
El Índice de Dolor de Haleon revela que seis de cada diez personas afirman que es imposible sentirse feliz cuando hay dolor presente.
La mitad de quienes viven con dolor se siente estigmatizada y el 26% teme ser juzgado por hablar de su experiencia.
El 68% cree que una atención más empática y personalizada podría transformar su experiencia, aliviando no solo el dolor físico, sino también el malestar emocional.
Datos del Índice de Dolor de Haleon, revelan que el 63% de las personas a nivel global afirmó que el dolor dificulta la concentración en las tareas diarias, y aunque el 74% declaró haberse sentido cómodo hablando del dolor con sus compañeros de trabajo, solo el 63% lo hace con sus empleadores.
Dolor, problema silencioso
La doctora Paola Maldonado, líder de asuntos médicos de Haleon México, señaló que la gente suele aprender a convivir con el dolor, aceptándolo como una parte inevitable de la vida diaria, sin embargo, cuando se aborda a tiempo y se trata de forma adecuada, es posible recuperar el bienestar y mejorar la calidad de vida.
Hablar de lo que uno siente, consultar a un profesional y seguir sus recomendaciones puede marcar una gran diferencia en el camino hacia el alivio y la recuperación, enfatizó.
Un problema silencioso en la mayoría de las personas, es el dolor, el cual no solo afecta la productividad de las o los trabajadores, sino que además, se convierte en un tema difícil de abordar abiertamente en el entorno laboral.
En 2023, 9 de cada 10 personas en todo el mundo experimentaron algún tipo de dolor, lo cual la importancia de comprender el verdadero impacto del dolor y visibilizar a quienes lo padecen, fomentando una conversación más abierta y empática sobre esta experiencia cotidiana.
Ello, debido a que el dolor no solo limita a las personas en lo que ya no pueden hacer y además tiene impacto en su estado de ánimo, físico y emocional y cómo se relacionan con los demás, tanto a nivel personal como profesional.
No se puede ser feliz, con dolor
El Índice de Dolor de Haleon revela que 6 de cada 10 encuestados aseguraron que no pueden ser felices cuando sienten dolor, y casi siete de cada diez afirman que el dolor interfiere en sus interacciones diarias.
Además, el 37% dice que el dolor afecta negativamente su autoestima, y casi la mitad admite que ha desarrollado ansiedad como consecuencia, aunado al hecho de que la mitad de quienes viven con dolor, dijeron se sienten estigmatizados, y el 26% teme ser juzgado por expresar lo que sienten, lo que lleva a muchos a aislarse y evitar pedir ayuda.
Lo anterior, deja en claro la importancia de hablar abiertamente sobre el dolor, ya que reconocerlo y expresarlo puede conducir no solo al alivio, sino también a la ruptura de los prejuicios que lo rodean.
Sostuvo que aunque el dolor es una experiencia universal, aún prevalece un alto estigma por grupos raciales y por género, ya que en las mujeres su dolor suele ser minimizado o ignorado.
En el mundo, el 58% de las mujeres y el 59% de las personas racializadas reportaron haber recibido un trato diferente o no haber sido tomadas en serio, frente al 47% de los hombres y el 48% de las personas blancas.
La diferencia también es evidente en la comunidad LGBTQ+, donde el 67% teme que se hagan suposiciones sobre su dolor, frente al 50% de los encuestados heterosexuales.
Además está una brecha generacional, ya que mientras las personas mayores tienden a expresar su dolor con más facilidad, los jóvenes encuentran más obstáculos para comunicar su malestar y acceder a una atención adecuada en tiempo y forma, tal es el caso de la generación Z, que a nivel mundial, el 70% de los encuestados declaró haber sido discriminado al manifestar su dolor.