piquetero Luis D´Elía, quien pidió públicamente que el presidente Macri fuera “fusilado en la plaza Mayo”, o cuando el presidente Alberto Fernández sugirió que el fiscal que acusó recientemente a Cristina Kirchner podría acabar suicidándose, como le ocurrió al fiscal Nisman hace siete años, quien apareció muerto en su departamento a horas de acusar formalmente a la entonces presidenta.

“El presidente dejó pasar la oportunidad de aprovechar el trauma por el intento de magnicidio para convocar a todos los partidos y dirigentes sociales en Casa Rosada para buscar entre todos una salida a la crisis; en vez de eso, declaró un feriado el viernes, que dañará aún más a la economía, para movilizar a las masas en un acto partidista”, declaró un comentarista del programa.

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Intento de magnicidio en Argentina

Fran Ruiz
Vicepresidenta Cristina Fernández

De hecho, momentos después de este comentario, el presidente argentino volvió a arremeter contra “el odio” de la prensa crítica con la vicepresidenta.

"Cristina hace muchos años es objeto de una persecución, por eso no podemos seguir mirando complacientes cómo se la estigmatiza y descalifica”, dijo el mandatario, quien convocó en la sede del Ejecutivo a representantes de diversos sectores (aunque no a la oposición) para “construir un amplio consenso contra los discursos del odio y la violencia”.

“Es necesario advertir que debemos ponerle fin al discurso del odio mediático, porque son muy impresionantes las cosas que se dicen”, agregó, según el comunicado de Presidencia.

“Todos los que estamos acá somos parte de la comunidad democrática, y por lo tanto lo primero que tenemos que hacer es decir basta a volver habitual lo que no debe ser habitual; a tolerar aquello con lo que no debemos convivir, porque la democracia nos exige respetar al otro”, subrayó el mandatario este viernes.

“Fue la mano de Dios”

Mientras miles de argentinos se manifestaban en Buenos Aires y en otras ciudades en apoyo a la vicepresidenta, la investigación policial llevó hasta la vivienda del agresor, Fernando Sagab Montiel, donde se encontró un centenar de balas.

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La policía todavía investiga la causa que llevó a intentar matar a Cristina Kirchner o si el hecho de que no hubiera una bala en el cañón de la pistola obedece a que no tiene conocimiento de armas, a un descuido, o a si era consciente de que al apretar el gatillo no iba a pasar nada, dando pie a teorías conspirativas en las redes sobre si todo fue un montaje peronista para elevar a su líder a la categoría de mártir viviente.

Algunos de los participantes en la marcha eligiéron la hipótesis más mística (y maradoniana), al asegurar que fue “la mano de Dios” la que salvó a Cristina.

“Lamentablemente falló”

Sobre la personalidad del agresor, quien llegó desde su Brasil natal a Argentina junto a su familia, un amigo desde la adolescencia llamado Mario declaró en una entrevista televisada que “su intención era matar a Cristina Kirchner, pero, lamentablemente, no ensayó antes”.

La entrevistadora, escandalizada por la “barbaridad” que dijo, le recriminó con dureza: “Te quiero decir algo, porque hay cosas que no podemos dejar pasar en este momento. Recién dejaste pasar como que ‘lamentablemente’ no había practicado, casi como si a vos te hubiera gustado que anoche la mataran”. A lo que el joven replicó: “Y... por ahí significaría menos impuestos”.

Finalmente, el amigo del agresor se retractó para decir que se alegraba de que no hubiese sido asesinada la vicepresidenta de Argentina porque “la convertirían en mártir; saldría en todos los libros de Historia y se zafaba de todas las causas (judiciales); así que, menos mal que no le disparó”.