Hablar de alimentación es hablar de dignidad y familia; no es solo el plato vacío, es el futuro de millones lo que hoy está en juego, alerta World Vision México — Hay otra visión y necesidad más allá del debate sobre qué comer o no: el hambre, señaló Ximena PichardoGerente de Comunicación y Relaciones Públicas de World Vision México (WVM).
Señaló que en el dinámico escenario del debate público, a menudo observamos cómo discusiones relevantes se ven reducidas a aspectos superficiales, perdiendo de vista la magnitud real de los desafíos que enfrentamos.
En el ámbito educativo y familiar, esto se manifiesta en la recurrente conversación sobre qué alimentos permitir o prohibir en escuelas y hogares, una diatriba necesaria, sí, pero que palidece ante la cruda realidad que subsiste tras la despensa vacía en el Hogar, expresó.
Más Allá del Plato y Loncheras Saludables
Explicó que WVM aborda el hambre desde otra óptica, “más allá de si hoy comí o no, de saber si me puedo comer unas papitas o no; el hambre desencadena mucha violencia, agresión sexual, y delitos”.
Expresó que el hambre no es solo una carencia física; es un detonante de violencia y vulnerabilidad, un catalizador de situaciones extremas que exponen a los niños y jóvenes a riesgos inaceptables en su propio entorno.
“La realidad es que, incluso en un país como México, con vastos recursos agrícolas, coexisten tristemente la desnutrición y la malnutrición con el sobrepeso y la obesidad infantil, reflejo de un acceso desigual y de una inadecuada educación alimentaria”, manifestó.
Esta compleja paradoja subraya que el problema trasciende la mera disponibilidad y apunta a la necesidad urgente de asegurar que todos los niños y adolescentes tengan suficiente para comer y nutrirse, y que también tengan acceso a alimentos nutritivos y seguros; aunque “las cifras nos alertan sobre la creciente brecha”.

En este contexto, Ximena Pichardo adelantó que World Vision lanzará el próximo 12 de junio en el Museo del Papalote, en la CDMX, la campaña global "Suficiente“, que convoca a mirar más allá del plato.
Es momento de trascender el debate sobre las loncheras saludables o las regulaciones en los quioscos escolares, enfocándonos en un problema de raíz que lacera a nuestra sociedad, el hambre infantil y juvenil, entendida como ausencia o carencia de nutrientes, y también al exceso de ingredientes dañinos, expresó.
Esta situación, lejos de ser un concepto abstracto, es una experiencia desgarradora que millones de niños y adolescentes en México y América Latina viven a diario, minando su presente y comprometiendo su futuro.
Detalló que los hallazgos de WVM permiten saber cómo se siente la niñez al no recibir alimentossuficientes y tener hambre.
“Eso es parte de las preguntas. ¿Cuántos en las discusiones que hemos escuchado del etiquetado le han preguntado o saben qué es lo que espera la niñez en el tema de alimentación?”, cuestionó.
Educar en la salud es, en esencia, educar para la vida, inculcando en nuestros niños y jóvenes el valor intrínseco de cuidar su propio ser físico y mental a lo largo de los años.
Hablar de alimentación, en este contexto, es hablar de un derecho humano fundamental, una condición indispensable para resguardar la vida, las oportunidades y el porvenir de la niñez, indicó.
Cifras Que Duelen
Por su parte, Malcolm Aquiles Pérez, Director de Incidencia en Políticas Públicas, Movilización y Salvaguarda en WVM, presento los hallazgos de las investigaciones de la organización sobre el hambre en nuestro país.
Alertó que México tiene indicadores de desnutrición infantil y juvenil, similares a los de África, en comunidades municipales e indígenas.

La discusión pública, centrada en la conveniencia o no de ciertos productos, ignora con frecuencia el hecho simple y devastador de que, para muchas familias, la principal preocupación es si habrá algo en la mesa.
Explicó que abordar el hambre desde una óptica limitada nos impide abordar las causas estructurales y las dolorosas consecuencias que derivan de la falta crónica de alimentos y nutrientes básicos.
Enseguida mostró datos que revelan una realidad “que no podemos ni debemos ignorar si aspiramos a una sociedad más justa y equitativa para todos sus miembros más jóvenes”.
Explicó que decenas de millones de personas en América Latina y el Caribe sufren hambre, y una cantidad aún mayor experimenta inseguridad alimentaria moderada o severa, viéndose obligados a reducir la calidad o cantidad de sus ingestas diarias, e incluso, pasando días sin alimentarse en absoluto.
México Crece Desnutrición
En México, la cifra de personas desnutridas casi se duplicó en dos décadas, pasando de 3.3 millones a 7.8 millones, evidenciando un retroceso alarmante.
Explicó que las entidades que que más respondieron a la investigación de WVM fueron Oaxaca, Estado de México, Quintana Roo, San Luis Potosí, Puebla, Tamaulipas, Chihuahua y Durango con con un involucramiento de más de mil municipios en el ejercicio.
Dijo que también hubo una participación equilibrada entre entre lo rural y urbano, con una mayor presencia del sector rural, con 53 por ciento.
Abundó que en el caso de la participación por grupos de edad, el 50 por ciento fueron de 14 a 17 años, con una participación de casi el 30 por ciento de niñez indígena y del medio rural.
Es importante entender que una persona enferma de obesidad, está desnutrida porque carece de los nutrientes básicos que llevaron a su organismo a almacenar grasa en exceso.
Y lo mismo sucede con una persona que padezca carencias nutrimentales, aunque su cuerpo esté delgado, estará en la misma condición insalubre que la obesa por el hambre de nutrientes en su organismo.
Estas carencias afectan de manera desproporcionada a poblaciones vulnerables como la indígena, los niños en situación de movilidad, en situación de calle o los afectados por el trabajo infantil, y la ausencia de los padres en el Hogar, dijo.
La prevalencia de baja talla y desmedro en niños menores de cinco años, indicadores de estrés crónico por falta de alimentos, persiste en diversas regiones del país, señalando las profundas desigualdades territoriales.
Aquiles Pérez indicó que fenómenos como crisis climáticas o emergencias humanitarias exacerban dramáticamente esta situación, limitando el acceso no solo a la comida, sino también a servicios básicos esenciales como agua segura.
El Impacto Profundo
Añadió que el hambre y la inseguridad alimentaria tienen un impacto devastador que va más allá de lo físico, afectando profundamente el bienestar emocional y la seguridad de los niños.

