
La historia de Carlos Gurrola Arguijo, a quien todos conocían como Papayita, pasó de ser una anécdota laboral a convertirse en un caso que indigna a todo Coahuila. Lo que comenzó como una presunta “broma pesada” en su lugar de trabajo terminó con su muerte días después en un hospital del IMSS.
¿Qué le pasó a Papayita en Torreón, Coahuila?
Papayita había terminado su almuerzo y retomaba labores cuando, alrededor de las tres y media de la tarde, tomó un sorbo de la botella de electrolitos que llevaba siempre consigo. De inmediato percibió un sabor extraño. Escupió el líquido y lo desechó sin sospechar que en realidad había ingerido desengrasante líquido, una sustancia altamente corrosiva.
Ese instante marcó el inicio de una agonía que se extendió durante más de dos semanas, en medio de incertidumbre, indignación y preguntas sin respuesta.
Tras el envenenamiento, Carlos fue trasladado a la Clínica 71 del IMSS, donde permaneció en estado crítico. Los médicos hicieron todo lo posible para contrarrestar los efectos de la sustancia, pero los daños en órganos vitales eran severos.
El 18 de septiembre, la noticia de su muerte sacudió a familiares, amigos y compañeros, que lo recuerdan como un hombre trabajador y de carácter noble.
En redes sociales, el caso generó un efecto inmediato. La indignación colectiva ante lo que muchos consideran una muestra de violencia laboral disfrazada de burla.
¿Qué dijo la Fiscalía sobre la muerte de Papayita?
La Fiscalía General del Estado de Coahuila, Región Laguna, confirmó que abrió una carpeta de investigación para esclarecer los hechos. De acuerdo con el comunicado oficial, no existen pruebas de que alguien haya colocado la sustancia en la botella de manera intencional en el momento del incidente.
Sin embargo, se han asegurado videos de seguridad y testimonios de testigos presenciales, además de información que apunta a que la botella ya había sido utilizada previamente para guardar químicos. La carpeta se encuentra en el área de homicidios, lo que implica que aún no se descarta ninguna línea de investigación.
Papayita sufría acoso laboral
El entorno laboral de Gurrola no era sencillo. Sus familiares relataron que Papayita era víctima recurrente de burlas y hostigamiento. Le escondían la comida, dañaban la bicicleta con la que se transportaba y hasta le ocultaban el celular. Estos episodios, narrados como “bromas”, muestran un patrón de violencia sistemática.
La Fiscalía mantiene la investigación abierta, pero en su primer reporte perfila que no se trató de una broma; habrá que esperar el curso de las investigaciones.