
Migrantes centroamericanos varados en la frontera sur de México denunciaron que sufrieron extorsiones, violencia y amenazas en sus países de origen, por lo que pidieron con urgencia refugiarse en territorio mexicano.
Aseguran que regresar es imposible y que llegar a Estados Unidos se ha vuelto aún más difícil por el endurecimiento de las políticas migratorias del presidente Donald Trump.
“Ya no puedo regresar... allá tendré una muerte segura”
El testimonio de un joven migrante guatemalteco de 20 años, quien contó a EFE que escapó de su país tras ser víctima de las pandillas Mara Salvatrucha y Mara 18. Los grupos criminales asesinaron a tiros a sus tíos y primos porque su familia no pudo reunir el dinero de la extorsión. Hoy, Steven es el único sobreviviente de su familia.
“Ya no puedo regresar, es lógico que allá tengo una muerte segura. Además, ya no me queda nada. Me ven como un blanco fácil. Por eso estoy obligado a evitar que me maten y buscar vivir aquí”, explicó con resignación.
Muchos de los migrantes permanecen en Tapachula, la ciudad fronteriza de Chiapas que se ha convertido en punto clave de la crisis migratoria. Para ellos, salir de sus países fue la única forma de huir de la violencia.
De acuerdo con datos recientes de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), el 61 por ciento de las personas que entraron de forma irregular a México en 2025 sufrió violencia, amenazas o intimidaciones en su lugar de origen. El porcentaje es mayor al 53 por ciento reportado en 2024, lo que refleja un aumento preocupante.

“Tienes que pagar, si no, te matan”
Un migrante guatemalteco, relató que en su comunidad ni los pequeños comerciantes se salvan de la extorsión.
“Hasta una señora que vende empanadas tiene que pagar 200 quetzales (26 dólares). Si no, la matan. Y lo peor es que cuando uno va a denunciar, los mismos policías dicen quiénes son, porque trabajan con ellos. Yo vivo en Retalhuleu, Champerico, ahora zona roja, porque ahí están todos los pandilleros”, denunció.
Otro migrante originario de El Salvador, contó que, aunque su país ya no tiene presencia de pandillas, las autoridades lo acosan por su aspecto.
“Lo paran en la calle, lo revisan, lo tratan como delincuente. Lo que pedimos es que las instituciones mexicanas agilicen los trámites para que tengamos mejores oportunidades y podamos rehacer nuestras vidas”, expresó.
Vulnerabilidad en México
Las condiciones de irregularidad hacen que estos migrantes sean también vulnerables en México. Muchos sufren asaltos, fraudes y explotación laboral, además de tener poco acceso a servicios básicos como salud o educación.
A pesar de ello, la esperanza de los migrantes se concentra en obtener la residencia mexicana.
“Lo único que quiero es trabajar tranquilo, no vivir con el miedo de regresar a Guatemala. A Estados Unidos no pienso ir, aquí busco una oportunidad para vivir en paz”.
(Con información de EFE)