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Un juego extremadamente popular, usado principalemente por niños; controles cuestionables en cuanto a la seguridad de un entorno virtual en el que Ximena, una pequeña de 12 años, fue burlada y amenazada para enviar fotos y videos con contenido sexual...

Videojuegos: coctel de pornografía infantil, secuestros, extorsiones, abusos…

Ximena compartió por la web 30 fotografías y dos videos. Aparecía desnuda por completo y en diversas posiciones, la mayoría instruidas por quien simulaba ser su amiga virtual.

El caso, ya de por sí espinoso, adquirió otra dimensión, de mayor gravedad, por su edad: una niña de 12 años. Y, además, porque el abuso fue tejiéndose en torno a uno de los videojuegos de mayor penetración entre la niñez y adolescencia en México y a nivel mundial: Roblox.

La historia no ocurrió en un cuento de ficción ni en una ciudad o país remoto. Ximena vive en la alcaldía Tláhuac de la Ciudad de México. Tampoco quedó en un testimonio periodístico. Sus padres presentaron ya una denuncia ante la Fiscalía de Investigación de Delitos Cometidos en Agravio de Niñas, Niños y Adolescentes -en la colonia Doctores-, donde, por desgracia, se han abierto un sinfín de carpetas similares.

“Mamá, hice algo muy malo, pero yo no quería”, dijo la pequeña entre llanto, cuando ya no resistió…

Roblox

DEPREDADORES

El coctel delictivo en perjuicio de menores de edad, usuarios de Roblox y otros videojuegos, incluye pornografía, secuestro, extorsión, hostigamiento y abuso sexual.

“Ha habido fraudes, engaños, sustracción de menores de sus casas, extorsiones económicas, y el contenido sexual que depredadores logran sacar para distribuirlo en sus foros. Detrás, hay una red de pornografía a nivel internacional. No son casos aislados. Hay pillos enfocados a que los niños muerdan el anzuelo; les logran sacar información personal y familiar, nombres, teléfonos, horarios de trabajo, para cometer delitos en el mundo físico”, señaló a Crónica Raúl León, experto en ciberseguridad.

“Roblox está de moda, y muchos padres no conocen cómo funciona, 32.5 millones de niños son blanco de contenido inapropiado. La plataforma tiene un sistema de seguridad deficiente, carece de control de identidad. Por medio de un avatar o un chat van seduciendo a los menores y escalando a los regalos de tarjetas o dinero virtual. El negocio de la empresa está en sus tarjetas y monetización de sus anuncios, menospreciando la seguridad”.

—¿Red internacional?…

—Sí, el delincuente no necesariamente está en México, puede actuar desde cualquier parte del mundo. En el ciberespacio no hay fronteras. Por medio de traductores o inteligencia artificial puede simular el idioma y ampliar sus redes.

INFIERNO

En octubre de 2024 la firma estadounidense Hindenburg Research, especializada en investigación de mercado, emitió un informe titulado: “Roblox trata la protección infantil como un juego”. Calificó a la plataforma como “un infierno pedófilo”:

“Descubrimos que Roblox está repleto de usuarios que se comunican por medio de grupos, en ellos comercializan abiertamente con pornografía infantil, juegos sexuales de fácil acceso, contenidos violentos y discursos extremadamente ofensivos. Todo ello al alcance de los más pequeños”.

Sus investigadores identificaron 38 grupos, uno con más de 103 mil miembros, en los cuales se intercambiaban material sexual infantil; y encontraron juegos con temática sobre sexo, los cuales eran de libre acceso para niños.

ENGRANAJE

Roblox, con más de 11.8 millones de jugadores activos al día, de los cuales el 36 por ciento tienen menos de 13 años, es un eslabón básico en este engranaje ilegal, pero, ya decíamos, no es el único. Free Fire, Fortnite y otros videojuegos con aplicación de chat para la interacción entre usuarios y el uso de monedas virtuales también han sido utilizados por cibercriminales.

Además de distintas redes sociales, populares entre la población, como Tiktok, Telegram y otras aplicaciones de mensajería instantánea, con candados de privacidad.

Casi siempre las víctimas son menores, y el gancho es monetario. En Roblox la moneda virtual es el robux, la cual se compra con dinero real: 80 robux equivalen hoy a un dólar (alrededor de 19 pesos). En el juego, se requieren robux para adquirir personajes, características físicas, disfraces, ropa, accesorios, bailes, poderes y hasta categorías especiales (VIP). Se paga por cualquier complemento en los más de 40 millones de juegos disponibles.

