
El linfoma de Hodgkin se caracteriza por la presencia de un bulto que puede salir en el cuello, debajo del brazo o en la ingle principales áreas, de un tipo de cáncer que se desarrolla en el sistema linfático, que forma parte del sistema inmunitario.
En conferencia de prensa, la doctora Catalina López Aparicio, hematóloga del Centro Médico Nacional, La Raza, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Es importante mencionar que el linfoma de Hodgkin, con base en datos oficiales, durante el 2022, se registraron 2,341 nuevos diagnósticos, periodo en el que 659 personas fallecieron por esta causa.
En conferencia de prensa, la especialista aclaró que este tipo de enfermedad se clasifican en dos categorías principales: Linfoma no Hodgkin y Linfoma de Hodgkin, en el caso de ésta última, se puede presentar en infantes, aunque presenta mayor incidencia en adolescentes de entre 15 a 19 años, así como en adultos mayores de 55 años, con una mayor prevalencia en varones.
Explicó que el sistema linfático es una red de vasos, tejidos y órganos, que permiten drenar el exceso de líquido de los tejidos, mantener el equilibrio de los fluidos corporales y es clave en el sistema inmunitario al ayudar a proteger al cuerpo de infecciones y células cancerosas.
Ante ello, el linfoma de Hodgkin afecta al sistema linfático, y se origina cuando ciertos glóbulos blancos, llamados linfocitos, crecen de forma descontrolada y prácticamente pasan desapercibidas para el sistema inmune, provocando inflamación de los ganglios y abultamientos en axilas, cuello, o en la ingle, aunque también pueden crecer de manera imperceptible a simple vista.
Aunque no hay un factor de riesgo completamente relacionada a la aparición de algún linfoma en particular, refirió ciertos aspectos como el caso de los gemelos idénticos, cierto grupo de enfermedades autoinmunes que tienen un componente de inflamación crónico en articulaciones, la edad.
“Los síntomas pueden ser inespecíficos como fiebre, que podría confundirse con alguna enfermedad viral, pero en el caso de este linfoma, se va alternando, por ejemplo, 15 días con fiebre y 15 días sin, es muy característico en este tipo de linfoma, pérdida de peso significativo más de 10% sin dieta ni ejercicio, sudor nocturno intenso, comezón en todas las partes del cuerpo”, señaló.
Advirtió el mayor riesgo cuando el linfoma surge en lugares muy cercanos al corazón, o el al pulmón, ocasionando taquicardia, o la parte más posterior del abdomen, en donde, al tener un lugar tan amplio, hasta que crece bastante es cuando se manifiesta.
Previo a la conmemoración del Día Mundial del Linfoma, el próximo 15 de septiembre, la doctora López Aparicio destacó la importancia de tener una mayor sospecha de esta enfermedad, por los síntomas inespecíficos, así como médicos generales, para tener más presente la sospecha de esta enfermedad, para poder canalizar a estos pacientes al especialista, y poder hacer las intervenciones en etapas tempranas.
En este sentido, subrayó que hoy la radioterapia es mucho más segura que hace 30 años, lo fundamental es el diagnóstico temprano para saber dónde está el linfoma que da una tasa de respuesta más favorable.
Por su parte, la doctora Nadia García, gerente Médico en Hemato-Oncología en MSD México, resaltó que el linfoma de Hodgkin, que afecta desde niños, adolescentes, adultos jóvenes y adultos mayores cada grupo etario tiene una necesidad distinta, sin embargo, si la enfermedad es tratada adecuadamente y tiene el manejo estándar en tiempo y forma las tasas de curación pueden llegar a ser tan altas entre 80 al 90%.
Los retos, subrayó, están en el diagnóstico temprano, atendiendo los síntomas antes mencionados, cansancio o fiebre persistentes, y si no hay respuesta luego de un tratamiento por confundirlo con algún proceso infeccioso, sospechar y mandar un panel completo, hacer una biometría hemática y considerar la canalización con un especialista, ya que el tiempo es prioritario para que el paciente pueda recibir el tratamiento adecuado.
“El tiempo promedio de un paciente para llegar con un hematólogo o hematólogo pediatra u oncólogo es de 6 a 8 meses, un periodo largo en el que el paciente no recibe el tratamiento específico”, indicó.