
Marion Whitney Lloyd, investigadora del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la UNAM, consideró que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump utiliza como pretexto las protestas en los campos universitarios contra la guerra en la Franja de Gaza, para ejercer mayor control sobre las instituciones de educación superior, sobre todo las de élite, que representan una amenaza a su programa ultranacionalista.
En este sentido, subrayó que como las universidades son bastiones de resistencia a sus políticas de gobierno, lo que se busca es agobiar a las universidades, ello, con base en las propias palabras del mandatario.
Se trata, abundó, de una venganza personal del empresario y sus aliados, “el presidente recientemente se refirió a Harvard como patético. Su vicepresidente, James D. Vance, ha dicho que las universidades en su conjunto son el enemigo”.
Ante ello, la doctora en Ciencias Políticas y Sociales consideró que tal visión afecta gravemente a la ciencia y la economía, fundamentales para la predominancia que Estados Unidos ha logrado durante décadas en medicina, medio ambiente y economía, entre otros sectores.
“Es algo bastante bizarro” porque ambos son producto de estas instituciones. El presidente Donald Trump, añadió, es egresado de la Escuela de Negocios de la Universidad de Pennsylvania, y Vance, de la Escuela de Leyes de la Universidad de Yale. “Entonces, parece una campaña peculiar y bastante hipócrita por parte de ellos”, comentó.
Lloyd agregó que los fondos federales están en una situación compleja porque desde hace varias décadas existe un sistema en que el gobierno provee miles de millones de dólares para la investigación científica, y esa es la razón detrás del gran éxito de la ciencia de Estados Unidos.
Sin embargo, la actual administración se mete un “autogol”, dijo, porque lo que está en juego es un sistema que ha sido fundamental para la predominancia de esa nación en ciencia y en la economía global.
Son investigaciones que tienen implicaciones para la humanidad, sobre todo en medicina, en temas del medio ambiente, por ejemplo. Incluyen patentes importantes y son fundamentales para la competitividad del vecino país del norte; es algo grave. “Si Trump puede o no retirar arbitrariamente el presupuesto, lo va a determinar la Suprema Corte”, señaló.
Harvard presentó una demanda a finales de abril alegando violaciones a la Constitución, a su libertad de expresión y académica. Se argumenta que el gobierno viola sus propias reglas sobre cómo se determina cuando se quitan fondos federales, expuso la especialista.
De acuerdo con Lloyd, existe la autonomía de las universidades en Estados Unidos, pero no está fundamentada en la Constitución de la misma manera que en México, además de que en aquella nación un número importante son privadas. “Lo que hay es una tradición de autonomía institucional más que una figura legal”.
El gobierno alega que deberían garantizar que si tienen profesores progresistas, también contar con la misma cantidad de conservadores. Argumenta que la universidad debe ser un espejo de la sociedad. En tanto, los presidentes de estas escuelas y maestros dicen que no, abundó Lloyd.