Comprar robux es fácil: desde efectivo en tiendas de conveniencia o establecimientos comerciales hasta tarjetas bancarias o digitales.

¡MAMÁ, NO QUERÍA!

Doña Rosaura, mamá de Ximena, nos abrió las puertas de su hogar para narrar lo sucedido.

“Mi hija encontró en Tiktok un video en el que ofrecían mil robux de regalo. Preguntó si era verdad y le dijeron que sí, que sólo había pequeñas condiciones. La fueron envolviendo con promesas y la hicieron bajar otra aplicación que no es muy conocida, de nombre Zangi”, contó.

Zangi es una red confidencial, sin registro de teléfono ni almacenaje de datos en su servidor, utiliza cifrado de extremo a extremo y permite interactuar por medio de videollamadas, audios, mensajes de texto y transferencia de archivos.

“La persona del otro lado se presenta como una niña de 14 años. Le dice que la condición es mandar fotos. Ella envía de su galería, pero es cuando esta supuesta niña le dice que debe ser desnuda. Xime se saca de onda, pero le van prometiendo más tarjetas de regalo y hasta de Amazon. El chiste es que la engañan, le envían el código para comprar las monedas y empieza a mandar algunas fotos. Una sola bastaba para tenerla en sus manos”.

“Le comentan que en total debe enviar 35 fotos y videos. Ya es cuando pregunta: ¿por qué tantas? Le empieza a dar miedo e intenta zafarse diciendo que la de las primeras fotos no es ella, pero el tono de la otra persona va cambiando hasta volverse agresivo. Las fotos que pide ya no sólo son desnuda, sino que deben ser en diversas posiciones sexuales. Le manda fotos de otras niñas o muchachas para que viera cómo debía ser”.

—¿Mandó las 35?

—Fueron 30 y dos videos, pero muchas por presión. Cuando ella quiso parar, fue amenazada: “Tú eres de México, ya tenemos ubicada tu casa, tengo gente afuera y te vamos a secuestrar”.

Había sido cuestión de horas: fue un sábado por la mañana cuando Ximena vio el anuncio en TikTok; desde la tarde del sábado hasta la tarde del domingo envió por Zangi la mayor parte del material, entre chantajes y extorsiones.

“El domingo por la mañana tuve que salir de casa. Le pedí que se arreglara para ir a misa con sus abuelitos, pero dijo que no quería, ya la notaba rara; cuando volví por la tarde, le propuse ir por un helado y tampoco quiso. Andaba con el miedo del secuestro. El domingo por la noche la seguían presionando. “No puedo mandar más, porque están mis papás”, contestaba, pero le decían: “Enciérrate en el baño y ahí tómatelas”. Siguió negándose, pero la cosa se puso cada vez peor”, describió la mamá.

—¿Más amenazas?

—Le mandaron una foto de su perfil de TikTok para asustarla más. ¡Apúrate zorra, apúrate perra!, insistían. Y lo mismo que subirían sus fotos a la red, para que todos sus contactos las vieran. Al final, le decían que esas imágenes con desnudos acabarían con la familia, las publicarían y dirían que sus papás la obligaban a prostituirse y terminarían en la cárcel. Todavía mi hija responde: ¡Con mis papás no!

Y la niña ya no resistió…

Tras revelarse lo sucedido, don Efraín, papá de Ximena, bajó la aplicación de Zangi en su teléfono; logró rastrear el perfil sospechoso, aparecía con un nombre de mujer, le escribió mensajes, pero jamás hubo respuesta.

“Ximena se sentía culpable, ha tenido que atenderla una psicóloga, porque no supimos cómo manejarlo y en eso ha trabajado en las sesiones. Nunca me imaginé que por teléfono pudiera pasar esto. De lo que tengo más miedo es que anden circulando por ahí las fotos de mi niña. Hay un mercado negro de pornografía infantil”, lamentó el papá.

“Sentía que nos había decepcionado, porque lo de las fotos aún no lo ha dimensionado -comentó doña Rosaura-. También nosotros como padres nos hemos sentido culpables: ¿en qué fallamos?, ¿en trabajar todo el día y dejarla en el celular?, ¿en no darle suficiente dinero para comprar?, ¿en no hablarle de temas como la pornografía y otros riesgos de manera directa?”.

—¿Qué consejo les daría a otros papás?

—Que hablen con sus hijos, que les adviertan de todo lo malo que hay, que no los dejen libres en el celular…

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