
En un foro inusual para la política mexicana, donde se esperaba un intercambio didáctico, se puso en evidencia algo más profundo: la tensión entre palabra y acción. Acompañada de libros y sueños de justicia, la estudiante Victoria Montes de Oca, de la Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública de la UAEM, se enfrentó al senador Gerardo Fernández Noroña en el Senado de la República, no con preguntas comunes, sino con señalamientos directos, respaldados por memoria social y medios.
La escena ocurrió durante el foro denominado “Escuela de Formación por la Paz y la Democracia. Estudiantes del 68”, convocado por el Senado. Fue allí donde Victoria tomó el micrófono sin vacilar:
“No sé dónde queda lo que ahorita está tocando del tema de la mujer, del respeto y la equidad, si usted es el primero que es misógino y machista… ¿No recuerda ese día en que le dijo a Lilly Téllez en el Senado que ‘tú no estás para debatir, tú estás para lavar trastes’?”.
Durante un foro en el Senado, la estudiante Victoria Montes de Oca cuestionó a Gerardo Fernández Noroña sobre su congruencia y su casa en Tepoztlán. El senador negó las acusaciones y aseguró que “no tiene ninguna obligación de ser austero”. pic.twitter.com/78GsOh2mAk
— La Crónica de Hoy (@LaCronicaDeHoy) September 6, 2025
La acusación dejó resonancia en la sala y en redes sociales. Algunos asistentes intentaron calmar los ánimos mientras el senador pedía—en un gesto diplomático—que la joven precisara la fuente de sus palabras. Pero Victoria, con aparente calma, sostuvo: “Salió en todas las noticias… si usted lo dijo, no sé por qué me pregunta si fue usted mismo quien lo dijo. ¿Dónde queda su congruencia?”.
Austeridad con vivienda de 12 millones: ¿eco o contradicción?
La réplica no quedó ahí. La estudiante expuso otro ángulo incómodo, más tangible: la discrepancia entre el discurso de austeridad y el estilo de vida personal del senador.
“Nadie tiene nada en contra de los gastos que usted tiene… pero, ¿dónde queda lo que tanto habla su partido sobre la austeridad?”
La defensa del senador tomó el tono habitual: diferenciación entre “austeridad pública” y “austeridad personal”, argumentando que esa última no es una obligación, y que las políticas públicas sí son austeras.
Además, aseveró que si sus bienes sobrepasaran sus ingresos legales, estaría dispuesto a enfrentar juicio por enriquecimiento inexplicable.
Desde julio, Noroña ya había defendido su estilo de vida asegurando que “lo que haga con mi dinero es mi derecho”. En agosto, reafirmó que la austeridad corresponde a la esfera gubernamental, no al ciudadano.