
México se posicionó a favor de la transformación ecológica global al participar en la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos (UNOC-3), celebrada del 9 al 13 de junio en Niza, Francia. La delegación mexicana, encabezada por Alicia Bárcena Ibarra, titular de Medio Ambiente, y Enrique Ochoa Martínez, subsecretario de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos, presentó una serie de compromisos enfocados en la conservación marina, la justicia ambiental y la economía sustentable.
En representación de la presidenta Claudia Sheinbaum, Bárcena subrayó la urgencia de una reforma estructural del modelo económico para asegurar la protección de los océanos. En su intervención ante líderes mundiales, destacó que la política ambiental de México se rige por una visión humanista, centrada en el bienestar de las comunidades y en la restauración de los ecosistemas.
Entre los compromisos más relevantes que México llevó a la conferencia se encuentra la nueva Política Nacional de Mares y Costas, que busca integrar aspectos de biodiversidad, economía azul y resiliencia climática. Además, se anunció un ambicioso Programa Nacional de Restauración Ambiental con el objetivo de recuperar más de 125 mil hectáreas de ecosistemas costeros, incluyendo manglares, arrecifes y dunas.
También se presentó la Estrategia Nacional de Limpieza y Conservación de Playas y Costas 2025-2030, un esfuerzo multisectorial para enfrentar la contaminación marina y por plásticos, así como para reconocer el trabajo comunitario en la protección de estos espacios.
Durante su participación, Ochoa Martínez firmó la iniciativa internacional “Coalición de Alta Ambición por un Océano Silencioso”, enfocada en reducir la contaminación acústica submarina, una amenaza creciente para la fauna marina.
La delegación mexicana también respaldó el Tratado Global sobre Plásticos, al firmar el Llamado a la Acción de Niza, comprometiéndose con un instrumento legalmente vinculante que abarque todo el ciclo de vida del plástico, desde su diseño hasta su disposición, con criterios de financiamiento justo.
Uno de los anuncios más destacados fue la Plataforma para la Salud del Golfo de California, desarrollada con el colectivo iAlumbra, que articula ciencia, acción coordinada y financiamiento para la conservación de esta región estratégica.
México sumó esfuerzos a iniciativas como ProCaribe+, que promueve proyectos de conservación en el Gran Caribe, y presentó avances en soluciones basadas en la naturaleza, incluyendo corredores de manglares, acuacultura regenerativa y figuras de protección como las Áreas de Prosperidad Marina y los Ranchos Marinos. También se destacó una propuesta de planta de tratamiento de sargazo en Quintana Roo, en colaboración con República Dominicana.
El país participó en paneles sobre acidificación oceánica, restauración de manglares y economía circular. Además, sostuvo reuniones bilaterales con naciones como Alemania, Colombia, Francia y Chile, así como con organismos internacionales como el Banco Mundial, el PNUMA y el OIEA, para explorar nuevas formas de cooperación en temas marinos.