Cinco nuevos casos de miasis por Cochliomyia hominivorax fueron confirmados en Chiapas, elevando a 13 el total de personas afectadas en México por esta enfermedad parasitaria que ha puesto en alerta tanto al sector salud como al agropecuario.
La Secretaría de Salud federal informó este miércoles que todos los nuevos contagios se presentaron en adultos de entre 25 y 77 años, y que cuatro de los pacientes permanecen hospitalizados por complicaciones derivadas de la infección.
Los casos detectados en Chiapas, al igual que los previamente registrados, comparten un patrón: la presencia de heridas abiertas o condiciones de salud preexistentes que facilitaron la infestación. Las larvas del gusano barrenador penetran por fisuras en la piel, donde se desarrollan hasta caer al suelo y completar su ciclo de vida.
De los 13 afectados hasta el momento, siete ya han sido dados de alta, dos reciben atención ambulatoria y cuatro permanecen internados, algunos con condiciones como inmunodepresión, neoplasias, lesiones crónicas o sospecha de VIH.
La reaparición del gusano barrenador en el territorio nacional ha tenido consecuencias más allá de la salud humana. El parásito, detectado por primera vez en mayo en ganado de Chihuahua, obligó a Estados Unidos a suspender temporalmente las importaciones de ganado mexicano, afectando la economía de cientos de productores.
Aunque los casos humanos recientes se concentran en el sureste —Chiapas y Campeche—, las autoridades temen que el parásito haya sido introducido a través de comercio irregular o traslados no controlados de animales.
Ante esta situación, el gobierno federal ha reforzado la vigilancia sanitaria en retenes, puntos de control pecuario y rutas comerciales, según explicó la presidenta Claudia Sheinbaum en su conferencia matutina. “Puede tratarse de un caso aislado, pero estamos actuando con todos los protocolos”, aseguró, al tiempo que pidió no caer en alarma.
Estrategias de erradicación
Una comisión internacional compuesta por representantes de la Organización Internacional de Energía Atómica, la FAO y autoridades brasileñas especializadas en salud animal, se encuentra en México para evaluar la situación y respaldar las medidas de control. Durante su recorrido por zonas clave del sur y sureste del país, han identificado áreas críticas en las que se implementarán acciones de erradicación, con base en protocolos reconocidos internacionalmente.
Hasta el momento, no existen vacunas ni tratamientos preventivos para la miasis. La Organización Mundial de Sanidad Animal recomienda tratar al ganado afectado con insecticidas tópicos y restringir de forma estricta la movilidad animal fuera de las zonas contaminadas. El riesgo de expansión obliga a actuar con rapidez para evitar la propagación del parásito a otras regiones del país.
La estrategia principal para erradicar al gusano barrenador en México apunta a una solución biológica: la liberación de millones de moscas macho estériles. Al aparearse con hembras silvestres, estas no producirán descendencia, lo que interrumpe el ciclo reproductivo del parásito. Actualmente, dos centros de cría y dispersión ubicados en Tapachula y Tuxtla Gutiérrez se preparan para liberar hasta 100 millones de moscas estériles en zonas estratégicas.
Se espera que esta técnica, usada con éxito en décadas pasadas para eliminar al parásito del norte del país y del sur de Estados Unidos, vuelva a ser una herramienta clave para frenar esta nueva amenaza.
Mientras tanto, las autoridades reiteran el llamado a la población, especialmente en áreas rurales, a reportar heridas inusuales en humanos o animales, y a extremar medidas de higiene y control veterinario. El gusano barrenador, silencioso pero letal, ha vuelto a desafiar al sistema sanitario y pecuario del país (con información de El País).