Las consultas a la niñez revelan que la falta de dinero en el hogar es un obstáculo crítico para la alimentación adecuada, una preocupación expresada por casi la mitad de los encuestados.
“Esta realidad económica obliga a las familias a tomar decisiones desgarradoras sobre quién come y cuánto, y puede generar entornos familiares tensos o violentos donde la mesa deja de ser un espacio seguro de convivencia”, reveló.
Detalló que el 45.8 por ciento de las niñas y adolescentes señalan que en su hogar el tema crítico es que no hay dinero.
Este testimonio directo desde la infancia pone de relieve la urgencia de políticas que ataquen la pobreza en sus raíces, y que los salarios alcancen para que una familia tenga acceso a alimentos con suficiencia nutrimental.
El Hambre de Familia
Malcom Aquiles reveló que otros estudios que llevó a cabo WVM hallaron que en el hogar, en el espacio de casa, la violencia también es un obstáculo para que haya una alimentación correcta.
En México existe un fenómeno en el cual la cocina, la mesa, el tiempo formativo de de convivencia en el hogar que se da en el tiempo de la comida familiar, está en crisis, es un foco rojo.
“Si no hay convivencia, si la niña o el niño está solo o está sola, o no tiene un momento adecuado para estar con sua padres, definitivamente va en paralelo con el reto de los sistemas de cuidados a nivel nacional y su cobertura”, explicó.

Dijo que si bien este es un obstáculo y un riesgo, también expone a los niños y jóvenes a otras situaciones como el abuso, maltrato, y accidentes por descuido.
Esta ausencia paterna y materna en el hogar está relacionada con cuántas veces come la niñez al día y la calidad nutrimental de lo que ingiere.
Detalló que en el contexto urbano, el 18.5 por ciento habla de que es más común tener alimentos adicionales como colaciones por la mañana y la tarde.
“Esto no significa que sean alimentos saludables, es muy probable que sean procesados o ultraprocesados, y que estén correlacionados con el fenómeno de sobrepeso infantil”, indicó.
“El aumento del sobrepeso y la obesidad infantil, con sus graves consecuencias para la salud a largo plazo como hipertensión y diabetes, nos obliga a reflexionar sobre la calidad de la dieta y la importancia de una educación nutrimental integral”, explicó.
Nuestro Cuerpo es Templo
Si concebimos nuestro cuerpo como un templo, un espacio sagrado que nos alberga y nos permite interactuar con el mundo, la pregunta que surge es ¿Por qué habríamos de maltratarlo, consciente o inconscientemente, con una ingesta excesiva de "comida basura" o permitiendo que la carencia merme sus cimientos?
Esta perspectiva nos llama a ser educados para saber integrar hábitos saludables desde edades tempranas y ver la nutrición como un acto de profundo respeto hacia nosotros mismos.
Las escuelas, junto con las familias, juegan un papel insustituible en la promoción de la seguridad alimentaria y la educación para la salud, aunque a menudo enfrentan sus propios desafíos de recursos y capacitación.
La existencia de marcos legales, como la Ley General de Alimentación Adecuada y Sostenible (LGDNNA), representa un avance, pero su efectividad depende de una reglamentación oportuna y del compromiso decidido de los sectores involucrados para su implementación efectiva en todo el territorio nacional, señaló Aquiles Pérez.
Escuchar activamente a la niñez en este proceso es fundamental para diseñar soluciones que realmente respondan a sus necesidades y vivencias.
Abordar el hambre y la malnutrición en todas sus facetas, desde la carencia extrema hasta los problemas derivados de dietas inadecuadas, requiere un esfuerzo coordinado y sostenido que involucre a gobierno, sociedad civil, empresas, escuelas y familias, indicó.
No podemos permitir que la complejidad del problema nos paralice; la preparación y la acción son esenciales para construir entornos donde cada niño y adolescente tenga garantizado el derecho a una alimentación suficiente y nutritiva.
Solo así estaremos educando para la vida en su sentido más amplio y profundo.
Hambre Infantil; Más Allá del Plato, Llamada Urgente a la Conciencia Nacional: WVM